VALÈNCIA. La descomunal Dana, que asoló el pasado 29 de octubre Valencia, ha dejado a su paso la destrucción de gran parte de las construcciones de las localidades afectadas. Destrozos que van desde la devastación de locales, casas y edificios hasta humedades y filtraciones en la mayoría de edificaciones. Unas lesiones que van a precisar de actuaciones de reparación y rehabilitación, generando un gran volumen de trabajo para un sector como es el de la construcción que afronta un grave problema de falta de mano de obra desde hace años.
Pero, además, muchos oficios necesarios para estas labores como carpintería, instalaciones eléctricas o fontanería han quedado también arrasados por las inundaciones, lo que agudiza aún más la escasez de oferta de profesionales en un momento en el que habrá más demanda que nunca para reconstruir, pero también para seguir con otro tipo de proyectos como la vivienda de obra nueva.
Según datos de la Federación de Contratistas de Obras de la Administración de la Comunitat Valenciana (Fecoval), desde la madrugada del día 30 de octubre, es decir, horas después de la riada, sus asociados han aportado 5.000 trabajadores y 1.000 máquinas para los trabajos de reconstrucción. La primera intervención que se hizo fue a las 4 horas de la mañana y, desde entonces, "no han dejado de trabajar: de lunes a domingo, incluido festivos.
"Cuando el Ejército no estaba desplegado, cuando Tragsa no había llegado, las constructoras valencianas estábamos ya trabajando", remarcan desde la patronal. A día de hoy, siguen trabajando en más de 300 actuaciones en todos los municipios afectados, centrándose en tareas de limpieza del lodo en garajes, reparación de carreteras, caminos y puentes, así como actuaciones en centros comerciales, fábricas y accesos a polígonos industriales.
Por tanto, gran parte de la mano de obra y la maquinaria se ha desviado a poblaciones damnificadas por el temporal, lo que ha provocado que algunas obras se pararan para atender la emergencia. No obstante, desde el sector son conscientes de que hay que retomar poco a poco el trabajo ordinario porque hay que cumplir con los contratos que fijan unos plazos de cumplimiento. Pero, además, una vez concluyan las labores de limpieza e inspección de inmuebles afectados, llegará el momento de la rehabilitación, un volumen del actividad para el que advierten que faltan trabajadores.
Esta problemática no es nueva. El sector inmobiliario lleva años advirtiendo de la falta de perfiles cualificados en materia constructiva. Hace un año, en una entrevista con este diario, el presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec), Francisco Zamora, cifraba el déficit en unos 70.000 trabajadores en la Comunitat Valenciana.
A la insuficiencia de medios se suma ahora la destrucción de muchos negocios vinculados a esta industria, lo que agrava aún más el problema. Tanto es así que muchas empresas damnificadas y que necesitan de ciertos materiales y oficios para reparar sus fábricas han tenido que buscar profesionales en otras provincias. Así lo explicaba a este diario Verónica Bosch, presidenta de la Asociación de Polígonos Industriales de Paiporta (APIP). En su caso, precisaba herreros para reforzar las puertas de sus naves para evitar saqueos y ante la gran carga de trabajo actual y los pocos profesionales disponibles, ha tenido que pedir ayudar a firmas de otras regiones.
Por ello, desde el sector avisan de que las necesidades serán mayores, dado que se va a incrementar las intervenciones necesarias para adecuar el parque edificado tras los estragos de la Dana. Por ello, tanto la Fundación Laboral de la Construcción como Labora van a incrementar itinerarios formativos que puedan aportar perfiles al sector, que ya se están demandando.
Y mientras tanto, a la ya de por sí alta demanda de vivienda se añadirá la necesidad de rehabilitación tensionando la oferta de servicios profesionales. Un desequilibrio que para los promotores va a suponer subidas de precios en la obra nueva. "El teléfono no ha dejado de sonar preguntando por viviendas, incluso en zonas como La Torre, donde hay proyectos en marcha y que se han visto afectados por la Dana", explica a este diario un promotor. Por tanto, remarca que el interés por la compra de vivienda sigue fuerte.
No obstante, desde la Asociación de Promotores de Valencia (Aprova) auguran un cierto incremento en los precios de la vivienda de nueva planta por el incremento de costes, tanto de materias primas, dada la ingente cantidad de obras que vienen, como por la falta de industria auxiliar. "Prevemos que habrá un incremento de costes muy potente. Si ya nos costaba encontrar oficios de construcción encontrarlos ahora será más difícil porque a la vivienda nueva se adhiere obras de reconstrucción y rehabilitación. Por tanto, a mayor demanda y menor oferta suben los precios y muchos profesionales vendrán de fuera y cobrarán un añadido por el desplazamiento", explican desde la asociación de promotores valenciano.
Un escenario que también esperan desde la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la UPV. "La pérdida tan grande del tejido pyme valenciano y muy vinculado a la construcción, como son carpinteros o instaladores, conllevará un sobrecostes añadidos debido a que habrá menos oferta y eso tensionará. Además, se multiplicará la demanda derivada de la rehabilitación", explican.
Por el momento, esas alzas no se han producido, pero prevén que tan pronto la actividad se vaya restableciendo, se producirá ese efecto. Aunque puntualizan que será algo coyuntural de unos años, pero que seguirá complicando el difícil acceso a la vivienda. Por ello, los promotores también inciden en la necesidad de incorporar más mano de obra al sector, ayudar a las empresas afectadas y activar el decreto para promover vivienda de protección pública para evitar mayores tensiones en un mercado ya estrangulado como es el de la vivienda.