CASTELLÓ. La sequía está asolando el campo de Castellón. El último informe del año agrícola -termina en agosto- que publica la Conselleria de Agricultura constata el importante impacto de la falta de lluvias en el sector primario de la Comunitat Valenciana y Castellón. La Generalitat cifra en 118 millones las pérdidas en los cultivos valencianos, de los que 49,6 millones corresponden a València, 38 a Alicante y 30 millones a Castellón.
Y esta cifra crecerá porque el análisis de la conselleria aún no recoge los cítricos, cuya campaña empieza en septiembre. El estudio oficial muestra que la escasez de lluvias y las altas temperaturas han causado graves daños en la agricultura, principalmente en el olivar, almendro, cereales, cereza, vid y trufa. A estas alturas, los cultivos leñosos como el olivar, almendro o cereza acaparan el grueso de las pérdidas, con 108,9 millones en la Comunitat, de los que 28,9 millones son de Castellón.
Por su parte, los herbáceos alcanzan los 9,8 millones de daños en la Comunitat y 1,8 en Castellón, siendo el grupo de cereales el más afectado.
El impacto en el olivar se ha dejado notar en las principales zonas productoras de Castellón como Baix Maestrat, Plana Alta y Alto Palancia. Los efectos por la sequía en estas comarcas son de tal magnitud que el informe estima la pérdida de "la práctica totalidad de la cosecha, con unos daños de entre un 90% y un 100%". En el resto de las zonas la afección también es significativa, oscilando entre un 40% y un 95%.
Por su parte, en el almendro la merma de la cosecha se sitúa entre el 20% y el 100% según territorios, ascendiendo al 100%, 70% y 65% en el Alto Palancia, Alt Maestrat y Baix Maestrat respectivamente. Cabe tener en cuenta que la productividad del almendro está muy vinculada a la disponibildiad del agua y la falta de lluvia ha afectado al crecimiento del fruto.
Respecto a otros cultivos, la reducción en la cereza en el Baix Maestrat y l'Alcalatén llega al 40 % por haber menos horas de frío en el otoño y a la escasa pluviometría.
Otro producto muy deteriorado es la trufa, común en el interior de la provincia, con unas bajadas de rendimiento de entre un 40% y un 60%.
Siguiendo con otras variedades, el Consell estima en el viñedo una pérdida de entre un 20% y un 40%. Mientras, en el cereal, la caída en Els Ports sube hasta el 85%, en l'Alcalatén entre un 75% y un 80%; y en l'Alt Maestrat entre un 85% y un 100%.
La ganadería es otro sector perjudicado que ha incrementado los costes ante la falta de pastos naturales, que ha obligado a las fincas a incrementar la alimentación mediante piensos y el pago del transporte de cubas de agua para sus explotaciones. Al respecto, la conselleria ha destinado este verano cuatro millones de litros de agua a explotaciones de 23 municipios de Castellón
La valoración de la Conselleria no recoge aún el cítrico, el principal cultivo de Castellón, al no haberse iniciado su campaña, pero las organizaciones agrarias señalan que tendrá su impacto. De hecho, las primeras estimaciones de aforo de la Unió Llauradora solo contemplan un crecimiento de un 3% en 2024/2025 cuando debería ser mayor por la vecería (la alternancia productiva de los árboles entre campañas).
Según la Unió, la producción será un 10% inferior a la serie histórica de los últimos 25 años por los efectos del clima en la floración, el cuajado y el engorde de la fruta.
En este sentido, el seguimiento mensual que realizó la conselleria en la pasada temporada constató variaciones en el rendimiento de las plantaciones de clementinas causadas por el cambio climático; por un aumento de temperaturas, sequía o precipitaciones extremas.
La Unió, según su secretario general, Carles Peris, reclama el impulso de planes a medio y largo plazo que garanticen el suministro hídrico. Así, considera necesario reforzar una red de balsas comunes al tiempo que demanda a la Confederación Hidrográfica del Júcar que incremente la capacidad del pantano de Arenós, que ahora sólo puede albergar un 65%, y habilite nuevos pozos.
Cabe recordar que el sistema hidrográfico del Palancia se encuentra en emergencia por sequía y la zona del Mijares en prealerta.