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políticos al habla / OPINIÓN

El puzzle de los Presupuestos

17/01/2019 - 

La elaboración de los Presupuestos Generales del Estado supone un ejercicio casi como los de la elaboración de un puzzle. Se trata de encajar las piezas autonómicas para elaborar un solo documento. A veces esas piezas las tienen escondidas algunos dirigentes autonómicos y las rifan según apetencias. Aún recordamos cómo el nacionalismo vasco y el catalán se rifaban a los Gobiernos del PP y del PSOE para "vender" sus votos, o sea, sus piezas.

Ese ejercicio de chalaneo en la venta de los votos periféricos trajo consigo un sistema de financiación autonómico injusto, irreal, subjetivo y alejado de cualquier atisbo de racionalidad económica. De aquellas malas praxis vienen las quejas de casi todos los Gobiernos autonómicos que ven como una minoría de escaños es capaz de bloquear unos Presupuestos Generales del Estado, guardando las piezas del puzzle nacional.

No han podido, o no han querido, los dos grandes partidos que han gobernado España un sistema objetivo y racional que evitase el compadreo de unos votos nacionalistas que solo traían más tensiones. Cuando no se convertían en rehenes de sus votos, los nacionalistas exigían más, quebrando el concepto de caja única. Se trataba de vender caro el apoyo parlamentario para satisfacer al voto nacionalista convertido al independentismo en algunos lugares.

Hasta aquí hemos llegado sin posibilidad de un gran pacto nacional de presupuestos, como hacen los partidos serios alemanes. Y ese pesimismo se nos antoja que sigue. No hay posibilidad de respetar para que el Gobierno de turno, cumpliendo las reglas económicas europeas, sea capaz de sacar unas cuentas adelante sin el chalaneo de minorías que solo piensan en ellas.

En este último caso, los presupuestos del Presidente Sánchez, han tenido que ir a recoger algunas piezas del puzzle a la cárcel. Porque algunos de los que tienen que autorizar el voto de estos presupuestos han guardado las piezas en el colchón del presidio, como si quisieran preparar una evasión. Y cuesta dar explicaciones del voto de esos que lo que quieren es romper, precisamente, con la unidad de los Presupuestos Generales del Estado. Vamos, que los que desearían es no ver a este Estado ni en pintura.

Tan pronto como seamos capaces de organizar un sistema de reparto equitativo y cabal, tan pronto como los nacionalismos periféricos dejarán de apretar las tuercas al gobernante de turno, tan pronto seremos libres. Y las quejas autonómicas dejarán de tener consistencia. Da la sensación de que, a veces, alguien no quiere que las cosas cambien, para que todo siga igual.

Unos Presupuestos no pueden estar en manos de minorías, por muy loables intereses que éstas tengan. Porque la mera sensación de que el que más ladra, más consigue, es la propia constatación del desapego del pueblo hacia sus gobernantes. No hemos conseguido, en cuarenta años de democracia, un sistema de reparto de las obligaciones y de los derechos que acabe con el discurso victimista del político de turno. A nadie convencerá un sistema tan aleatorio, y tan subjetivo, que contenta a nadie y cabrea a todos.

Que los partidos con representación parlamentaria seamos capaces de dar credibilidad al sistema de asignación de recursos económicos para que el discurso separatista no pueda sostenerse es una tarea, compleja como la de un puzzle. Porque hay mucha gente que se guarda las piezas para colocarlas al final y vender su éxito. Imposibilitando a los demás colocar sus piezas y sumar para el proyecto.

Que el puzzle autonómico se haya basado en conseguir más que los otros, como si los otros no fuesen de nuestra familia, es un ejercicio muy de colectivo insolidario. Es una manera de decir que los demás no importan tanto. Y esos "demás", en una sociedad democrática como la nuestra, somos todos. La democracia ya es en sí un puzzle, muy complejo de millones de piezas, algunas más parecidas a otras. Pero si lo que realmente queremos es completar el puzzle, bien haríamos en ser más solidarios, más comprensivos con los demás y menos ególatras. Si pensamos en nuestro territorio como una isla, a esa isla le faltarán muchas piezas. Y cuando queramos recomponer el puzzle completo, otros habrán venido con otro completo. La economía son sus presupuestos, pero no vendiendo piezas.


Emilio Argüeso es secretario de Organización de Ciudadanos en la Comunitat y secretario primero de la Mesa de Les Corts

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