VALÈNCIA. La gerencia del Hospital General de València ha ordenado a Eresa retirar una de sus máquinas de resonancias del centro. La fecha prevista es el 24 de septiembre, momento en el que debería producirse la desinstalación de su máquina más antigua. Esta petición está enmarcada en el proceso de internalización del servicio que está llevando a cabo el departamento y que a partir del 31 de octubre acometerá la Conselleria de Sanidad con el resto de hospitales de la Comunitat donde está presente la compañía.
Según explican desde la dirección del hospital, están trabajando con el cronograma que se le remitió a Eresa, donde ya se especificaba esta fecha. El hospital ha solicitado a los trabajadores que tengan en cuenta esta situación con el fin de derivar a los pacientes con pruebas al centro que la compañía tiene en la avenida Campanar. El desmantelamiento de esta máquina supondría que el departamento liderado por Enrique Ortega no ha llegado a un acuerdo con la compañía para adquirir los equipos, por lo que ha pedido su retirada. Sí que lo hará la Conselleria de Sanidad, quien ya anunció que se quedará con una veintena de máquinas repartidas por los diferentes departamentos.
Cabe recordar que, a pesar de formar parte el departamento del Hospital General de València de la red de sanidad pública valenciana, no es propiedad únicamente de la Generalitat, sino que está participado por el Gobierno valenciano y la Diputación de València a través de un consorcio, en cuyo patronato se toman las decisiones máximas sobre el funcionamiento del centro.
Aunque lo 'habitual' es que se asuma tanto al equipo como a la máquina en bloque, desde el Hospital General aseguraban este lunes que asumirían todos los empleados para el servicio de resonancias y TAC, que sumarían algo más de una veintena. De esta forma, el departamento seguirá el mismo procedimiento que la Conselleria de Sanidad en el resto de hospitales públicos de subrogar a personal de la compañía privada y así prestar el servicio desde la gestión pública.
Según anunció la ex consellera de Sanidad, Carmen Montón, el departamento recibirá una inversión por un valor de cinco millones de euros de la donación de Amancio Ortega a la sanidad pública, lo que le permitirá dotarse de un TAC -que se destinará al centro de especialidades de Torrent-, tres equipos de resonancia magnética -de donde podría llegar el recambio de la máquina que tendrá que ser desmantelada-, un mamógrafo digital y un acelerador lineal.
El pasado 24 de julio finalizaba el contrato de TAC mientras que el 8 de enero se terminó el de resonancias. Dos fechas que no supusieron la salida de la compañía del hospital, donde está instalada sin concurso desde 1989. Desde que vencieron los contratos, el centro público ha seguido utilizando sus servicios que paga a través de expedientes de enriquecimiento injusto. De momento, en el Hospital General de València solo queda vigente con la compañía el contrato de medicina nuclear, que terminará a finales de 2018.