VALÈNCIA. El desarrollo urbanístico para culminar una parte del barrio de San Marcelino en València sigue adelante con su camino administrativo. El Ayuntamiento de València ha dado el visto bueno ambiental al programa presentado por LandCo, filial de promoción de suelo de banco Santander, y la valenciana Urbem para construir cerca de 750 nuevas viviendas en este sector del 'Cap i Casal'. Con esta decisión, el proyecto sigue su curso, aunque todavía le quedan fases burocráticas por superar hasta su aprobación definitiva. En cualquier caso, este paso implica pasar uno de los principales trámites en el proceso urbanístico.
La Junta de Gobierno municipal aprobó este viernes la resolución favorable, que considera que la alternativa 2 que proponen ambas compañías cumple con la normativa, "no tiene afección sobre elementos del patrimonio natural ni efectos significativos sobre el medio ambiente", por lo que recibe recibe luz verde en el trámite ambiental, según consta en la resolución municipal. De esta forma, el planeamiento diseñado por LandCo y Urbem para la unidad de ejecución A.5-1 Sant Marcel·lí de València avanza.
Concretamente, la alternativa aprobada promueve una jerarquización del tráfico más adecuada, marcando la calle San Vicente con un eje transversal de conexión con la calle Ingeniero José Sirera. Y ello con el objetivo de facilitar el tráfico rodado desde el actual barrio hasta la calle de San Vicente, que continúa siendo un eje natural de acceso con el casco urbano de València.
Asimismo, presenta una disposición de los espacios libres entre los edificios residenciales que permite ubicar zonas verdes de proximidad y una red de espacios comunes de fácil acceso y convenientemente distribuidos. Además, configura un nuevo borde urbano integrado, resuelve la conexión con el barrio existente, fomenta la movilidad sostenible, la seguridad y mejora la relación entre los equipamientos y entre el uso residencial y las zonas verdes.
En cuanto a los efectos ambientales previsibles y el cambio climático, la actuación propuesta "no compromete ninguna modificación, al no suponer un aumento de emisiones, ni empeoramiento de niveles de contaminación atmosférica, ni agravamiento de posibles riesgos naturales, ya que se focaliza en un suelo urbano consolidado", refleja la resolución.
Ahora, el borrador se elevará al pleno municipal y se abrirá un periodo de alegaciones para que aquellos afectados pueden hacer aportaciones y se presenten informes sectoriales como el de movilidad. Una vez finalizado este periodo de consultas, se redactará el proyecto final que, de nuevo, el pleno del consistorio tendrá que aprobar, pero ya de forma definitiva.
Fue el pasado 14 de diciembre cuando LandCo y Urbem, unidas en una Agrupación de Interés Urbanístico, una figura similar al de agente urbanizador, solicitaron el inicio de la tramitación de esta actuación en San Marcelino. Esta petición fue atendida en marzo, cuando Urbanismo dio luz verde al inicio del proceso "al reunir los requisitos de legitimación previstos en el texto refundido de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (Lotup) para poder desarrollar la Unidad de Ejecución mediante un Programa de Actuación Integrada (PAI) en régimen de gestión por las personas propietarias". Ambas firmas poseen el 63% de la superficie total.
Ya en abril, el consistorio admitió el programa para iniciar el trámite de evaluación ambiental al señalar que la documentación se ajustaba a lo establecido en la legislación urbanística aplicable.
En concreto, este ámbito urbanístico se ubica en el barrio de San Marcelino, concretamente en la intersección de la calle San Vicente con la avenida Doctor Tomás Sala. Linda, por tanto, con el acceso ferroviario a la Estación del Norte y se encuentra a unos metros del nuevo hospital La Fe. Se trata de una de los pocas unidades de ejecución pendientes en la ciudad y que, además, forma parte del 'megaproyecto' del Parque Central.
Su superficie abarca una extensión de 87.000 metros cuadrados, de los que más de 30.000 son para uso residencial, lo que equivale a unas 750 viviendas. De ellas, el 25%, es decir, cerca de 188, serán VPO. Además, el planeamiento reserva más de 11.000 metros cuadrados para uso terciario; 8.800 metros cuadrados para equipamientos, mientras que 32.000 metros cuadrados serán zonas verdes.
El diseño presentado por LandCo y Urbem contempla la continuación de la trama urbana del barrio ya consolidado, tanto a nivel de alturas, como de diseño urbanístico. Por ello, de los cerca de 12 edificios que incluye su boceto para urbanizar este ámbito, los inmuebles más altos se sitúan en el extremo central del sector, en la avenida Doctor Tomás Sala, en línea con las construcciones ya existentes. También, han ampliado las zonas verdes en 8.800 metros cuadrados y han pedido el certificado BREEAM para todo el sector, siendo el primer proyecto urbanístico en València en contar con este sello de sostenibilidad.