VALÈNCIA. La Conselleria de Justicia, en concreto la Secretaría Autonómica de Seguridad y Emergencias que lidera el socialista José María Ángel, se enfrenta en los próximos meses a una tarea en cierto modo delicada: el desmontaje y almacenamiento de los hospitales de campaña levantados para la lucha contra la pandemia.
Unas instalaciones que, dentro del contrato con la empresa adjudicataria, pasarían a la propiedad de la Generalitat para ser utilizados en cualquier otro tipo de emergencia y que, cabe recordar, no llegaron a ser necesarios para albergar pacientes pese al fuerte avance de la covid el pasado invierno.
Así, el pasado martes, se celebró una reunión entre la Conselleria de Sanidad y la de Justicia en la que el departamento que dirige Ana Barceló comunicó la orden de desmontar los citados hospitales el 30 de diciembre.
Una de las incógnitas principales se centraba en dónde podrían albergarse estas instalaciones desmontables para que, en el caso de ser reutilizadas por emergencia, pudieran estar operativas en el menor tiempo posible. La respuesta en el caso de Valencia está decidida: un almacén en Quart de Poblet propiedad de la Generalitat. Esta misma estrategia se llevará a cabo en Alicante y Castellón, si bien fuentes de la conselleria no concretaron su ubicación.
Para las tareas de desmontaje, las fuentes consultadas señalaron que está pendiente realizar el encargo para la dirección facultativa de la obra, si bien apuntaron que Cruz Roja colaborará con las tareas de desmontaje.
El secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Angel, preguntado por esta labor, insistió en la importancia de haber adquirido unas instalaciones ante "la necesidad del momento" pero que con la "previsión de futuro" de "poder ser útiles en el futuro" para cualquier tipo de contingencias similares.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció el levantamiento de los tres hospitales de campaña en marzo de 2020, pocos días después de que decretara el confinamiento. Una medida anticipatoria ante un posible colapso sanitario que, en ese momento, ya estaban sufriendo otras comunidades autónomas.
Inicialmente, el coste de las instalaciones era de ocho millones incluyendo el equipamiento, si bien posteriormente distintas necesidades de acondicionamiento han elevado el coste a más de 16 millones de euros según cifró en su día la propia empresa adjudicataria, Ingeniería Desarrollos de Alta Tecnología (IDAT), filial de Hispano Vema.
No obstante, el uso de estas instalaciones ha sido secundario sobre todo en lo que se refiere a ingreso de enfermos por covid. De hecho, a los pocos días de empezar a utilizarlos con este objetivo, se produjo un temporal en València que conllevó, por orden de la Subsecretaría de la Conselleria de Sanidad, al traslado de los pacientes a otras instalaciones.
Por su parte, el Gobierno valenciano siempre ha insistido en que no haber tenido que utilizar de forma constante y generalizada los hospitales de campaña ha sido una "buena noticia" puesto que evidencia que no se ha alcanzado una presión hospitalaria extrema que obligara ello. Además, recuerdan que las instalaciones, cuando se desmonten, se quedarán en propiedad de la Generalitat para su uso si se produce alguna otra situación de emergencia.