VALÈNCIA. Contra todo pronóstico, cuando despertó, el mural de Escif contra la explotación infantil seguía ahí, frente a Primark. A pesar de que han pasado cerca de 10 días de la fecha límite para eliminarlo, la petición de indulto de la obra sigue en un limbo administrativo. Es decir, hay un esperanza; pero también es un “no se sabe nada”.
El revuelo sobre este mural empezó hace unas semanas. Las alarmas saltaron con la denuncia de la oposición en el Ayuntamiento de València. PSPV-PSOE y Compromís utilizaron como base de su denuncia el permiso concedido por el consistorio para que la productora pudiera poner vallas en el Pasaje Doctor Serra y borrar el mural porque estaban obligados a ello. La concesión del espacio caducaba al año de realizarse la obra, e incluso había sido prorrogado por otro año más. No se contemplaba ninguna otra prórroga.
En todo caso, tanto PSPV-PSOE como Compromís, se apresuraron a pedir al Ayuntamiento que “protegiera” el mural, que lo indultara. El equipo de gobierno se apresuró a decir que en ningún momento estaban impulsando el borrado del mural, y que solo habían concedido el permiso solicitado por la productora para llevar a cabo ese borrado. Pero la bronca política ya estaba servida.
En la última sesión del pleno de Cultura del Ayuntamiento, el PSPV-PSOE presentó una moción tanto para indultar el mural como para pedírselo a la Diputación de València, que es en realidad la dueña del espacio y la que se lo cedió hace dos años. Por tanto, la que verdaderamente tiene la potestad de conservar o no el mural. “El gobierno de Catalá se ha escudado en que no tiene competencias para paralizar el borrado del mural o su protección, pero con el rechazo a la moción de los socialistas lo que certifica es su nulo interés por su preservación porque ni tan siquiera ha instado a la Diputación a que haga todo lo posible por conservarlo”, explicaba la concejala Maite Ibáñez tras el rechazo de PP y Vox a su moción.
El Ayuntamiento lo volvió a aclarar: sin competencias, el consistorio no puede tomar ninguna decisión sobre el mural. Y convertido en una causa política embarrada por la trascendencia mediática, llegó la moción importante, la de la Diputación de València.
El episodio, en todo caso, ya llegaba con una certeza y un apoyo importante: el del propio artista y el de la productora que promovió el mural. A las preguntas de la oposición, Ricardo Gabaldón reconocía pillarle de sorpresa el conflicto y evitó dar una respuesta política. “La primera noticia que hemos tenido de este asunto fue el 25 de enero. Hoy no nos podemos pronunciar”, explicaba el diputado.
La decisión política no está tomada, pero es que además, “la Diputación de València no puede tomar la decisión por sí misma”, porque han de contar con el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio, al tratarse de una actuación sobre un espacio BIC (Bien de Interés Cultural). En el pleno, Gabaldón ya confirmó que se habían pedido los informes necesarios para poder tener la posición de los técnicos de este departamento antes de determinar el futuro del mural.
Esta situación se ha alargado hasta el día de hoy. Entre las tres administraciones, a la espera de las competencias de cada una, aún no se ha resuelto si la luz al final del túnel es real o no. Desde la productora Estrela Audiovisual, que encargó el mural a Escif como parte de un proyecto documental sobre el Equipo Crónica, guardan esperanzas, pero no han quieren convertirlo en una causa política.
La Diputación de València no ha fijado cuál será su posición en caso de que los informes de Patrimonio permitan que se quede el mural. Por ahora, también es verdad, no ha habido negativas explícitas.
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