VALÈNCIA. Hasta principios del mes de abril estarán expuestas al público las modificaciones introducidas por el Ayuntamiento de València en el Plan Especial de Protección de Ciutat Vella (PEP) que se encuentra todavía en tramitación y que prevé aprobarse definitivamente en los próximos meses. Se trata de un instrumento que el consistorio implementará y que incluye múltiples restricciones para salvaguardar el carácter residencial del centro histórico, considerablemente dañado en los últimos años por la irrupción de los apartamentos turísticos y el desarrollo comercial de la zona.
El documento recoge numerosísimas y detalladas consideraciones, como las limitaciones a la implantación de nuevos pisos turísticos, así como cambios en los usos de algunas parcelas y normas urbanísticas especiales para esta zona. Asimismo prevé la construcción de nuevas dotaciones públicas y la eliminación de las gasolineras del centro histórico. Pero todas estas modificaciones no son 'dicho y hecho', sino que requerirán un período de implementación.
Según el Estudio de Viabilidad Económica del Plan, las arcas públicas del consistorio podrán soportar todas las inversiones requeridas para la reforma y rehabilitación del barrio si se realizan a medio plazo, a 20 años. Y es que los cambios no son menores, y los números no son pequeños. Según recoge la documentación actualizada en febrero, y que se encuentra en exposición pública, el coste del Plan asciende a 72,2 millones de euros.
Gran parte de las inversiones se dedican a la obtención, nueva construcción o rehabilitación de edificios para equipamientos públicos. Concretamente, son 49,4 millones de euros dedicados, por ejemplo, a la obtención y reforma de la antigua sede de la Agencia Tributaria sita en la plaza Maguncia, donde el consistorio ha mostrado interés en albergar una biblioteca y el Archivo Municipal. Son más de 18 millones los previstos para esta actuación. También se recogen nuevas dotaciones sanitarias así como la obtención de algunas parcelas destinadas a centros escolares cuya construcción correrá a cargo de la Generalitat Valenciana.
En cuanto a zonas verdes, se prevén 2,7 millones de euros en la obtención de los terrenos y la urbanización. Aquí entran nuevos jardines en la Plaza del Ángel, la Plaza de los Navarros, la Plaza de María Beneyto y la calle Baja, entre otros. En total, casi 7.300 metros cuadrados de parques y zonas de juego que se pretenden construir en los próximos lustros.
Pero no se puede entender el lavado de cara al centro histórico de la capital del Túria si no se atiende, por un lado, a la reforma de sus plazas. La Plaza de la Reina -cuyo retraso explicó recientemente este diario-, el espacio libre de la Plaza del Mercado, el entorno de La Lonja y de los Santos Juanes, el entorno de la Plaza de Brujas y Juan de Vilarrasa, la Plaza de San Agustín o la misma Plaza del Ayuntamiento. Son todas ellas, en palabras de los técnicos, "actuaciones de reurbanización singulares", que requerirán un esfuerzo económico de 20,4 millones de euros.
Huelga resaltar que el Plan prevé además la retirada de las gasolineras del centro histórico. Tienen sus horas contadas las estaciones de servicio de la Calle Xàtiva, la del Parterre y la de Guillem de Castro. En total, cerca de 180.000 se dedicarán a este menester.
Pero además, cuando los equipamientos previstos entren en funcionamiento, también repercutirán un gasto para nada despreciable en el erario público del Ayuntamiento. Para empezar, solo la puesta en funcionamiento de las dotaciones necesitará previsiblemente 5,8 millones de euros. Y más tarde, la limpieza, el mantenimiento, y los seguros y suministros energéticos, se 'comerán' anualmente 6,4 millones de euros.
Todo ello en la columna de gastos e inversiones. Pero el Ayuntamiento hará servir los instrumentos que le otorga el planeamiento para recibir, por otro lado, ingresos que permitan financiar parte de los costes. Aquí, el servicio urbanístico consistorial prevé la recaudación de 6,4 millones de euros.
En base a los presupuestos de 2018, el documento concluye que dedicando el 8% del capítulo de inversiones cada ejercicio, "en diecinueve años podrían estar ejecutadas todas las inversiones previstas en ejecución del PEP Ciutat Vella". De esta forma, en dos decenios se podría avanzar sobremanera en la recuperación del casco histórico. Pero ya se sabe. Lo saben los concejales y lo conocen los técnicos. Los trámites municipales no son rápidos, y las previsiones acostumbran a dilatarse más de lo deseado. Es, por tanto, únicamente una pretensión. Por el momento, apruébese el PEP.