VALÈNCIA. Abran paso, que llegan aires nuevos. Se trata de una nueva generación de creadores y creadoras, cámara en mano, que están adelantando una nueva mirada desde un formato tan concreto como es el del videoclip. Trabajan colectivamente, ven en la multidisciplinariedidad su gran fortaleza y empiezan sus proyectos bajo un único axioma: experimentar y crear algo diferente. Tuica y Duelo son dos de los máximos representantes de esta nueva ola, que acompaña a otro paso generacional como se está dando en la música. Sus videos nos han acostumbrado a una València que se le viene como un guante a YouTube, tanto que ya hay bandas más allá del territorio autonómico y marcas que les buscan.
Al animarles a participar en el artículo, proponen que por qué no hacer la entrevista a través de una videollamada para poder intercambiar ideas también con el otro colectivo. El trabajo común, alejado de egos personalistas es uno de los pilares de una nueva manera de trabajar. Son marcas que buscan crecer junto a otras en vez de a costa de ellas.
La palabra experimentación es la que más se repite en la conversación. Su única líneas roja es traspasar cualquier líneas roja posible. Por eso el videoclip es el formato elegido: “los vídeos musicales no dan dinero, pero sí te permiten trabajar con una libertad que no da la publicidad, por ejemplo. Las bandas nos permiten tener más margen y son trabajos que vienen muy bien para hacerte un portfolio con tu propuesta”, explican desde Tuica. Una renovación sonora es el momento perfecto para una renovación audiovisual, por eso se sienten a medio camino entre disciplinas artísticas y publicidad: “el videoclip está demostrando que la experimentación no le quita personalidad a las bandas, sino que las potencia, y el siguiente paso es entrar un sector que puede estar algo oxidado para poder llevar esa misma idea, nuestro freestyle”.
El maridaje con la música ha sido su punto de partida. No es una apuesta comercial, es la consecuencia natural de participar primero como público de conciertos y segundo como colegas de artistas. “La escena musical de València se preocupa ahora por no ser solo un nombre, sino ser una marca, y eso nos implica a nosotros como a otra mucha gente”, apuntan desde Duelo. Se consideran otro engranaje más de la escena musical, y juega a su favor nuevas propuestas musicales como Vlex que, formando parte de ella, no se reduce a ir cada fin de semana a la parroquia a escuchar qué se cuece. La nueva generación está sobrepasando con creces cualquier frontera pensada hace tan solo unos años. La revolución estética es ya una realidad.
Las bandas también se benefician de su trabajo. Tener un videoclip que impacte, que refuerce la imagen y la estética del grupo, puede conseguir sacarlo más allá de la ciudad y trascender lo local. La marca València solo existirá si hay un trabajo común suficientemente potente para poder mirarse cara a cara con propuestas surgidas de otras industrias (musicales y audiovisuales) mucho más asentadas como Madrid o Barcelona. Por eso, bandas y creadores de vídeo explotan aquello que nos diferencia: ese halo de oscuridad que recorre todos los géneros musicales, desde el post punk hasta el bacalao, y una tensionalidad entre lo digital y lo analógico casi cyberpunk que en estos últimos tiempos ha cogido mucha fuerza. “Si algo une nuestros trabajos es una textura abstracta y muy concreta, pero que es la misma en la música que en nuestros vídeos”,
Puesta patas arriba la música en València, ¿cuál es el siguiente paso? Ahora le toca al audiovisual. “Somos un rollo nuevo y ahora lo interesante es atreverse con cosas más mainstream para llevarlas, en la medida de los posible, a nuestro terreno. Somos algo así como el i+D del audiovisual”, dicen desde Tuica. “El mundo del videoclip digital tiene muy poco recorrido histórico, por eso somos conscientes de que cualquier transgresión es algo novedoso”, completan Duelo.
Desde ese punto, otro axioma tatuado en su discurso: “nuestro objetivo es ser muy conscientes de todo lo que está ocurriendo. Sabemos lo que gusta ahora, y eso nos permite apostar por lo que va lo va a petar en un futuro. La pregunta siempre es: ¿qué será lo próximo?”.
Las puertas abiertas de la música no han tenido réplica desde el audiovisual y la publicidad: “es un mundo más cerrado y más difícil. En València, a nivel de escena emergente, estamos trabajando colectiva y multidisciplinarmente, pero a nivel industrial está siendo muy difícil entrar”, comentan a medias entre los dos colectivos. Y pronostican: “hay mucha gente que no es de València, que viene y se queda, estamos acumulando muchísimo talento. Ahora se tiene que decidir apoyar o dejar que haya una fuga de talentos”.