VALÈNCIA. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ha recurrido a la empresa pública estatal Tragsa para agilizar la tramitación de los créditos del Plan Resistir destinados al sector de la hostelería, el ocio y el turismo. Para ello, la entidad que dirige Manuel Illueca ha formalizado el encargo por el procedimiento de emergencia con Tragsatec, la filial tecnológica de este medio propio del Consell, que supera los 272.000 euros.
El objeto concreto de la encomienda es la gestión de las solicitudes de financiación bonificada de la línea IVF-Liquidez Covid 19 y la duración prevista es de cuatro meses. Para ello, Tragsatec actuará como servicio técnico externo en la tramitación, evaluación y aprobación de solicitudes recibidas, así como en la revisión de la información económico-financiera.
Hasta el 10 de marzo, el IVF había tramitado ya un total de 352 préstamos bonificados por importe de 23,3 millones de euros de esta línea Horeca sobre un total de 3.000 solicitudes recibidas en apenas un mes. Dos semanas después, la cifra ya superaba ya las 4.000 peticiones, pero hasta el momento se han aprobado cerca de 800 operaciones por importe de 50 millones
La encomienda incluye una segunda actuación que consiste en la adaptación de la web del instituto para gestionar las solicitudes y colaborar en la implementación de la sede electrónica.
La firma tecnológica destinará diez economistas, cinco administrativos y un analista programador para cumplir con el encargo del IVF para apoyar en la gestión de las solicitudes de financiación más un jefe de proyecto informático y un analista programador para la parte del desarrollo de la web.
La entidad justifica la elección a dedo de Tragsatec por su "amplia experiencia" como servicio técnico para la realización de estudios y de apoyo para la mejora de los servicios y recursos públicos, entre los que se encuentra el sector de subvenciones.
El IVF justifica que el encargo no va a suponer un coste mayor para la administración que otro procedimiento porque la facturación no se basa en un sistema de precios libremente pactados, sino en función de las tarifas correspondientes, aprobadas por la Administración y representa los costes reales de ejecución de las obras encargadas.
Antes de este encargo a Tragsa, forzado por la urgencia de afrontar las consecuencias de la pandemia, el IVF ya había recurrido a firmas externas para reforzar su capacidad crediticia. Con ese propósito, en enero del año pasado contrató al consultor Juan Ramón Llobell para reforzar el área de créditos a las empresas valencianas.
Entonces, el IVF justificó el encargo por su falta de medios humanos y capilaridad para peinar los polígonos industriales de toda la Comunitat y vender los préstamos puerta a puerta. "El IVF dispone de personal con alta cualificación técnica en el análisis de operaciones y gestión de las mismas, pero carece de personal especializado específicamente a la fase previa que impulsa las solicitudes crediticias por parte de las empresas", razonaba en la licitación.
Este contrato, que tiene por objeto la comercialización de los productos habituales del IVF, se mantiene y, además, se ha visto reforzado por el incremento de la demanda de créditos, asegura el IVF.