En legítima defensa

El horror cotidiano de las balas, del acceso a las armas. El horror cotidiano de centenares de vidas segadas en matanzas, en masacres ocurridas en Estados Unidos. 19 niños y dos profesoras asesinadas la pasada semana por un ioven de 18 años en una escuela de Uvalde, en Texas. El horror de pensar, y ser incapaz de comprender, cómo es posible que un adolescente tenga acceso a armas, cómo es posible que haya personas que defiendan el derecho a tener un arma por encima del derecho a la vida; por encima del derecho a tener una infancia feliz y sin temor a que alguien armado irrumpa en tu colegio o instituto y perpetre una matanza. 

El horror toma forma de una nueva masacre en una escuela. Una tragedia que ha conmocionado a la sociedad estadounidense. Un debate sobre el control de armas demasiadas veces postergado en EEUU. Un debate necesario y que debe pasar por el control de armas, y alejarse de la defensa trumpista de los intereses económicos del lobby de las armas. 

El debate sobre la tenencia de armas ha vuelto a ser un asunto de actualidad, un hecho que la mayoría de españoles y españolas ‘de bien’ ni nos planteamos pero que, hay que decirlo sin eufemismos, defiende la ultraderecha de Vox. 

La pasada semana la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, recordaba en la sesión de control al gobierno la posición de la ultraderecha sobre la tenencia de armas. No es una cuestión baladí: existe un partido en España favorable a ampliar la presencia de armas en nuestra sociedad. Ese partido es Vox. Y tenemos la obligación de recordarlo cada día porque los planteamientos de ultraderecha de Vox son un riesgo para nuestra convivencia, porque los voceros de Trump en España representan el mayor peligro al que se enfrenta nuestra democracia. 

Hay que recordarlo cada día porque no quiero imaginar una España en la que las armas puedan entrar en nuestras casas y colegios. No podemos permitir que sigan retorciendo el lenguaje para ocultar su objetivo: bajo el mantra de ampliar la legítima defensa Vox esconde una defensa ciega de planteamientos próximos a las leyes ‘stand your ground’. En 2019 Vox propuso ampliar el concepto de ‘legítima defensa’ para que ‘los españoles sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales tengan derecho a tener un arma en su casa para que puedan usarla en situaciones de amenaza real sin tener que enfrentarse a la cárcel o a indemnizaciones a los familiares de los delincuentes’.

No es país que quiero, no es el modelo de sociedad de quiero para mis hijos. No quiero que las valencianas y valencianos crezcan en una sociedad con armas en las casas. Así que ha llegado el momento de impulsar como ciudadanas y ciudadanos la legítima defensa democrática porque nos enfrentamos a un grupo organizado que bajo el paraguas de una formación política pretende dinamitar nuestra convivencia, nuestra seguridad y libertad. Sí, es el momento de que ejerzamos nuestro derecho a la legítima defensa sacando con votos de las instituciones a quienes defienden el uso de armas, el racismo, el machismo y la crispación. Debemos combatir todo lo que la ultraderecha representa: combatir su odio, sus privilegios. Debemos dejar de tratarlos con condescendencia y combatirlos. No es posible tratarlos como si fueran un partido político normal porque no lo son. Atentan cada día contra nuestros derechos y nuestras libertades.