El 2022 al final se convertirá en año electoral autonómico como mínimo en dos Comunidades Autónomas: Andalucía y, por decisión personal y de estrategia electoral en plena sexta ola pandémica, Castilla y León.
Lo de Castilla y León refleja la poca consideración de los dirigentes políticos con sus ciudadanos y con el propio Estatuto de Autonomía. La ley al servicio del poder y no al servicio de los ciudadanos.
¿Se imaginan que las subvenciones a los partidos políticos y a los Grupos Parlamentarios que se pagan con los impuestos de todos los españoles tuviesen que devolverse al completo por adelantar unas elecciones? Tal vez se lo pensarían dos veces antes de tomar una decisión de tal calado. Los acuerdos firmados están para incumplirlos y para prueba un botón.
Cuando Ciudadanos acarició y pensó en el zarpazo al Partido Popular seguramente no supo medir los posibles efectos colaterales y secundarios que podrían suceder. Tal vez ahora nos encontremos en una hipérbole con la pretendida desaparición o más bien opa hostil a Ciudadanos.
Lo que no sabremos nunca es qué hubiera ocurrido si los pactos de gobierno firmados se hubiesen firmado con otras formaciones. Tras 3 años cogobernando Partido Popular y Ciudadanos en Castilla, en plena pandemia, no es muy normal que se convoquen elecciones anticipadas por el presidente Mañueco. Nosotros asumimos nuestros errores ya que conocíamos las reglas del juego.
La siguiente cita electoral autonómica prevista será Andalucía y ya mismo se hacen cábalas para ubicar la fecha que más le convenga a Pablo Casado, que no a los andaluces. Con permiso de Ayuso, no se vaya a colar su proclamación -como presidenta de su partido en Madrid- entre medio de una elección u otra.
¿Y qué pasa aquí en la Comunitat? La salida de Ferri de la portavocía de Compromís, ¿afectará a ese grupo y por acción-reacción al propio Consell? ¿Habrá remodelación del Botànic? ¿Aguantará este govern de la Generalitat Valenciana a las presiones de Moncloa?
Una cuestión que hay que reconocer al Botànic es esa fortaleza de pacto pese a disputas internas como modelo de confianza institucional de la que se debería aprender para este futuro próximo.
De momento el PSPV ha dado su brazo a torcer, mire como se mire, a la implantación de la tasa turística de la Comunitat Valenciana como exigían sus socios de gobierno Compromís y Podemos. Y aunque no se aprobará en el presupuesto para el 2022 de la Generalitat, sí que se acaba de firmar un acuerdo a 3 bandas, PSPV-Compromís-Podemos, para presentar el Proyecto de ley del Impuesto Valenciano de Estancias Turísticas. Es decir, la tasa turística en la Comunitat Valenciana, que verá la luz en el año 2022 en nuestro territorio.
Solamente nos queda esperar un milagro, desde mi punto de vista, para que la Comunitat sea territorio libre de Tasa Turística o que el President Ximo Puig convoque unas elecciones anticipadas.
¡¡Como siempre el político al servicio de los ciudadanos!!