VALÈNCIA. El PPCV que lidera Isabel Bonig no solo ha renunciado a sumarse a la manifestación por una financiación justa del próximo sábado 18 de noviembre, sino que también está decidido a socavarla con todos los medios que tiene a su alcance. Así, los populares se han prodigado en los últimos días en distintos movimientos combinados entre Madrid y València para lanzar una serie de mensajes que debiliten la convocatoria de la protesta impulsada por los sindicatos mayoritarios, respaldada por la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) e ideada al fin y al cabo por las fuerzas del Botánico.
Con este escenario, la formación de la gaviota no ha permanecido de brazos cruzados a la hora de contrarrestar los posibles efectos que tenga la protesta a la que se han sumado más de 160 colectivos e incluso fuerzas políticas como Ciudadanos. Así, la acción de los populares podría separarse en cinco contramedidas:
1. Bonig maniobra en Madrid con el Gobierno de Rajoy. La líder de los populares valencianos se entrevistó este martes con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y tuvo el privilegio de anunciar a la salida de la reunión que este jueves el Ejecutivo central aprobará una dotación extraordinaria del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) de 600 millones de euros de los que 185 serán para la Comunitat Valenciana. Una manera de poner en relieve un gesto del Gobierno de Rajoy a cuatro días de una manifestación que, precisamente, dirige sus quejas a Madrid. Por su parte, PSPV, Compromís y Podemos calificaron de "deslealtad" la reunión de la líder popular con Montoro y criticaron que su partido no se sumara la manifestación. "No sabemos a qué ha ido porque no conocemos su propuesta y nos parece desleal que los ministerios del Gobierno de España se tomen como una sucursal de Génova", sentenció el síndic socialista, Manolo Mata.
2. El trueque con la financiación y los presupuestos. Además, Bonig aprovechó para invitar a los participantes en la protesta, sindicatos, patronal y partido, a que firmen un manifiesto de apoyo a los Presupuestos de 2018 -aunque todavía no se conocen las cuentas-. "Si fuera la presidenta de la Comunitat Valenciana, hoy mismo estaría negociando los PGE", afirmó Bonig. Una maniobra que fue criticada por el síndic de Compromís, Fran Ferri, que la calificó de "chantaje" y por el propio Mata, que consideró a la líder popular "el 'gancho' del trilero Montoro". En este sentido, las fuerzas del Botánico recalcan que la reforma del sistema de financiación es algo que corresponde hacer desde hace tres años y que el cambio beneficie a los valencianos es de "justicia", no una situación sobre la que negociar para que Rajoy saque adelante sus presupuestos.
3. Identificar la manifestación del 18N con el proceso independentista catalán. Otro de los estiletes utilizados por el PPCV consiste en aprovechar la adhesión de formaciones como la CUP o Esquerra Republicana a la protesta para desvirtuar todo el evento en sí. La propia Bonig recordó este lunes que en 2005 los independentistas catalanes ya se manifestaron 'Per un finançament just' y de aquella situación, a su juicio, "hoy está Cataluña como está". Una estrategia, que además de la propia líder en debates en Les Corts, ha sido utilizada por otros dirigentes populares en redes sociales.
4. Recordar que el modelo de financiación actual se aprobó en 2009 con el socialista Rodríguez Zapatero como presidente. Uno de los mantras del PPCV para defenderse de los ataques acerca de su pasividad respecto a la reforma del sistema es insistir en que el modelo actual que perjudica notablemente a los valencianos se aprobó en 2009 con los socialistas al mando y, de hecho, recuerdan cómo consellers del actual Gobierno valenciano de Ximo Puig como Carmen Montón votaron a favor. En los últimos días, han difundido un video recordatorio sobre esta cuestión, si bien no mencionan que el modelo caducó en 2014 -con el PP gobernando en Madrid y en la Comunitat Valenciana- y no se ha abordado la reforma hasta ahora.
5. Presión a Ciudadanos por su apoyo a la manifestación. La formación que lidera Albert Rivera decidió días atrás -y no sin suspense- que sí acudiría finalmente a la protesta. Las dudas han estado presentes en este partido y, de hecho, todavía este mismo martes amenazaban con replantear su presencia si aparecían lemas independentistas. Una cuestión sobre la que las fuerzas del Botánico replicaron que, al margen de la "libertad de expresión", todo el que se sume a la protesta lo hace bajo un lema "unitario" por la financiación. En cualquier caso, se ha visto en los últimos días a dirigentes nacionales del PP como el vicesecretario de Política Social, Javier Maroto, atacando la línea de flotación de Ciudadanos con esta cuestión: "Van a marchar con miembros de la CUP y banderas esteladas al grito de 'España nos roba'", comentó. En esta línea, responsables valencianos como el diputado Alfredo Castelló notificaban a Albert Rivera e Inés Arrimadas por Twitter que su formación acudiría a una manifestación con la CUP.
En definitiva, unas iniciativas estratégicas por parte de la formación que lidera Bonig dirigidas a 'colocar' su mensaje de corresponsabilizar al PSOE de la reforma del sistema, socavar la manifestación o, en su defecto, amortiguar lo máximo posible un hipotético éxito de la misma. La pasada semana, curiosamente, tuvo lugar la manifestación anticatalanista liderada por Juan García Sentandreu -impulsor de Coalició Valenciana- y Cristina Seguí -exVox- cuya afluencia, según la Delegación de Gobierno controlada por el popular Juan Carlos Moragues, se cifró en 15.000 asistentes. Un dato sensiblemente mayor que el ofrecido por otros medios de comunicación apreciaron: sin duda, el reto de los organizadores del 18N está situarse muy por encima de esa cifra.
Militantes de Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia y Extremadura reclaman un sistema justo y multilateral