El Salón del Cómic abre sus puertas a los cuatro continentes

VAÑÈNCIA. Ubicado en Europa, y más concretamente en València, el Salón del Cómic de la ciudad ha decidido expandir sus fronteras. Con exposiciones, charlas y stands este año se ha lanzado a la conquista de otros tres continentes: Asia, América y África, la triple A que está presente este fin de semana entre los pasillos de Fira València. Tal y como lo cuenta Marta Sánchez, una de las encargadas de organización, este año han decidido “expandir fronteras” para conocer el universo del cómic en otros lugares del mundo. Este deseo se resuelve a través de exposiciones como Pásele, Pásele. Un vistazo a la historieta Mexicana, Kubuni - Les bandes dessinées d’Afrique. Un viaje por el cómic africano y Milang “Historias”. Cómic en la Guinea Ecuatorial. 

Con todas ellas, desde el Salón buscan explorar los otros lenguajes del cómic alrededor del globo. Laura Nallaely Hernández, investigadora de la historieta mexicana y comisaria de la exposición Pásele, Pásele, celebra entre los pasillos de la feria que la tradición de la historieta mexicana “está muy viva” y que eso por fin puede leerse desde Europa gracias a esta muestra: “Resumirlo nuestra historia es un reto grande y hay que estudiar publicaciones extensas. No es una historia lineal la que tenemos, buscamos cómo vincular el pasado con el presente y queremos mostrar cómo hay temáticas que se perpetúan como lucha libre y los temas sociales, nuestra propuesta es hacer una muestra lineal que resuma la historieta sin caer en datos muy pequeños que no interesan a nadie, más bien líneas generales”, añade sobre este paseo visual.

Desde el punto de vista de los creadores el autor Daniel Nsué visita el certamen y ve nada más entrar a Fira València sus viñetas y su nombre en un gran cartel. La muestra Milangs, sobre cómic africano, es la que da la bienvenida a los visitantes: “Me encanta que sea lo primero que se ve nada más entrar, es un puesto muy privilegiado y para mi es algo impresionante. Es una manera de demostrar el impacto del cómic africano y celebrarlo”. Con esto Nsué ve reflejado su trabajo de años en los muros y celebra como repercute positivamente en su equipo: “Es halagador, mostrar mi trabajo no solo me enriquece a mí si no también a mi equipo de Guinea. Con esto demostramos que con el cómic sí que hay una salida profesional, el Salón arroja un poco de luz sobre ese túnel, aquí veo que hay gente a la que le gusta lo que hacemos ahí fuera y para nosotros eso es muy importante”. 

Durante el domingo participa en un coloquio sobre la “negritud en el cómic” y el impacto del cómic africano, charla en la que reflexiona sobre el contexto del cómic a nivel social y familiar al otro lado del charco: “Creo que es una actividad que ayuda a tener una perspectiva mucho más abierta sobre el cómic africano, con esto construimos un relato y de alguna manera yo también aprendo sobre lo que se ve desde aquí”, añade el artista. Y respecto al aprendizaje añade que también ha podido participar de algunos de los talleres que ofrece el propio evento: “Yo he aprendido a dibujar de forma autodidacta y aquí por primera vez he podido practicar mi técnica en cursos de dibujo, siento que he aprendido mucho de mis maestros y de los artistas con los que he podido juntarme”, añade mientras observa su muestra sobre los muros de la entrada.

El Salón del Cómic este año también ha asentado sus bases en Asia, asentando una zona para este continente donde se han centrado en la cultura musical J-Pop (de pop japonés) y K-Pop (koreano). Para ello han ubicado, al final del recinto, un escenario en el que por primera vez se han realizado concursos de baile K-Pop -consolidando el formato del año pasado- y J-Pop. Arantxa, componente de Rosemary Honey, participa junto a su banda en el concurso de baile organizado el sábado: “Teníamos muchas ganas de algo de este estilo, en València siempre luchamos porque se traiga algo idol -se refiere al abanico que acoge artistas japoneses, tanto cantantes como actores, aclamados por el público- y que por fin puede verse en el salón”.

“El año pasado había concursos en la Japan Weekend, pero ver que el concepto se está popularizando es genial”, añade, “creo que así se atrae a nuevos públicos y a nosotras nos gusta mucho estar en un evento más grande. Es importante que dentro de la feria se dediquen estos espacios”. Para ella, y sus compañeras, tanto la Japan Weekend como el Salón suponen puntos de encuentro en los que pueden ser ellas mismas sin juicios externos: “Se reúne un público que lo que quiere es pasarlo bien, son públicos muy nicho que no tienen tantos lugares donde sentirse seguros y respetados. Nos gusta venir, bailar y lucirnos en este espacio, además es una buena excusa para juntarte con amigos de otras ferias”. 

Animados por la música del concurso de baile muchos de los fans de la cultura japonesa y coreana hacen largas colas para comprar merchandising de sus ídolos. Claudia es una de ellas, pero hoy ejerce de dependienta tras un stand, para ella la inclusión de la zona Asia en el salón es un “territorio ganado” que espera que se expanda con el tiempo: “En el Salón de València siempre hay puestos de todo tipo pero es genial que se haya habilitado una zona concreta para esto. Aún estamos un poco apartadas de la entrada pero poco a poco irán viniendo nuevos públicos a conocernos, lo importante es que tenemos un lugar en el que compartir nuestra afición y nuestras pasiones. También es una oportunidad única para otros asistentes al Salón de conocer esta cultura”, añade tras su puesto. En el stand vecino se encuentra Julia, quien enseña confección para trajes estilo “Lolita” y ahora traslada su idea de la Japan Weekend a este evento.

“Ahí teníamos un poco más de espacio para hacer actividades pero estamos estupendamente con lo que tenemos. Es un logro incluir la cultura japonesa y coreana en eventos como este, el cómic manga se está fusionando poco a poco con una cultura más global y siento que se está mezclando con todo lo bueno”, explica mientras zurce un traje rosado, “nosotras somos unas amigas que hacemos esto por gusto, hablamos de esta cultura, cosemos y nos vamos de picnic. El Salón es un buen lugar para conocer a más personas interesadas por esto o perfiles que quieran empezar y no sepan por donde, les aconsejamos por donde empezar y que deben hacer”. Con todas estas propuestas el Salón da los primeros pasos en su fase de “internacionalización”, y quien sabe si el año que viene conquistarán el quinto continente…