MADRID (EP). Las pautas sobre restos humanos en exposiciones arqueológicas pueden ser un marco para regular la creciente industria del 'más allá digital', y que el uso comercial de restos digitales sea más ético.
Un estudio, publicado en 'Nature' por Luciana Floridi, profesora de filosofía y ética de la información y director del laboratorio de ética digital de Oxford, concluye que los restos en línea deben considerarse como una extensión de el cuerpo humano, y deben ser tratados con el mismo nivel de cuidado y respeto, en lugar de manipularlo con fines comerciales.
Nuestra actividad en Internet vive mucho después de la muerte y empresas como Facebook y otras han intentado monetizar este contenido permitiendo que las personas socialicen con los muertos en línea, a través de funerales en vivo, páginas conmemorativas en línea e incluso chat-bots que utilizan las huellas de las redes sociales de las personas para actuar como fantasmas en línea. Como resultado, la industria del más allá digital (DAI) se ha convertido en un gran negocio.
El nuevo estudio sugiere que la regulación es la mejor manera de lograr esto y destaca los marcos utilizados para regular el uso comercial de restos humanos orgánicos como un buen modelo para construir.
Un documento de particular interés es el Código de ética profesional del Consejo Internacional de Museos (ICOM). El texto advierte que los restos humanos deben manejarse de acuerdo con su 'dignidad humana' inviolable. Un elemento central de este concepto es el hecho de que se aplica independientemente de si el paciente es consciente o no, tanto para individuos como para grupos. Un factor que ha demostrado ser clave para el proceso de repatriación permanece de grupos marginados y previamente colonizados, como las Primeras Naciones.
El código establece explícitamente que la dignidad humana requiere que los restos digitales sean vistos como los cuerpos informativos del difunto y considerados como un valor inherente. Por lo tanto, no deben utilizarse únicamente con fines comerciales, como los beneficios.
Al recomendar un marco para la regulación, el estudio identifica cuatro industrias de vida futura digital; servicios de gestión de la información, servicios de mensajería póstuma, servicios memoriales en línea y servicios de recreación, que utilizan la huella digital de una persona para generar nuevos mensajes que reproducen el comportamiento en línea del difunto.
La profesora Luciana Floridi dijo: "Los restos humanos no están destinados a ser consumidos por los morbosos curiosos. Independientemente de si son el único propietario legal de los datos del fallecido, e independientemente de si la opinión de sus familiares, con la regulación, las firmas DAI tendrían que cumplir con ciertas convenciones, como evitar el discurso de odio y la explotación comercial de perfiles memorializados".
Bajo estas regulaciones, las empresas deberían por lo menos garantizar que los consumidores estén informados sobre cómo se pueden usar o mostrar sus datos en caso de fallecimiento.