Hoy es 4 de octubre
ALICANTE. La Ocean Race comienza a desplegar velas para la celebración de su próxima etapa de salida desde el Puerto de Alicante, ya acordada de forma definitiva justo para dentro de un año: el 15 de enero de 2023. De ahí que la Conselleria de Innovación y la Sociedad Proyectos Temáticos (SPTCV) de la Generalitat hayan puesto en marcha la cuenta atrás de los preparativos de una edición -la quinta en partir desde aguas alicantinas- que estará repleta de cambios tanto por lo que respecta a cuestiones puramente organizativas, como por lo que atañe a la orientación que se pretende dar al retorno económico para la ciudad de Alicante y para el conjunto de la Comunitat.
¿En qué consisten esos cambios? El primero y más evidente es el del propietario y organizador de la prueba. La de 2023 será la primera edición a cargo de la sociedad Atlant Ocean Racing (encabezada por los mismos ejecutivos que han venido asumiendo la dirección de la carrera en sus últimos años, Richard Brisius, Johan Salén y Jan Litborn) después del acuerdo anunciado en 2018 por el que Volvo dejaba de ser su dueño y patrocinador principal. La segunda novedad, también obvia, es su calendario: la competición arrancará en enero y no en octubre, como venía sucediendo hasta ahora, después de varios aplazamientos y modificaciones sobre su ciclo. La tercera transformación tiene que ver con los barcos que entrarán en disputa, en la que se ha abrazado a las clases Imoca y V-60. Y la cuarta, con el enfoque del propio Race Village -el espacio físico asociado a la salida de la regata, en el muelle de Levante- al que se prevé dar una nueva vuelta de tuerca para aprovechar el impacto económico del evento como instrumento para la recuperación postcovid, según subrayó este lunes la propia consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual.
En esta ocasión, la programación de 'Alicante puerto de Salida de la Vuelta al Mundo a Vela' se desarrollará del 7 al 15 de enero de 2023 -un momento en el que se prevé que se pueda extender la campaña turística invernal asociada a las navidades- culminando el domingo 15 de enero con el pistoletazo de salida de la regata. La SPTCV comienza a trabajar ahora en la definición de las actividades de esa programación que -al margen del objetivo de la sostenibilidad de los océanos, la solidaridad o la participación, común a las ediciones precedentes- se pretende que esté especialmente centrada esta vez en la innovación, en el desarrollo de las nuevas tecnologías, con la presencia de proyectos demostrativos, el 'gaming' y los nuevos retos digitales, según avanzaron Pascual y el director general de la SPTCV, Antonio Rodes. Entre esas propuestas "que están en la cocina", según Rodes, figuraría, incluso, el desarrollo de "proyectos que podrían contarían con financiación europea" para los que se habría presentado la correspondiente solicitud.
"Hablamos con todo tipo de prudencias, pero parece que la covid obliga a replantearnos objetivos y que, en esta ocasión, no se trate tanto de conseguir la mayor atracción de público posible a las instalaciones del Race Village, porque no es momento de grandes aglomeraciones", apuntó Rodes. "El evento seguirá abierto a la participación del público, pero, además, pensamos que debe adaptarse para servir de soporte a los avances en el nuevo modelo económico por el que se está apostando desde la Generalitat, basado en la innovación y en la economía digital", incidió. Así, a la espera de que se pueda cerrar el diseño de esos contenidos a través de los correspondientes concursos públicos (ya se ha publicado el primer paquete de licitaciones para crear una estructura operativa de personal especializado en el diseño del evento y sus contenidos), se prevé dotar al Race Village de acciones innovadoras, tecnológicas y de sostenibilidad, complementadas con contenidos lúdicos y educativos, además de otras actividades destinadas a la iniciación de los escolares a los deportes náuticos.
De este modo, se prevé el diseño de un Race Village con espacios destinados a las nuevas tecnologías, con proyectos demostrativos educativos, gaming y nuevos retos digitales, además de conjugar el desarrollo de acciones en el Race Village con otras actividades en distintos puntos y espacios de la ciudad e incluso otras localidades de la provincia "para vertebrar" con el desarrollo del evento "e involucrar a toda la ciudad".
De igual modo, además de aprovechar el impacto publicitario del evento -considerado uno de los eventos de mayor impacto internacional junto a la Mundial de Fútbol o las Olimpiadas- para situar el nombre de Alicante en el mapa, se pretende incorporar un punto de información turística y de promoción de lugares de interés de Comunitat Valenciana para los visitantes; ampliar las actividades formativas y derivadas de distintas actividades náuticas, con el objetivo de abrirse más a nuestra costa mediterránea, y lograr una mayor participación de los clubs náuticos y la Federación Valenciana de Vela con actividades complementarias en el evento. Todo ello comprenderá la organización de actividades para todos los públicos y para todas las edades, en un horario amplio de mañana y tarde, además de que se insista en potenciar el programa escolar, el programa de voluntariado y el programa de sostenibilidad medioambiental.
En esa planificación, además, se prevé multiplicar la implicación del tejido productivo local. No solo en la presentación de propuestas de carácter innovador que tengan sello alicantinos, sino también de manera especial por lo que respecta a la participación del sector comercial y hostelero, de modo que la prueba amplíe su rédito económico en la ciudad. Para ello, ya se pretende coordinar y poner en marcha acciones de colaboración como el desarrollo de itinerarios gastronómicos y rutas de shopping para visitantes y aficionados a la náutica que recalen en la ciudad durante los días previos a la etapa de salida.
Por lo pronto, según fuentes consultadas, ya se habría conseguido un primer efecto en esa dirección a partir de una circunstancia puramente organizativa: la ampliación de las embarcaciones que formarán parte de la competición ha elevado de siete a doce los equipos participantes, lo que supone prácticamente duplicar el número de personas que permanecerán alojadas en hoteles y que consumirán en la ciudad desde dos meses antes de que se produzca la etapa inaugural.
Y no solo eso. La implicación del tejido productivo local también se prevé extender hasta el propio patrocinio del evento, para el que se cuenta con el aliciente de los incentivos fiscales después de haber sido reconocido como evento de excepcional interés público por el consejo de ministros. De hecho, según fuentes consultadas ya se habría constatado el interés de empresas locales en participar como sponsors en la organización de la prueba.
Es más, esa manifestación de interés entre el empresariado provincial constituye, en realidad, el primer espaldarazo en la labor de captación de patrocinadores que, por el momento, seguiría lastrado por lo que respecta a la captación de grandes firmas. En este sentido, fuentes próximas a la organización incidieron en que uno de los principales retos que se abre ahora es el de vencer la actitud reticente que siguen mostrando las grandes corporaciones por sumarse al evento, con la previsión de que se pueda invertir la tendencia a lo largo del próximo trimestre, en cuanto se intensifique la difusión de las exenciones fiscales a las que los patrocinadores podrán acogerse a lo largo de 2022, 2023 y 2024 por su inversión publicitaria y en cuanto se cierre el manual de marca para poder acogerse a esas bonificaciones.
Entre tanto, tanto Pascual como el presidente de la organización, Richard Brisius, confirmaron el interés de la Generalitat y de la propia Ocean Race porque Alicante siga estando vinculada a la competición como puerto de salida más allá de las ediciones de 2023 y de 2026: la última fecha concertada hasta ahora. Como informó Alicante Plaza, el objetivo del Consell sigue siendo amarrar la continuidad del evento en la ciudad tras valorar su repercusión mediática y su retorno económico directo para el conjunto de la Comunitat.
Pascual incidió en que los efectos económicos que genera la vuelta al mundo a vela "se traducen en generación de empleo, incremento del PIB y de la economía local, desarrollo urbano, turístico, social y deportivo; así como en una contribución por posicionar a Alicante en el marco de los grandes eventos mundiales". Así, subrayó que la edición de 2017-18 generó el equivalente a 1.270 puestos de trabajo y contribuyó en 68,6 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunitat. Por ello, ya se han iniciado contactos con la voluntad de retener el evento al menos por otras dos ediciones más, después de que se haya ajustado el coste del acuerdo actual para las arcas autonómicas a solo 10 millones (llegó a costar más del doble): 6,5 por la firma del contrato y otros 3,5 destinados a la organización del Race Village.
Por lo demás, entre el listado de innovaciones o novedades de la competición, también figura su propio recorrido. The Ocean Race 2022-23 visitará nueve ciudades internacionales durante un periodo de seis meses que recorrerán 32.000 millas náuticas con escalas en Alicante, Cabo Verde, Ciudad del Cabo, Itajaí, Newport, Aarhus, Kiel, La Haya y Génova, siendo la primera vez que la regata empieza y termina en el Mediterráneo. El recorrido hace escala por primera vez en lugares como Cabo Verde, e incluye un fly-by en Kiel (Alemania).
En esta línea, Brisius volvió a destacar este lunes que "la etapa desde Ciudad del Cabo a Itajaí será la más larga y dura en los 50 años de historia de la regata; los equipos se enfrentarán a la Antártida con frío y duras condiciones, en unos 35 días sin parar de navegar".