VALÈNCIA. (EFE). La portavoz de Educación del grupo popular en Les Corts, Beatriz Gascó, ha solicitado la retirada de la ley de educación en Les Corts ante "el rechazo general" de la comunidad educativa.
"No se puede hacer una ley para una minoría", ha manifestado Gascó, que ha defendido la importancia de contar con todos los agentes de la comunidad educativa para la estabilidad del sistema en el futuro.
"Tanto el alumnado, las familias como el profesorado han rechazado la norma y han denunciado la falta de participación de la comunidad educativa, por eso lo más prudente es su retirada y comenzar de cero para poder partir de un consenso", ha opinado.
La retirada de la proposición de ley de educación permitiría que en el proceso de elaboración de la norma se pudiera escuchar a expertos que defiendan diferentes teorías lingüísticas "y no solo las favorables a las teorías del Consell", ha opinado.
Además, según añade, la apertura de una mesa de trabajo permitiría "pulir las aristas de la ley, cubrir los vacíos legales que presenta el actual texto y que se priorice la formación académica del alumnado y no su ideologización como ocurre ahora".
Gascó considera que la ley que pretenden que se apruebe en Les Corts "antepone la imposición del valenciano al aprendizaje del inglés, intentando hacer desaparecer o llevar a mínimos todo lo que huele a español del sistema educativo valenciano".
"No se puede hacer una ley a espaldas de la ciudadanía y en la Comisión de Educación del pasado lunes se evidenció que nadie está conforme con este texto", ha insistido.
Hay que echarse a temblar. Otro Gobierno socialista amenaza con reformar la enseñanza. La experiencia nos dice que cada ley educativa del PSOE ha sido peor que las anteriores. Pedro Sánchez tiene a su alcance la hercúlea empresa de demoler lo poco que queda en pie del edificio educativo. Nadie duda de que lo conseguirá
La Conselleria afrontará para este curso la elaboración de una norma global, cuyo contenido todavía está por detallar, pero que apunta hacia el fracaso escolar y la cuestión lingüística