“El precio del gas es abusivo y nos está matando”, según se advierte desde Ascer, que calcula que "si tuviéramos que soportar todos los costes energéticos a los precios actuales, más las emisiones de carbono, nos iríamos a unos sobrecostes anuales de más de mil millones de euros, lo que nos llevaría a un escenario insoportable de cierres y despidos".
BOLONIA (ENVIADO ESPECIAL). Tras los números que hablan de fuertes incrementos en ventas para este año, con un previsible aumento de la producción del 15% para todo este año, la cerámica española atraviesa un momento muy delicado a causa de lo que considera un desorbitado incremento de los costes y que tienen en la energía y los derechos de emisión, dos de sus principales hándicaps. El encarecimiento de la materia prima castiga severamente a una industria azulejera sumida en la indignación y la impotencia a la espera de un antídoto que, según los principales actores del sector, solo está al alcance de una Administración dada a las evasivas.
“El precio del gas es abusivo y nos está matando”. Con estas contundentes declaraciones, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Vicent Nomdedeu, explica el momento actual de una industria que ve cómo su rentabilidad se resiente por el encarecimiento descontrolado de la materia prima, básica para los procesos productivos.
La fuerte sensación de incertidumbre que atenaza al sector, tal como señala, tiene que ver con aspectos “puramente económicos, los derivados de la pandemia o los que tienen que ver con el medio ambiente y la fuerte transformación a la que estamos sometidos”. Nomdedeu habla de incremento de costes en casi todos los factores de producción, energía, materia prima, personal, componentes esenciales como los embalajes, el transporte y logística… “Ante esta situación de incrementos constantes de coste y, además, descontrolados la cosa se complica de manera angustiosa”, explica.
“Nadie está haciendo nada que creemos debe hacer y no se está haciendo y estos costes pueden abocar a cierres en algunos de los sectores industriales”, advierte el presidente de Ascer, quien añade que el azulejo, vistas estas circunstancias generales, puede decirse que funciona bien, pero la clave ya no es vender mucho, sino no perder, porque cuanto antes pierdes, antes cierras. La Administración debería ser consciente de que el riesgo está ahí y se palpa, está más cercano. Y lo paradójico de todo -afirma- es cada vez está más lejos la transformación ambiental y cada vez más cercana la destrucción del sector”.
El tesorero de Ascer, Francisco Ramos, confiesa que el mercado de emisiones “se nos está volviendo muy en contra”. Y lo explica. “En 2019 partíamos de un precio por tonelada de carbono de 25 euros y en estos momentos está cotizando a 66. No queremos ni pensar que a final de año pueda alcanzar los cien euros por metro cuadrado porque evidentemente en condiciones normales que nos dan derechos gratuitos por el riesgo de deslocalización industrial, vemos que no es suficiente porque si pagamos todos los derechos el coste sería superior a los 300 millones de euros”. A este dato, Ramos añade que “esto equivale a casi el 50% del coste energético total que tenemos en energía eléctrica. Es decir, nos iríamos a más de mil millones de euros si tuviéramos que soportar todos los costes energéticos a los precios actuales más las emisiones de carbono”.
En este sentido, desde Ascer lamenta el carácter especulativo de un comercio de emisiones en el que cobran ventaja los principales competidores de las empresas europeas, con laxas regulaciones en materia medioambiental.
La industria azulejera no para de crecer, ni siquiera bajó el listón en el primer año de la pandemia y pese al parón del inicio de la covid-19.
Tal como recuerda Nomdedeu, España sigue siendo el primer país exportador europeo con más del 24%. Europa es la principal zona de ventas con el 42% aunque su presencia no crece en países como Asia y Extremo Oriente. “Al azulejo le cuesta mucho viajar, es muy caro y eso es un hándicap”, detalla el presidente de Ascer.
En el primer semestre de este año, la industria cerámica española incrementó un 35% de ventas en el exterior y un 44% en mercado nacional. “Esto será difícil mantenerlo, porque estamos comparando con un semestre del 2020 que fue horrible por los efectos de la pandemia. En la segunda mitad del año pasado, en el que ya funcionábamos por encima incluso de lo normal en ventas, en nacional no se consiguió que se convirtieran en positivo, pero en exportación, sí. Todo eso va a restar ahora cuando comparemos estos mismos periodos”, afirma Nomdedeu.
En cuanto a las previsiones hasta final de año, Ascer entiende que las ventas estimadas subirán con respecto al 2020 entre un 10-20%; “es decir, en el peor de los escenarios nos llevaría a un 10 y el mejor de los casos a un 20 en lo que se refiere a exportación".
Lo mismo ocurre en el mercado nacional, estamos creciendo el 44,9% y estimamos que vamos a crecer entre el 20% en el peor de los escenarios y un 30% en el mejor de los casos. Eso hace que nos vayamos a un incremento total de un 12% como mínimo y un 22 como máximo. En cuanto a la producción, estaremos entorno a un 15% en una horquilla que va del 12 al 17%. El año pasado bajamos un 4%”.
En cuanto a los beneficios, el propio Nomdedeu recuerda que ya el año pasado se vaticinaba que habría grandes caídas de Ebitda y de la rentabilidad de las empresas. “No es algo que nos haya caído de sorpresa. El 38% de las empresas produjeron un 19% su beneficio el año pasado. Ya se ve cómo la rentabilidad sufre en un entorno de descontrolado incremento de costes de materia prima”.
El empleo en la industria azulejera española viene manteniendo una tendencia positiva con un repunte del 9,7% interanual hasta el 31 de julio, según detalla el vicepresidente de Ascer, Ismael García, quien recuerda que 2020 cerró con 16.100 empleos directos y más del 85% de estos empleados cuentan con contrato indefinido. En este sentido, García señala que debido a la modernización de los procesos productivos se precisan cada vez más personal cualificado y un constante reciclaje formativo, como es el caso de los colocadores. “En la actualidad no existe un número suficiente de colocadores cualificados para atender el consumo de este producto tanto en el mercado nacional como internacional. Esto nos lleva a trabajar con desventaja con respecto a otros productos alternativos”, lamenta el vicepresidente de Ascer.
“El drama está que no podemos jugar con las mismas armas que nuestros competidores y poder así alcanzar otros mercados", lamenta el presidente de Ascer, quien añade que con este lastre en materia de costes energético y regulaciones “es imposible competir con otros centros de producción que no tienen este lastre y que ya tienen acceso a la misma tecnología. Estos productores, libres de las cargas que soportamos aquí, vendrán a Europa. Ellos no tienen estos costes, no podemos vender en los mercados donde ellos venden y, además, tienen acceso a nuestro mercado natural y lo hacen con una velocidad tremenda”, afirma Nomdedeu, quien lamenta que “el CO2 sube una barbaridad porque a los gobiernos les interesa tener este impuesto revolucionario que no solo impide que nosotros seamos competitivos sino que además no se destina este dinero a lo que se tiene que destinar; es decir, si se paga para la reducción de CO2 por qué no se invierte este dinero a innovación y medio ambiente. Hoy desconocemos dónde va todo esto. Y mientras, los especuladores le sacan provecho a todo esto”, sentencia.
La alta concentración empresarial que se da actualmente en la industria cerámica española continuará y lo hará a mayor ritmo, según explica el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, quien dice que el riesgo de deslocalización siempre está ahí, aunque él indica que “la clave es a qué velocidad se dará y la verdad es que se ha acelerado. Existe el riesgo, pero no hay un sector maduro que no lo tenga. Los elevados costes están acelerando que haya sectores industriales dependientes del gas y la electricidad más propensos a esta selección natural".
Sin embargo, Nomdedeu indica que “si bien la deslocalización no es necesaria, la multilocalización sí lo es, porque los centros productivos deben estar cerca de sus mercados. Y dicho esto, lo importante es que el cuartel general esté aquí, que es lo que reporta los beneficios”.
Coincidiendo con la apertura de la feria Cersaie este lunes, Nomdedeu piensa que el encarecimiento de la materia prima tendrá una repercusión directa en los precios que se den en los productos expuestos en este certamen internacional de Volonia. Variarán según las empresas, pero, tal como se indica desde Ascer, el sentido común hace pensar que será así “porque estamos hablando de fuertes incrementos”.
Las patronal española Ascer y su homóloga italiana Confindustria Ceramica mantienen un contacto directo y fluido y ha formado un tándem con el que presionar a los gobiernos con el fin de hacer ver los enormes desafíos a los que tiene que afrontar este sector, tan castigado por los costes energéticos y medioambientales. El secretario general de la patronal española, Alberto Echavarría, señala que se trata de una relación directa y fluida, que ha llevado a reunir recientemente a los presidentes de las dos regiones, Ximo Puig y Stefano Bonaccini, en una cumbre donde exponer sus principales inquietudes que tienen que ver con la pérdida de competitividad ante países terceros a causa de las férreas regulaciones comunitarias.