VALÈNCIA. Que la actividad económica de 2021 no será la misma que en los tiempos previos al coronavirus parece una conclusión asumida por todos los agentes económicos y sociales. Tampoco la actividad urbanística, que ya da síntomas de resentirse especialmente de cara al próximo ejercicio. En el Ayuntamiento de València también lo piensan, hasta el punto de que el presupuesto municipal para el próximo ejercicio contempla una caída de más del 27% en la recaudación por licencias urbanísticas respecto a lo que se proyectó inicialmente para 2020.
Concretamente, la previsión que hacen en el área de Hacienda es ingresar en torno a los 3,4 millones de euros por este concepto, frente a los 4,7 reflejados en los presupuestos iniciales para 2020 y que a juzgar por la marcha del sector, no se cumplirán -a mitad de año únicamente se había cobrado el 37% de lo previsto-. Es así el segundo año consecutivo en el que se proyecta la reducción de ingresos en esta partida después de varios de optimismo unido a la recuperación económica tras la crisis de 2008.
En 2016, se barruntaba una recaudación de 1,7 millones y el resultado final superó las expectativas al llegar a los 2,7 millones liquidados. Una mejoría que -como demuestra el gráfico inferior- se notó también en los siguientes dos años, cuando la recaudación final superó holgadamente la esperada. El consistorio pareció venirse arriba y en 2019 proyectó ingresar 5,5 millones de euros, pero este fue el primer ejercicio que no llegó a lo previsto, y se quedó en 4,7. Quizá por ello, para evitar sorpresas indeseadas, en 2020 hizo una proyección más modesta, fijando la cifra de lo recaudado el año anterior, pero la pandemia echó al traste cualquier predicción.
Así pues, tras superar lo que pareció la cresta de la ola en recaudación por licencias urbanísticas en 2018, ya en 2019 se notó cierta contracción, acentuada ahora por la crisis sanitaria y las restricciones. Tanto es así que el consistorio prevé volver a datos de recaudación por debajo de los registrados tres años atrás. La situación es tal que incluso la predicción de multas por infracciones urbanísticas se encuentra también por los suelos: apenas 8.000 euros para 2021 respecto a los 16.000 del año pasado o a los 57.000 el anterior.
Aunque el devenir es todavía desconocido, y más dada la incertidumbre generada en torno a la llegada de la vacuna del coronavirus y la evolución de la pandemia, las previsiones consistoriales son, al menos, un síntoma del sector. Como publicó este diario, el Ayuntamiento ha notado este ejercicio un frenazo en la petición de licencias de obra nueva.
Así, mientras en 2015 se solicitaron autorizaciones para 329 viviendas, y en 2019 el número se elevó a 3.223, hasta junio de este año la caída en proporción fue drástica. Según datos de la concejalía de Urbanismo, este 2020 a mitad de año sólo se habían pedido licencias para 816 viviendas en toda la ciudad, frente a las más de 1.600 viviendas que podría corresponder en un ejercicio continuista.
Se trata, por tanto, de un desplome severo de cerca del 50% respecto a las viviendas nuevas solicitadas el pasado año. Una tendencia que choca frontalemnte contra la que ha vivido la ciudad en los últimos cuatro ejercicios. Hasta que llegó el coronavirus, la curva era de ascenso progresivo. Así, de 2015 a 2016 se pasó de de 329 solicitudes a 1.319 en 2016, cuatro veces más. El siguiente año la subida fue de casi el doble, con 2.483 solicitudes; y en 2018 fueron 2.990, un 20% más; y ya en 2019, se llegaron a las mencionadas 3.223.