VALÈNCIA. El Palau de la Música recupera uno de sus puestos clave de su organigrama, el de la subdirección musical, que fue enterrada por el anterior equipo con tal de no reincorporar a Manuel Muñoz, tras haber declarado el TSJCV su despido nulo. Lo hará, eso sí, de manera diferente porque, si bien las Relación de Puestos de Trabajo pide que ese puesto sea cubierto por personal funcioniaral (de cualquier adminsitración) y se podría elegir de manera discrecional (es decir, a dedo, como se había hecho siempre hasta ahora), el Ayuntamiento de València ha decidido hacer una convocatoria pública con condiciones inusualmente concretas.
Y es que las única condición es la de la titulación, que debe ser “Título de Grado en Enseñanzas Artísticas Superiores de Música, especialidad de Musicología”. Según apuntan diferentes fuentes consultadas, no sería extraño que esta plaza la ocupara un musicólogo, pero sí que la convocatoria solo busque a personas con esta titulación. El puesto de subdirección musical tiene competencias en materia de programación, asesoría al director del Palau, y sobre todo, lleva ligado las funciones de intendencia de la Orquestra de València.
La convocatoria salió publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia (BOP) hace unas tres semanas, y el plazo para presentar candidaturas era de diez días hábiles. Preguntado tanto el Palau de la Música como el Ayuntamiento de València sobre cuántas personas se han presentado al proceso y en qué situación se encuentra este concurso, no han emitido ningún tipo de respuesta.
Recientemente, el Ayuntamiento también promovió un concurso sobre el que se levantaron sospechas, el de la Dirección Artística de la Banda Municipal, que también podrían haber resuelto de manera discrecional. Un sindicato puso el foco en un punto de las bases de la convocatoria que hablaba de la elección del subdirector de la unidad artística, pero las bases tampoco especificaban ni los baremos de cómo se iba a valorar cada aspecto del currículum de los aspirantes, ni la duración del contrato. Además, no se supo la composición del jurado hasta después de que se hubiera cerrado el plazo de presentación de candidaturas. La persona que finalmente fue elegida, Cristobal Soler, fue apuntado como favorito por diferentes fuentes consultadas entonces.
En el caso de la subdirección musical del Palau, el órgano de selección “será presidido por funcionario/a de carrera que será propuesto por la Presidencia del OAM; del mismo modo será propuesto el secretario del órgano de selección entre las/os funcionarias/os de habilitación de carácter estatal que presten servicios en el Ayuntamiento de València. Para la elección del resto de miembros del órgano de selección, tres vocales, titulares y suplentes, Presidencia solicitará la colaboración del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunidad Valenciana (ISEACV), al objeto de que por el citado Instituto se propongan funcionarios/as de carrera con titulación equivalente a la exigida para ocupar el puesto de trabajo objeto de convocatoria, correspondiendo a la Presidencia del OAM su nombramiento”.
En todo caso, la selección final es discrecional. Es decir, que no hay baremos, sino que el órgano de selección señalará su candidatura favorita para que se haga efectiva.
La plaza de subdirector musical nunca se amortizó, y siempre ha estado incluída en la Relación de Puestos de Trabajo del Organismo Autónomo Municipal del Palau de la Música, que ya refleja en sus estatutos la necesidad de esta figura en su organigrama. Fue el anterior equipo de gobierno, en la que la presidencia del Palau recaía en la concejala Gloria Tello y la presidencia en Vicent Ros, quien despidió fulminantemente a Manuel Muñoz, contratado por la misma administración en 2015 hasta 2019.
Muñoz acudió a los tribunales y la justicia le dio la razón en 2021. El conflicto fue porque el contrato no era de Alta Dirección pero fue despedido como tal, sin percibir entonces las indemnizaciones ni días de antelación pertinentes. El TSJCV resolvió que Muñoz tenía que ser tratado como un trabajador indefinido del Organismo.
Esta decisión judicial trastocó los planes del Palau. Ros, defendió antes de la sentencia, la necesidad de elegir mediante un contrato de Alta Dirección y un concurso público, una nueva persona que ocupara el puesto. Pero en cuanto se supo que el despido era nulo, el Palau optó por pagar cerca de 25.000 euros de dinero público en indemnizar a Muñoz en vez de readmitirlo y asumieron las funciones de este entre el director artístico y el director del Palau (Tebar antes y Liebriech ahora).
Durante estos tres años, por tanto, la plaza ha estado vacante y sin convocar. Con el cambio de gobierno y en la dirección del Palau de la Música, la intención ha sido la de cubrir una plaza realmente estratégica mediante esta convocatoria.