VALÈNCIA (EP). Jean Dubuffet (Le Havre, 1901-París, 1985) protagoniza uno de los 'platos fuertes' de la temporada en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) con la exposición 'Un bárbaro en Europa', una retrospectiva que confronta su "critica radical" al arte occidental con la coherencia de su obra y su enorme heterogeneidad, de lienzos y esculturas a grafitis, textos e, incluso, música. El paseo por las casi 200 obras, llegadas de varios países, refleja el legado de un artista que "puso en solfa el concepto de sociedad blanca".
'Un hombre moderno' se queda en el IVAM hasta el 16 de febrero, tras su puesta de largo en el MUCEM de Marsella y antes de viajar al Museo de Etnografía de Ginebra de mayo de 2020 a enero de 2021. En la presentación, este lunes en València, tanto el comisario, Baptiste Brum, como el director del IVAM, José Miguel G. Cortes, han coincidido en que supone una oportunidad única de descubrir a un creador "esquivo y polémico" que se reinventó constantemente, "un heterogéneo entre los heterogéneos".
Con la intención de superar la lógica tradicional de una retrospectiva, la exposición ofrece una contraposición entre todos sus periodos, colocando juntas creaciones tan dispares entre sí como un lienzo de la década de 1950 al lado de otro de más de veinte años después, junto a las citas del artista que estampan las paredes del museo. El objetivo, "mostrar toda la coherencia de su obra a través de su gran diversidad", como ha destacado el comisario.
Este viaje arranca con el área 'Celebración del hombre común', una figura fantástica que utilizó Dubuffet (1901-1985) como una forma de definirse y situarse en el mundo, pero también para reflexionar sobre el propio arte como algo inherente a la especie humana. Uno de sus desnudos sirve de pistoletazo de salida en la muestra a su proclamación de los valores humanos como "tabla rasa entre dos guerras mundiales".
De ahí, el recorrido avanza hasta la 'Etnografía en acción', un apartado que rescata su proyecto de 'L'Art Brut', desde 1945, con el que distorsiona el arte primitivo y "juega dentro del tiempo y del espacio". Más allá de los lienzos, la selección incluye grafitis, marionetas y máscaras de carnaval, una de sus "obsesiones" al mezclar el miedo de la risa, dos de los conceptos que él considera que están "en el corazón del arte".
"Para Dubuffet, lo cercano y lo lejano, el espacio y el tiempo, no son conceptos estáticos", ha resaltado el comisario, como un ejemplo de su cuestionamiento del arte primitivo a través de objetos "inclasificables", como una mujer en piedra. Esta escultura, presente en la exposición, refleja su interés por representar la feminidad a modo de "ídolos", como el gran panel de decenas de fotos de mujeres que queda detrás.
Aunque París fue uno de sus temas predilectos, la retrospectiva supera los límites de Europa y también recoge todo lo que el artista aprendió en sus viajes a mitad del XX al Sáhara, donde encontró una "cultura del desierto" en lugar del desierto de cultura que esperaba. Dubuffet buscaba "purificarse" de una cultura, la occidental, que juzgaba "opresiva y nefasta" para su trabajo de creación.
Bajo este prisma, la celebración del hombre común y la etnografía en movimiento dan paso a sus años de "crítica radical" a la cultura humanista, presente en la muestra con cuadros en los que cobra vida su "relativismo absoluto" a los valores del arte dominantes, como ha relatado el responsable del proyecto. Sus pinturas "invitan a nuevas maneras de observar la realidad"; demostrando, en definitiva, que "el hombre occidental no está en el centro del mundo".
Para ello, en las obras escogidas aparecen objetos naturales o materiales "aparentemente marginales" en los que desaparece el trazo humano. Su gran iniciativa de 'L'Art Brut' supone "una operación artística completamente pura, en bruto", en la que busca personajes libres de cultura artística, mientras que algunos de los retratos seleccionados plasman su actitud "subversiva" y contraria a los cánones establecidos.
Como colofón, 'Un bárbaro en Europa' concluye con el último texto que publicó en vida, 'Oriflammes', un juramento de cuatro páginas manuscritas en el que "rechaza la realidad de las cosas del mundo". El visitante se enfrenta así a la pregunta "¿Acaso la crítica sistemática de los valores significa en sí misma la pérdida del sentido de la realidad?".
Para el Institut Valencià d'Art Modern, acoger este proyecto supone "una de las grandes apuestas" cuando precisamente se cumplen 30 años desde que abrió al público. "No es una es una exposición cualquiera; en el IVAM nos gustan estos artistas".
El director de la galería ha ensalzado así a Dubuffet como "un artista heterogéneo dentro de los heterogéneos" y un creador que "amplió la propia creación y dio voz a pueblos que habían sido marginados", pero que al mismo tiempo "no dudó en usar otros conceptos".
"Jean Dubuffet marcó un antes y un después y sentó una manera de hacer arte. Amplió nuestras mentes, hizo que nuestro sentido se despertara", ha manifestado Cortes, por lo que el presidente del MUCEM de Marsella, Jean-François Chougnet, ha agradecido que el IVAM asuma este "reto y honor" en su aniversario.
Precisamente, tanto estos dos museos como el de Ginebra, la siguiente parada, resumen el carácter interdisciplinar del propio Dubuffet, al estar centrados en las civilizaciones (MUCEM), el arte moderno (IVAM) y la etnografía (Museo de Etnografía de Ginebra).
En València, la estancia incluye actividades paralelas como una conferencia a cargo del comisario, este martes 8 de octubre a las 19 horas en el Auditorio Carmen Alborch, junto al taller familiar 'Embruta't l'orella!', los domingos a mediodía con experiencias sonoras para que padres y niños a partir de cinco años saquen su "parte bárbara" a partir de la obra de Dubuffet.
Otras propuestas son la performance familiar 'Balla el museu!', el sábado 14 de diciembre o el taller 'Experimentem amb Dubuffet!', de martes a viernes del 22 de octubre al 31 de enero. para acercar a los escolares los lenguajes artísticos de Dubuffet. Ya en 2020, el mes de enero el IVAM brindará las jornadas 'Art Brut' con ponentes y especialistas europeos.
El goteo de ceses y renuncias dejan un escenario inédito en la Generalitat, que todavía tiene por cubrir dos direcciones adjuntas del IVC, la dirección artística del IVAM y del Centre del Carme o el director musical de Les Arts, entre otras plazas vacantes