Ciudadanos y Podemos modifican sus listas electorales, mientras que Compromís, PP y PSPV no realizan la consulta
VALENCIA. La democratización de los procesos de elección de los candidatos ha tomado protagonismo este año en el país, especialmente por la influencia de nuevas formaciones políticas que critican a los partidos tradicionales.
Las primarias son un método de desmarcarse de la disciplina férrea que los partidos imponen a sus militantes y una opción atractiva para los votantes. Sin embargo, los nombres que se han presentado ante las Juntas Electorales y que ya figuran en el BOE en ocasiones difieren de la selección de la militancia.
Podemos y Ciudadanos son algunas de las formaciones que han consultado a la militancia los nombres y el orden que deberían ocupar sus candidatos al Congreso y al Senado. En cuanto a los grandes partidos, las cúpulas decidieron a los candidatos: el PP siempre se ha ahorrado este tipo de proceso abierto mientras que el PSOE le ha seguido la estela en esta ocasión, aunque Ximo Puig sí abordó unas primarias abiertas para las elecciones autonómicas. Tampoco lo ha hecho la coalición Compromís, aunque sí algunos partidos de los que la integran, como el Bloc.
En el caso de Ciudadanos, los cabezas de lista al Congreso han variado en cuatro provincias. En Albacete, la dirección del partido expulsó de la candidatura a Ignacio Soto, por "falsear su currículum". Por un motivo similar, a raíz de la denuncia de un compañero de partido, dejó la opción al Congreso Sadat Maraña, en León. En Guipúzcoa, la candidata Ana Rosa Macieria decidió abandonar su puesto por motivos personales. Por "conflictos internos" renuncia José Rivadulla de su primer puesto en las listas, según asegura el secretario de Organización de C's, Fran Hervías.
Los suplentes en estos casos a presidir las listas electorales son: Antonio Lara (Pontevedra), Enrique Bueno (León) y Onésimo Eduardo González (Albacete) todos ellos elegidos en primarias, salvo Fernando López de Lacalle (Guipúzcoa).
Curioso es el caso de C's en la provincia de Castellón. Aquí cuatro de los cinco primeros candidatos que resultaron de este proceso (los número dos, tres y cuatro para el Congreso y un candidato para el Senado) han renunciado voluntariamente a su puesto. El comité ejecutivo del partido ya ha elegido las nuevas caras en las listas castellonenses, que son Sandra Juliá, concejal en Moncofa y número uno provincial; Francisco José Vicent y Domingo Vicent para la Cámara Baja y María Rosario del Vigo para el Senado.
Cabe recordar la polémica que causó su número 2 por Valencia antes de erguirse como tal. Toni Cantó, recién salido de UPyD, se presentó a las primarias de C's pese a no ser afiliado. Esto provocó el enfado de parte de la militancia, que impulsó una campaña anti Cantó por las redes sociales, aunque finalmente venció a su contrincante en las primarias, Andrés Goerlich por 67 votos. Goerlich no figura en la lista de C's por Valencia.
Mirando hacia la izquierda, en el caso valenciano los partidos que concurren a las elecciones generales bajo la marca 'És el Moment' (Compromís y Podemos) también han alterado las listas, bien por no consultar los nombres o por nuevas incorporaciones de independientes, que alteran el orden establecido en las consultas.
En Podemos, a nivel nacional es del líder caracterizado por la coleta morada la mano que mece la cuna. Pablo Iglesias controla casi la totalidad de números 1 de las listas en las provincias: 50 de 52 candidatos son afines a la cara más visible de la formación.
Entre los 'fichajes' más destacados de la formación de Iglesias están Maria José Jiménez, presidenta de la asociación Gitanas Feministas por la Diversidad (en Salamanca), el general Julio Rodríguez -segundo por Zaragoza-, o la actriz Rosana Pastor, en Valencia.
Pastor ocupará el número cuatro como independendiente en la candidatura Compromís-Podemos-És el Moment, puesto que se preveía para la periodista Lola Bañón, según los resultados del proceso de primarias. Bañón queda así desplazada hasta el número 7, y tendría, según los sondeos electorales, dificultad para ser representante en el Congreso.
Para el Senado, És el moment también sitúa en puesto de salida a otro independiente, el expresident de la Generalitat con el PSPV Josep Lluís Albinyana. También como fichaje de última hora.
Respecto a la otra formación que comparte cartel en la confluencia, el proceso también es complicado. Compromís está formado por tres partidos y una agrupación de independientes, cada cual con sus métodos para elegir candidaturas.
Para el 20-D, la coalición naranja no realizó un proceso de primarias, como sí ha hecho en otras ocasiones. La ausencia del proceso ha sido motivo de críticas por dirigentes del partido, como en el artículo redactado en Valencia Plaza por el síndic Fran Ferri y el conseller de Educación, Vicent Marzà o en la carta abierta que suscribieron cinco diputados en el blog de Mariam Campello.
El Bloc Nacionalista Valencià, la rama con más peso de la formación y la que más crítica se ha mostrado las últimas semanas con los procesos de democracia interna sí realizó la consulta a sus militantes. Con una participación del 40%, las bases del sector valencianista reeligieron al ya diputado Joan Baldoví. Baldoví repite como aspirante a representante valenciano en la Cámara Baja en Madrid, ya que según lo estipulado en el pacto Compromís-Podemos, el número 1 de És el Moment por Valencia -un valor seguro en el Congreso- le corresponde a Compromís.
En Iniciativa del Poble Valencià, los candidatos se eligieron por asamblea, como marcan sus estatutos. En el caso de Gent de Compromís, los independientes en la coalición, que agrupa aproximadamente a 800 personas, no hay aspirantes en la lista de És el Moment. Eso no impidió que surgieran voces que exigían unas primarias posteriores globales en el seno de la coalición.
En definitiva, unos procesos de primarias en los distintos partidos que, o no se han llegado a producir para disgusto de sectores de la militancia, o donde se han llevado a cabo han sufrido modificaciones en algunos casos, evidenciando que el 'dedazo' también aflora en los que presumen de ser "la nueva política".