Desde 2003, el resultado de las elecciones locales había estado por encima de las generales y desde los años 90, no se producía tanta diferencia entre ambas citas
VALENCIA. El PP, tanto en el ámbito regional como en el municipal, en concreto en la ciudad de Valencia, sacó pecho este lunes por los resultados cosechados en las elecciones generales el 20D. El propio presidente local de la formación popular, Alfonso Novo, manifestó que su partido ha recuperado "más de 40.000 votos" respecto a los comicios municipales y autonómicos.
Una 'resurrección' electoral que se produce tras la salida de la histórica alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que fue la candidata al consistorio en la cita con las urnas del pasado mes de mayo. Así, el PP en la capital ha subido seis puntos respecto a esas elecciones, alcanzando el 32,1% de los votos con una marca de 145.544 sufragios frente a los 107.435 cosechados en las locales.
Así, y si bien estos datos quedan muy alejados de la marca de 226.404 votos (53%) logrados en las generales de 2011, sí indican una cierta recuperación frente a lo ocurrido en mayo. La formación popular es la que mejor ha rentabilizado el incremento de electores -38.000- frecuente en esta cita, tanto en número de votos como en porcentaje.
De esta manera, Compromís-Podemos ha conseguido el 26,8% de los votos frente al 23,4% que consiguió en solitario en mayo, pasando de 96.151 a 121.278 sufragios contando con el concurso de la formación morada, lo que a juicio de Novo implica que han perdido "casi 20.000 votos". En cuanto a Ciudadanos (C's), también ha experimentado un crecimiento tanto en sufragios como en porcentaje, pasando de 60.441 votos a 74.503 papeletas, con un crecimiento del 0,8%. Por su parte, el PSPV ha subido hasta los 69.961 votos frente a los 58.338 electores registrados en mayo, lo que implica un incremento de1,2 puntos.
La mejora de las prestaciones del PP en la capital en las generales, a pesar de los problemas que atraviesa el partido en el Cap i Casal, posee cierto interés demoscópico dado que la tónica desde 2003 había sido que el resultado en las elecciones locales fuera superior al cosechado en los comicios estatales. Así, en 2003, Rita Barberá consiguió un 52% de los votos frente al 49,5% conseguido al año siguiente en las generales; en 2007 la alcaldesa reiteró su triunfo esta vez con un 57,4% frente al 54% logrado al año siguiente en los comicios nacionales y, en 2011, sacó el 53,7% frente al 53% de las generales celebradas ese mismo año.
Sin embargo, en esta ocasión las tornas se han invertido y el 26,1% que ofreció Barberá en mayo de 2011 se ha visto ampliamente superado por el 32,1% que el PP ha sacado en la capital el pasado domingo. Una diferencia de seis puntos que no se producía desde principios de los años 90.
Sobre las posibles causas de esta recuperación, distintos cargos populares señalan la disminución del enfado de algunos de sus votantes que se habrían abstenido en mayo y que, ahora, tras los primeros meses de gobierno del tripartito capitaneado por Joan Ribó (Compromís), habría acudido a las urnas para mostrar su rechazo a la dirección del consistorio. Por otro lado, algunos dirigentes admiten en privado su opinión de que la figura de Rita Barberá ya no era un plus en la ciudad. Otros, simplemente, achacan la mayor movilización de los electores del PP a la fidelidad a la marca en el ámbito nacional.
Esta tesis coincidiría con lo ocurrido también en la ciudad de Alicante, donde también se ha producido un incremento de algo más de seis puntos entre el resultado conseguido en las elecciones locales (25,9%) y el de los comicios estatales (32,3%). Un ascenso que también ha tenido lugar en Castellón aunque en menor medida, pasando del 26,3% en las elecciones locales a un 29,4% el pasado domingo.