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El termómetro de 2023: así les fue el año a 24 de los políticos valencianos más destacados

29/12/2023 - 

VALÈNCIA. Las elecciones autonómicas y locales del pasado 28 de mayo y los comicios generales celebrados el 23 de julio han condicionado en gran medida el ejercicio de 2023. Un año que, en la Comunitat Valenciana, ha traído un cambio de gobierno en la gran mayoría de las instituciones: la Generalitat y el Ayuntamiento de València han pasado de estar gestionadas por los partidos de la izquierda a ser controladas por la dupla PP-Vox. Eso sí, el PSOE pudo respirar con el resultado de las elecciones estatales, que ha permitido a Pedro Sánchez mantener el Gobierno de España con el apoyo de Sumar y de los partidos nacionalistas e independentistas.

El vuelco electoral derivó en un profundo cambio institucional y esto es lo que sin duda ha marcado el ejercicio que queda atrás. Por ello, en este año se producen cambios muy llamativos en el balance de muchos de los dirigentes valencianos: algunos de los que gobernaban en puestos de máxima importancia han pasado a la irrelevancia o incluso al abandono de la política y viceversa.

Como cada año, la redacción de este diario ha elaborado su particular termómetro en el que se mide la temperatura de 24 políticos destacados de la Comunitat. A los que mejor les ha ido el año se les considera 'on fire' y vienen marcados con el color rojo, que se transforma en un tono más templado que va menguando hasta alcanzar la zona azul de frío, que termina en el gris propio de los que han dado un paso -voluntario u obligado- fuera de la primera línea. 

Para bien o para mal, estos son 24 de los protagonistas políticos del año para Valencia Plaza.

1. Carlos Mazón (PP). El líder de los populares valencianos encabeza la lista por motivos obvios: sin partir como favorito indiscutibles en los comicios autonómicos, logró 40 diputados. Un resultado que, con el apoyo de Vox, le permitió desalojar a los partidos del Botànic -PSPV, Compromís y Unides Podem- de la Generalitat. No es que haya sido un buen año para Mazón, es que directamente le ha cambiado la vida. El presidente se enfrenta ahora a tres años y medio de gestión donde deberá lidiar con las carencias económicas del Gobierno valenciano y con sus socios en el Ejecutivo, Vox. Por el momento, los primeros meses de su mandato han conllevado algunas medidas como la eliminación del impuesto de Sucesiones y Donaciones o el mantenimiento de las reversiones sanitarias planeadas por el Botànic como la de Dénia y Manises. En cuanto a su discurso político, ha elevado el tono hacia el Ejecutivo central respecto a las reivindicaciones valencianas y ha señalado con dedo acusador a la herencia del Botànic. Respecto a su relación con Vox, hasta el momento parece controlada, consiguiendo aprobar los primeros presupuestos sin apenas problemas.

2. María José Catalá (PP). También ha sido un gran año para la nueva alcaldesa de València, quien sufrió algo más que Mazón para lograr su objetivo (un sólo concejal de diferencia) pero que alcanzó la meta fijada de arrebatar la vara de mando a Joan Ribó. La dirigente popular, que se convirtió en primer edil sólo con los votos de su partido, ha sufrido en los primeros meses de mandato la rebeldía de Vox, a quien finalmente incluyó en el gobierno municipal aunque con competencias bastante limitadas. Sin duda, un ejercicio inolvidable para Catalá, que aspira a seguir la senda de Rita Barberá y lograr encadenar varios mandatos consecutivos.

3. Diana Morant (PSPV). La exalcaldesa de Gandia es la dirigente socialista del momento en la Comunitat Valenciana. Pedro Sánchez ha vuelto a confiar en ella como ministra de Ciencia e Innovación, agregándole además la competencia de Universidades. Además, el presidente del Gobierno ve en ella a la dirigente adecuada para que suceda a Ximo Puig en el liderazgo del PSPV. Una tarea que parece encontrarse al alcance de su mano si da un paso adelante. En cualquier caso, y pese a la derrota electoral de los socialistas valencianos en las elecciones autonómicas, Morant termina el año siendo ministra revalorizada y con la opción sobre la mesa de convertirse en la máxima representante del PSPV: un balance nada desdeñable dentro del sufrimiento general en la federación valenciana.

4. Vicente Mompó (PP). El alcalde de Gavarda irrumpe en la cima de los dirigentes políticos agraciados en el 2023. No es para menos: pocos analistas auguraban que los populares pudieran gobernar la Diputación de Valencia, dado que el PSPV partía con una ventaja importante en muchas alcaldías y partidos judiciales. Sin embargo, el también presidente provincial del PP no dejó de creer en sus posibilidades y consiguió que los números funcionaran en las elecciones municipales. El último empujón se lo dio Ens Uneix, el partido del exsocialista Jorge Rodríguez, que rechazó un pacto con Carlos Fernández Bielsa permitiendo así que los votos del PP fueran suficientes para que Mompó presidiera la Diputación. Es más, ahora lo hace habiendo integrado a Ens Uneix en el gobierno provincial y sin tener que contar con Vox. Una jugada redonda para el dirigente popular, que ha pasado de aparecer en una modesta segunda línea a jugar en la primera división política valenciana.

5. Vicente Barrera (Vox). Si analizamos años inolvidables, no puede ignorarse el cambio radical en la vida del extorero y empresario: de ni siquiera figurar en las quinielas, a ser el vicepresidente primero de la Generalitat. El propio Santiago Abascal fue el encargado de impulsarle como su hombre fuerte en la Comunitat Valenciana y, en un abrir y cerrar de ojos, el pacto exprés sellado con el PP convirtió a Barrera en la segunda autoridad en el Consell de Mazón y con las competencias de Cultura y Deporte bajo su batuta. Por el momento, más allá de proclamar su lucha contra el catalanismo y su defensa del mundo taurino, sus momentos más polémicos se han producido con los ceses de José Luis Pérez Pont del Consorci de Museus y con las destituciones en las tres direcciones adjuntas del Instituto Valencià de Cultura, pese a tener contratos de tres años en vigor. Su misión, tal y como dijo en Valencia Plaza, es implantar  "una cultura blanca que no sea un arma de colonización de conciencias". Respecto a su relación con Mazón, más allá de algunos deslices tuiteros, ha sido buena hasta el momento.

6. Ruth Merino (PP). Si le hubieran preguntado hace un año, la ahora portavoz del Consell y responsable el área de Hacienda en el Gobierno valenciano probablemente habría dicho que se vería en los siguientes meses regresando a su puesto como técnica en la Agencia Tributaria. Y sí, esto llegó ocurrir, pero por poco tiempo: Mazón, que le había incorporado a su equipo económico antes de las elecciones tras haber abandonado la portavocía de Ciudadanos, le puso sobre la mesa convertirse en una de las referentes en el nuevo Consell. Nada más y nada menos que dos de las responsabilidades más importantes: ser la voz del Ejecutivo y tomar el mando en el área que diseña y gestiona el presupuesto. Un 2023 que empezó mal para Merino con la crisis de Ciudadanos y ha terminado por todo lo alto como protagonista en el Gobierno valenciano.

7. Susana Camarero (PP). Una veterana, no tanto por edad sino por trayectoria, de la política valenciana que ha regresado a la primera línea por la puerta grande. Llegó a sonar con fuerza -incluso algunos medios lo dieron por hecho- como ministra del Gobierno de Mariano Rajoy tras ser secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad entre 2014 y 2016. No lo fue y, de hecho, salió de la primera línea política en 2019 para incorporarse al sector privado. Mazón, con quien tiene buena relación desde hace muchos años, no dudó en contar con ella para que fuera su mano derecha dentro del Consell y, además, en un área sensible donde Camarero tiene experiencia. Un regreso por la puerta grande.

8. Llanos Massó (Vox). Una veterana del partido de Abascal (ocho años de afiliada y tres veces candidata por Castellón) que accedió a Les Corts en 2019 fue la elegida para ser, junto a Barrera, la otra cara visible del pacto con el PP. Un gran año para la parlamentaria: de estar en la oposición la pasada legislatura en Les Corts a presidir el Parlamento valenciano, convirtiéndose así en la segunda autoridad institucional de la Comunitat. Un cargo que, probablemente, nunca llegó a imaginar cuando se inició en el activismo como miembro en la plataforma de HazteOir y que se ha materializado este 2023.

9. Pilar Bernabé (PSPV). El año para los socialistas valencianos no puede ser bueno por la pérdida de las instituciones en las elecciones autonómicas y locales de mayo, pero hay algunos dirigentes que pueden extraer algunas conclusiones positivas. En el ejercicio que queda atrás, Bernabé fue designada vicesecretaria general del PSPV, cargo que aún ostenta, y recientemente ha sido confirmada su continuidad como Delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana. Dos hechos que la sitúan como una de las dirigentes a tener en cuenta en el presente y futuro del partido.

10. Jorge Rodríguez (Ens Uneix). El alcalde de Ontinyent y expresidente de la Diputación merece una mención en esta lista dentro de los dirigentes que han tenido un año más bueno que malo. Pese a que perdió representantes en las elecciones municipales y estuvo a punto de quedarse sin el diputado provincial que ostentaba, finalmente Ens Uneix tuvo el voto decisivo en la Diputación de Valencia, en lo que muchos consideraron la venganza fría contra su expartido, el PSPV-PSOE, al facilitar que el PP lograra presidir la corporación. La mejor noticia, el archivo de la causa de Alquería -la que le sacó de su cargo en 2018-, algo que convierte este año en inolvidable para Rodríguez y el resto de enjuiciados.

11. Juanfran Pérez Llorca (PP). Mano derecha de Mazón en el partido, ha visto reconocida su labor este año siendo designado secretario general (número dos) de los populares valencianos. Su papel en la campaña y en diversos pactos como el alumbrado en la Diputación de Valencia está fuera de toda duda. Quizá los responsables de Organización no puedan disfrutar de puestos más brillantes en un termómetro pero este ejercicio ha sido sin duda positivo para el hábil estratega orgánico del PPCV.

12. Àgueda Micó (Compromís). La coalición valencianista ha tenido, en líneas generales, un ejercicio muy complicado. La pérdida de sus puestos institucionales y la difícil recomposición de liderazgos está poniendo a prueba a Compromís, que ha encontrado en Sumar una alianza que ha dado frutos iniciales aunque también deja incógnitas en el futuro. Micó, decidió dejar el liderazgo orgánico y encabezar la lista al Congreso: tras la debacle en las elecciones autonómicas y locales, se ha quedado como la referente probablemente más visible de la coalición. El año no ha sido bueno para nadie en Compromís pero Micó es, posiblemente, la dirigente que ha quedado mejor posicionada.

13. Juanma Badenas (Vox). El catedrático de Derecho Civil fue el fichaje del partido de Santiago Abascal como candidato a la Alcaldía de València. Como ocurre con algunos dirigentes de Vox, es capaz de combinar manifestaciones o actuaciones llamativas o extravagantes con duras afirmaciones frente a oposición y socios. El resultado en València fue bueno (4 concejales) pero insuficiente para que la candidata del PP, María José Catalá, contara con Vox para ser investida como alcaldesa. Badenas, tras algunos meses de espera, pasó a la ofensiva para lograr entrar en el gobierno municipal, algo que consiguió finalmente -con la intervención de Madrid- pero con un balance de competencias menor a la que aspiraba. Así, el ahora segundo teniente de alcalde logró finalmente entrar en el gobierno municipal, aunque sin grandes áreas de responsabilidad y con ciertas críticas internas en su partido por algunas de sus actuaciones.

14. Esteban González Pons (PP). El histórico dirigente popular puso su habilidad al servicio de su amigo personal Alberto Núñez Feijóo en su objetivo de alcanzar La Moncloa. El exconseller es el valenciano con un puesto más alto en la cúpula nacional del partido, pero el traspiés de las elecciones generales le impidió alcanzar un ministerio, el cargo maldito para el que siempre ha sonado sin éxito. Así, el escenario postelectoral ha difuminado los posibles grandes planes que Feijóo tenía para él, por lo que todo apunta a que regresará a Bruselas en las elecciones europeas del año que viene con opciones incluso de encabezar la lista.

15. Arcadi España (PSPV). El exconseller ha visto en las últimas semanas cómo un año triste se ha transformado en un ejercicio esperanzador. Bien es cierto que una victoria electoral le habría conducido de nuevo a una buena posición en el Gobierno valenciano que le permitiera, tal vez, acceder a la sucesión de Ximo Puig. La derrota en las urnas trastocó los planes de todos en la formación socialista, aunque España se ha podido reubicar, nada más y nada menos, como secretario de Estado en el Ministerio de Política Territorial, un puesto de relevancia en el que relanzar su carrera.

16. Rebeca Torró (PSPV). Una lectura similar puede hacerse de la nueva secretaria de Estado de Industria. Una dirigente que fue ascendiendo en diferentes escalafones del Consell en los ocho años del Botànic y que vio cortada su progresión por las elecciones. Ximo Puig mostró su confianza en ella situándola de portavoz en Les Corts, pero sin duda su año ha mejorado en la recta final con su designación en el Gobierno de España, donde cada vez ostenta más estrechos contactos con el entorno de Pedro Sánchez.

 

17. Aitana Mas (Compromís). Casi ningún dirigente que ostentara grandes responsabilidades en el Botànic recordará 2023 con cariño en el ámbito político. La exvicepresidenta primera del Consell tomó el mando institucional de Compromís en un momento delicado y ganó con cierto sufrimiento las primarias en Alicante para ser cabeza de lista. Pese al disgusto electoral, Mas se mantiene como una de las referentes en Iniciativa, si bien este partido también ha sufrido fugas y tensiones en los últimos meses. Un año intenso y complicado para la de Crevillent.

18. Carlos Fernández Bielsa (PSPV).  El alcalde de Mislata tuvo la alegría de, pese a perder un concejal, vencer en su municipio con más del 60% de los votos, la máxima mayoría en una localidad superior a 40.000 habitantes. Eso, junto a su creciente poder orgánico como líder provincial de Valencia, le habían proporcionado una excelente posición en el PSPV como posible sucesor de Ximo Puig. Sin embargo, su tropiezo en la Diputación de Valencia, única institución que los socialistas podían retener, ha torcido en buena medida su ejercicio. Si Bielsa hubiera conseguido presidir la corporación, tendría probablemente la mejor posición de un dirigente del PSPV en el 2023, pero ahora todo dependerá de cómo se resuelva el próximo congreso extraordinario del partido, para el que ya no parte como máximo favorito.

19. Joan Baldoví (Compromís). El veterano diputado recibió el complejo encargo de sustituir a Mónica Oltra como cabeza de lista a la Generalitat. El resultado fue peor que en 2019 y, junto a la debacle de Unides Podem, fue clave para que la izquierda no lograra reeditar el Govern del Botànic. Baldoví, tras 12 años en el Congreso, se ha incorporado a la política autonómica como portavoz en la oposición: un papel que muchos consideran temporal y que dista mucho del glamour de las televisiones nacionales en el que se movía en Madrid. Un año difícil para el parlamentario donde se vio obligado a cumplir con la última misión que le solicitó Compromís.

20. Enric Morera (Compromís). El histórico exlíder del Bloc también ha pasado a un discreto segundo plano en el presente ejercicio. Ahora bien, esta situación no derivó directamente del mal resultado electoral, dado que Morera había quedado fuera de las listas autonómicas y también de la candidatura local al Ayuntamiento de València, algo a lo que pretendía optar. Finalmente, fue elegido senadora territorial no sin ciertas tensiones entre los socios de la coalición valencianista. Así, 2023 es el año donde el dirigente ha dejado la primera línea después casi dos décadas de protagonismo.

21. Joan Ribó (Compromís). Si hablamos de veteranos que pierden protagonismo, el paradigma es el alcalde de València. La pérdida del consistorio ha significado un cambio de ciclo también en el Cap i Casal, con la retirada en diferido -mantiene el acta aunque ya no es portavoz- del primer edil durante los últimos ocho años. Ribó, a sus 76 años, amagó con no presentarse por motivos de salud y, finalmente, aceptó la petición de su partido de volver a encabezar la lista una vez más. Sin embargo, el ejercicio de 2023 le dejó una derrota electoral y la puerta abierta para su retirada política.

22. Ximo Puig (PSPV). Una situación similar a la que ha atravesado el todavía líder del PSPV-PSOE. Arrancó el año siendo presidente de la Generalitat y con buenas perspectivas de conseguir reeditar su mandato, pero la escena nacional y sus propios errores -tal y como él ha reconocido- le impidieron lograr el objetivo de mantener a los socialistas al frente del Palau por tercera legislatura consecutiva. Tras la derrota electoral, Puig se mantuvo al frente del partido y jugó sus bazas para intentar ser ministro en el Gobierno de Sánchez, si bien ha tenido que conformarse con una presidencia de comisión en el Senado, algunos nombramientos de sus afines y un posible puesto de embajador en la OCDE. Ahora, ha anunciado su despedida del liderazgo con la convocatoria de un congreso extraordinario del PSPV: una cita que servirá para su adiós definitivo de la primera línea. 

23. Héctor Illueca (Podem). De vicepresidente segundo del Consell y candidato a la Generalitat a abandonar la política de forma prácticamente inmediata. La formación morada se quedó muy lejos de alcanzar el 5% mínimo necesario para entrar en Les Corts, contribuyendo de forma casi decisiva a que la izquierda no tuviera opciones de vencer al tándem PP-Vox. 2023 ha sido el fin del sueño institucional para Podem en líneas generales y, en particular, para dirigentes como Héctor Illueca, que han regresado a sus tareas profesionales.

24. Mamen Peris (Ciudadanos). Un caso similar es el de la que fuera portavoz y candidata de Cs en las últimas elecciones autonómicas. La formación naranja se estrelló sin remisión en la cita, quedando muy lejos de alcanzar representación y evidenciando la imposible remontada de los diferentes malos resultados cosechados en los meses anteriores. Peris lo intentó, pero las urnas le abrieron la puerta de salida de la escena pública.

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