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VALÈNCIA RENEGOCIA su adquisición para derribarlA

El tiempo barre la Venta de Toros de El Saler, que va camino de su desaparición

5/05/2019 - 

VALÈNCIA. La época de la Venta de Toros de El Saler ya pasó. En pocos aspectos de la vida municipal hay tanta unanimidad. En julio de 2017 la Comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento de València estudió una moción del PP para pedir su demolición. El Govern de la Nau no sólo la aceptó sino que fue más allá. Retruc; si el PP quería demoler la Venta de Toros del Saler, el Govern de la Nau también incluyó el Sidi Saler

Pero si el derribo del hotel despierta dudas entre la oposición (PP y Ciudadanos se abstuvieron) y parece cada vez más lejano, sobre todo después de que el Gobierno concediera la prórroga de explotación, el de la Venta se va a ejecutar sí o sí. Es sólo cuestión de tiempo. 

La explicación a este consenso se halla con sólo acercarse a ella. La Venta de Toros lleva al menos una década sin usarse y no se empleará en el futuro. Su razón de ser, tener los a bovinos que iban a ser toreados en la plaza de toros de València, carece de lógica en la actualidad. El discurrir de los años y los progresos tecnológicos en comunicación han borrado cualquier operatividad a la Venta. Por ello, la Comisión de Medio Ambiente aprobó encargar al concejal Sergi Campillo que realizase las gestiones oportunas con la Diputación de València, propietaria de la Venta de Toros, para lograr el derribo de las edificaciones, la limpieza de la zona y la restauración de las áreas donde se asienta y zonas adyacentes.

Las negociaciones van lentas y aún no se ha concretado nada pese a la buena disposición que mostró desde el principio el ahora presidente de la Diputación de València, Toni Gaspar, entonces vicepresidente y diputado de Asuntos Taurinos. Las primeras reuniones se celebraron en octubre de ese 2017 y parecía que todo iba adelante. Los argumentos del concejal convencieron en la Diputación. Cuando Campillo propuso tirarla abajo, Gaspar no se opuso sino que escuchó, y tras ello hizo un comunicado en el que daba por buenas las premisas del regidor. Pero pese a estas palabras, se sigue dónde se estaba, sin avances.

Plenos poderes para Campillo

De ahí que para reactivar la negociación la Junta de Govern del consistorio aprobó este viernes resetear y volver a empezar tomando como punto de partida un informe aprobado el pasado 16 de abril. Con él en la mano se solicitará de manera oficial a la Diputación de València la cesión gratuita o una mutación demanial de la finca y así poder tirarla abajo. El Ayuntamiento de València quiere resolver este asunto lo antes posible y para agilizar los trámites burocráticos se ha facultado a Campillo con todos los poderes. 

La historia de esta parcela, como tantas otras de la ciudad, se remonta a hace más de medio siglo, cuando el Ayuntamiento franquista del momento aprobó en un pleno celebrado el 15 de septiembre de 1967 ceder a la Diputación el suelo a cambio de unos terrenos en el hospital provincial. Cuando en 1986 se creó el Parque Natural de L’Albufera, la parcela pasó a estar en plena demarcación, con las limitaciones que ello conlleva. 

Foto: KIKE TABERNER

Actualmente las instalaciones están fuera de ordenación. A esto se une que la calificación de la parcela en el PGOU es como Suelo No Urbanizable, Sistema General de Espacios Libres, GEL-3 Parque Forestal. Desde el punto de vista del Parque Natural, el Plan Rector de Uso y Gestión no reconoce las instalaciones ni en su articulado ni en su cartografía. ¿Por qué? Porque no deberían existir. Y menos en una parcela que forma parte de una zona calificada como de Protección Integral por sus valores ecológicos, geomorfológicos y paisajísticos. 

No se recuerda en qué fecha concreta las instalaciones dejaron de tener uso definitivamente pero sí se tiene constancia de que en 2012 la Venta ya no funcionaba como tal y llevaba tiempo sin emplearse. Se ha encontrado un expediente de solicitud de autorización por parte de la Diputación de València para vallar toda la propiedad con el objeto de evitar las acciones vandálicas que se estaban produciendo. Este vallado se ejecutó en 2014 abarcando sólo la parte de la parcela donde se localizan las instalaciones.

Riesgo por el deterioro

La Venta presenta actualmente dos zonas diferentes: la zona vallada, que incluye el edificio de la propia Venta Taurina, y una segunda zona, situada al sur de este inmueble, sin vallar, integrada completamente y formando parte del monte de la Dehesa. 

Como quiera que el acceso a la zona vallada es fácil, en el consistorio advierten del riesgo que se puede derivar como consecuencia del estado de abandono y deterioro en el que se encuentran las actuales instalaciones, que puede dar lugar a accidentes e incluso puede constituir un foco de incendio por un mal uso de las personas que puedan acceder.

El conjunto ocupa una superficie de 16.000 metros cuadrados y cuenta con ocho corrales, cuatro corraletas y una antigua vivienda que usaba el corralero. Está situado sobre el sistema dunar más cercano al mar y donde aparece la comunidad de alhelí de mar, muy raro en la Devesa. La Venta se asienta también sobre la mallada del Algarrobo en donde se pueden encontrar comunidades características de saladares (de hecho algunas especies de Limonium y Juncus tienen aquí la mejor representación dentro del Parque Natural). 

Se trata pues de una edificación inútil en medio de un espacio de gran valor natural. Su destino inevitable es la piqueta. Sin valor artístico ni cultural más allá de la huella etnológica, su demolición, en el fondo, tiene más de pragmatismo que de símbolo. Quizá por eso su fin es tan seguro.

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