VALÈNCIA. Si septiembre suele ser un mes movido para cualquier conseller de Hacienda, el de 2022 para Arcadi España (Carcaixent, 1974) ha sido lo más parecido a cabalgar a lomos de un tigre. A las tensiones habituales con el resto de consellers propias de tener que elaborar el presupuesto cada año se ha sumado esta vez el torbellino provocado por la reforma fiscal anunciada por el Gobierno valenciano. Sin pretenderlo, Arcadi España se ha visto en el ojo del huracán al tener que justificar ante el Gobierno que la rebaja valenciana del IRPF a las rentas inferiores a 60.000 euros no desarma el argumentario de Moncloa, que durante meses se ha opuesto con vehemencia a la rebaja de impuestos que le pedían PP y Ciudadanos.
España, quien apenas lleva cinco meses como responsable de las cuentas autonómicas, ha tenido que esforzarse en convencer a su homóloga María Jesús Montero de que, a diferencia de la que proponen los populares, la reforma fiscal de Ximo Puig pretende aliviar el esfuerzo de las clases medias y bajas y no es incompatible con el discurso de Pedro Sánchez.
Entretanto, también ha tenido que mantener viva la reivindicación de la reforma del modelo de financiación autonómica. De manera menos apasionada que su predecesor, Vicent Soler, el conseller pide a Montero que no busque excusas para posponer la reforma y le insta a acelerar, pero también apela al PP para que arrime el hombro convencido de que el nuevo modelo requiere transcender las siglas. Porque, como él mismo defiende, los grandes países se construyen "por capas", con grandes reformas que significan también grandes acuerdos.
–Dice la ministra de Hacienda que deflactar el IRPF es populismo tributario y la Comunitat Valenciana lo ha deflactado, ¿se dan por aludidos?
–En absoluto. Nosotros hemos hecho una tarifa nueva. Hemos tomado tres medidas muy importantes: subir los mínimos personales y familiares al máximo que nos permite la ley, hemos subido un 10% todas las deducciones autonómicas y un 17% los límites de renta para acceder, de tal forma que sea una deducción por nacimiento de hijo eran 270 euros ahora van a ser prácticamente 300 euros y el nivel de renta para acceder se sube hasta los 30.000 euros. O sea, más gente va a poder acceder a unas deducciones con una mayor cuantía. Y luego hemos hecho una tarifa nueva, adecuada a los tiempos, para que el resultado de las tres medidas sólo beneficie de una forma más progresiva a las rentas de hasta 60.000 euros. A partir de ahí se mantiene el esfuerzo fiscal.
–Van a sufrir el efecto de la inflación, pero no sube el tipo para ellos...
–Efectivamente. La inflación es el elemento externo que afecta a todos. Nosotros lo hemos aplicado con ese objetivo. La idea es hacer caso a lo que dicen las instituciones europeas, los organismos internacionales, la OCDE o el Fondo Monetario, que no recomiendan bajadas masivas de impuestos como se ha escuchado al Partido Popular, sino que piden rebajas selectivas a los colectivos que están sufriendo más esa subida de precios.
–Tres días antes de anunciarse esto, Puig pidió a Sánchez que se tuviese en cuenta el sistema de financiación autonómica el esfuerzo fiscal de las comunidades autónomas en referencia a las que bajaban impuestos, pero la Comunitat va a rebajar los ingresos con esta modificación. ¿Temen que haya alguna represalia o medida perjudicial para la Comunitat Valenciana?
–Lo que estaba diciendo el presidente de la Generalitat es una cosa que ha venido manteniendo y que ha defendido la Generalitat desde siempre, el famoso dumping fiscal. Lo que tú no puedes tener es un sistema de financiación autonómica que te trate muy bien, no como el caso de la Comunidad Valenciana, y presumir de que eliminas impuestos como Patrimonio en Madrid. A eso es a lo que se refería. Nosotros lo que hemos hecho es, más que una política fiscal, una política social. Hemos utilizado el instrumento que tenemos en materia fiscal, en este caso el IRPF, para ayudar a esas familias de una forma extraordinaria en un momento extraordinario. Lo entiendo más como una política social que como una reforma fiscal en profundidad. Es para un momento determinado, unos colectivos determinados con una acción determinada.
–Pero armonizar impuestos como pide Puig, ¿no es recortar la autonomía fiscal? ¿Hasta dónde tiene que llegar la autonomía fiscal?
"más que una política fiscal, lo que hemos hecho es una política social"
–La autonomía fiscal tiene que estar vinculada a la corresponsabilidad fiscal. Si una comunidad autónoma con un sistema de financiación que trate a todos con justicia e igualdad, decide bajar los impuestos, tendrá que asumir la consecuencias. Bajar los impuestos de forma masiva o eliminar impuestos a los que más pueden, al final tendrá que tener un reflejo en sus gastos. Estoy a favor de la armonización para tener unos mínimos entre todas las comunidades autónomas y evitar ese dumping entre ellas, pero eso tiene una premisa muy importante, tener una situación de partida homogénea con un sistema de financiación que trate a los territorios con unos criterios transparentes, razonables y racionales.
–¿Habría que armonizar también a País Vasco y Navarra?
–Es evidente que ellos tienen un régimen absolutamente diferente. Ahí hay un margen de debate muy amplio entre las comunidades autónomas para avanzar en ello.
–Pero ahora se está focalizando la polémica en una o en varias comunidades autónomas por utilizar el margen fiscal que le da a la ley y que le da la Constitución y, sin embargo, parece que País Vasco y Navarra son intocables y pueden hacer lo que quieran ya que solamente Europa de vez en cuando les ha dado algún toque por por precisamente dumping fiscal...
–Ellos tienen un régimen diferente históricamente que a veces causa difícilmente con el debate sobre el modelo de financiación. En todo caso, yo creo que hay que hacer una reflexión y acelerar los plazos de ese modelo porque al final de lo que estamos hablando es de igualdad entre ciudadanos. Y cuanto más se retrasa una reforma del modelo de financiación actual, que está caducado y además trata de una forma injusta y acreditada por todos los técnicos a la Comunitat Valenciana o a otras CCAA está afectando a la igualdad entre ciudadanos, residan donde residan.
–Pero por ejemplo, en la Comunitat Valenciana pagan Impuesto de Patrimonio las personas con un patrimonio a partir de 500.000 euros y en la mayoría de comunidades autónomas es a partir de 700.000 euros. También se podría considerar eso injusto. Eso también es desigualdad, ¿no?
–El Estado autonómico da unas competencias determinadas a las comunidades autónomas. Otra cosa es que yo no estoy en contra, obviamente, de que las comunidades autónomas ejerzan su autonomía con total libertad dentro del marco que establece la ley. Lo que sí que debe de tenerse en cuenta es que las decisiones que se tomen tengan las consecuencias que tienen, no como ahora ha hecho Moreno Bonilla, que después de cargarse el Impuesto de Patrimonio pide más recursos para luchar contra la sequía en Andalucía. Tomar una decisión sin tener en cuenta las consecuencias y querer que las consecuencias las pague otra administración no es jugar limpio con las competencias asignadas por los estatutos de autonomía.
–¿Fue un error por parte del PSOE y de los gobiernos del PSOE rechazar de plano cualquier petición de rebaja de impuestos que hicieron sobre todo PP y Ciudadanos durante meses, cuando al final se ha visto que sí que era necesario rebajar impuestos?
–El Gobierno ha ido tomando, a medida que han pasado los meses y en función del contexto provocado por la subida de precios derivada de la guerra en Ucrania, las medidas que ha considerado necesarias. Ha bajado el IVA para la luz y ahora también para otro tipo de productos. Sí que se han tocado los impuestos como un instrumento para amortiguar el impacto de esa subida de precios.
–Pero el discurso era que no se podían bajar impuestos. Parecía que era sí o no, cuando parece evidente que lo conveniente era el término medio...
"Creo en la corresponsabilidad fiscal; Si una comunidad decide bajar los impuestos, debe asumir la consecuencias"
–Lo que siempre he entendido del Gobierno de España cuando hacía estas afirmaciones era que intentaba evitar el vaciamiento fiscal que están promoviendo algunas administraciones gobernadas por el PP, que es un vaciamiento fiscal incompatible con un Estado de bienestar porque provoca un recorte de sanidad, educación y todo lo que sale de los impuestos. Luego lo que también entendía es que no se pueden hacer regalos a colectivos de renta que no necesitan ningún regalo porque tienen un nivel de renta muy elevado. El Gobierno advertía con sentido de no entrar en cuestionar la existencia misma de los impuestos, como el PP está haciendo, como la presidenta de Madrid, que cuestiona la existencia de impuestos. Nosotros no hemos dicho que la rebaja que hemos hecho hasta 60.000 euros, a rentas medias y bajas, sea para atraer inversiones o grandes patrimonios. No lo hemos dicho porque ese no es el objetivo, sino minimizar el impacto de los precios en esas familias. Otros han presumido de quitarles impuestos a las clases altas con el argumento de que iban a ir más ricos a Andalucía. Un argumento que todos sabemos que es falaz, como se ha demostrado. Lo que decía el Gobierno lo suscribo como conseller, y es que hay que defender unos impuestos y hay que defender los impuestos justos.
–El Consell ha hablado de medidas progresivas, pero ha habido medidas generales como bajar las tasas universitarias a todos los estudiantes sin distinción de renta o, por ejemplo, bajar las tasas del juego. ¿No son generalizadas y poco selectivas esas medidas?
–Hay instrumentos tributarios como pueden ser las tasas o los impuestos en los que es más fácil gestionar una discriminación por renta. Por ejemplo, en el IRPF es muy fácil discriminar por renta. Pero en otros es muy complicado y a veces los costes de tramitación de una discriminación por renta podrían suponer un coste para la administración superior a la mejora que se quiera hacer. Luego, es evidente que también hay que tener en cuenta a las clases medias. El Estado de bienestar se sostiene muchas veces por las aportaciones que hacen las clases medias y también tienen que tener reconocido algún tipo de ventaja en todas estas ayudas. Con esa combinación de instrumentos se consigue una línea más racional, una línea integradora para la mayor parte de la sociedad que se ve aportadora de impuestos, pero también receptora de servicios.
–¿Se va a elevar al 99% la bonificación en el impuesto de sucesiones de transmisión de empresas de más de 10 millones de facturación?
–Continuamos trabajando en distintas alternativas que estamos hablando con los otros socios de gobierno. Cuando tengamos el global lo comunicaremos y esta es una de las medidas que el Presidente ha anunciado ya reiteradas veces que considera necesaria para ampliar el tamaño empresarial de la empresa familiar y garantizar también la sucesión de la empresa familiar, tanto de las pequeñas, de las medianas como de las grandes.
–Compromís está en contra...
–Es uno de los asuntos que estamos debatiendo entre los distintos socios. Se puede analizar graduaciones y el impacto presupuestario que tiene. Pero la finalidad de esto no es dirigida a que se garantice la continuidad de las empresas familiares, porque lo bueno que tienen es que al tener apellidos se quedan siempre en su territorio. Tenemos que garantizar esa continuidad facilitando también un instrumento más, que es el caso de este impuesto.
–El Gobierno va a prorrogar a 2023 las ayudas para la gratuidad del transporte de Cercanías. ¿Se va a mantener también en la Comunitat Valenciana?
–La Comunitat Valenciana ya era una de las pioneras en bajar tarifas, además de la integración tarifaria con la tarjeta SUMA. Tenemos ahora unas rebajas que llegan hasta prácticamente el 80% del coste, además de la gratuidad que había los domingos. Ahora habrá que ver el coste que tiene la medida y qué decisiones vamos tomando también en las Generalitat. Es uno de los elementos fundamentales de ayuda a las clases medias y trabajadoras en un contexto que todavía es muy difícil por la inflación. Las ayudas en transporte público van directamente a dos colectivos fundamentales: el de los jóvenes que lo utiliza mayoritariamente para ir a estudiar, las personas que tampoco tienen un vehículo o que deciden ir en transporte público y también las mujeres que son las que más utilizan también el transporte público.
–¿El hecho de que el Gobierno lo haya hecho acerca esa posibilidad?
–Nosotros hemos ido trabajando mucho antes de que se planteara por parte del Gobierno la gratuidad. El Gobierno ha decidido esa medida que nosotros ya habíamos implementado. Ahora nosotros haremos los cálculos y tomaremos la decisión que sea oportuna dentro del marco de que el transporte público es una de las prioridades.
–¿Cuánto ha aumentado hasta hasta septiembre la recaudación de la Comunitat Valenciana?
–Ha aumentado mucho Patrimonio. Estamos casi llegando a 200 millones frente a 156 millones del año pasado. La recaudación del Patrimonio está yendo muy bien y además tenemos creo que 121 expedientes abiertos de estos de cambio dudoso de domicilio fiscal.
–¿Cuánto va a aumentar el presupuesto de la Generalitat para el año que viene?
–El presupuesto de la Generalitat tiene unos elementos positivos, como la aportación del modelo de financiación de más de 2.600 millones de euros, unas cifras extraordinarias. Tienen que ser unos presupuestos acordes al momento en que vivimos, de protección social y de promoción económica y del empleo. Y tenemos que ser conscientes también del contexto que vivimos de ingresos. Teníamos una partida de 1.000 millones de euros de fondos covid que este ya tiene un encaje difícil. Tienen que ser unos presupuestos acordes al momento, pero con un crecimiento razonable. Creo que vamos a tener unos presupuestos potentes, adecuados al momento y razonables con el calendario de ingresos, con las posibilidades de ingresos que tiene la Comunitat Valenciana.
–Después del Consejo de Política Fiscal dijeron que iban a ser expansivos. ¿Se ha moderado el objetivo?
–Hay que ver lo que significa expansivo en cada momento. Vamos a ver el margen que tenemos. Queremos unos presupuestos adecuados. El adjetivo expansivo depende porque todos los presupuestos que crezcan son más o menos expansivos en función del volumen. Pero en un momento en el que el sector público tiene que ayudar al conjunto de la sociedad tienen que ser unos presupuestos que acompañen y que compensen las pérdidas que está teniendo todo el sector privado. Ahí trabajaremos en tener unos presupuestos con un crecimiento razonable.
–¿Se van a mantener los 1.300 millones 'reivindicativos'?
–Los reivindicativos creo que tienen que estar. Una reflexión que siempre me gusta hacer es que la Generalitat está en la media en nivel de gasto per cápita en los servicios públicos fundamentales. Tenemos que ser conscientes de que a pesar de no tener el modelo de financiación acorde a los parámetros de justicia, la Generalitat sí que ha podido tener un nivel de gasto como si tuviera ese modelo. Esa partida es la explicación. Necesitamos con urgencia esa reforma porque nos daría estabilidad a la hora de diseñar nuestros ingresos. Pero una reforma de modelo de financiación sin una solución al problema de la deuda, es arreglar a medias. Eso en el Consejo de Política Fiscal y Financiera también lo planteé y la ministra estaba de acuerdo en que hay que abordar los dos debates en paralelo. Porque o damos una solución al inmenso volumen de deuda acumulada por la Comunitat Valenciana y otras comunidades autónomas o aunque tengas el modelo no podrás nunca volver a los mercados si no te quitas esa gran mochila.
–¿Va a haber alguna medida de ahorro?
–Quiero organizar una jornada con expertos gerentes en gastar mejor porque muchas veces la tendencia de la administración es solucionar los problemas enterrándolos en dinero. Es verdad que hace falta en muchos ámbitos más dinero y más recursos, pero hay una pregunta que es muy importante hacerse siempre en gestión pública. Estos meses de estos años de pandemia lo hemos visto. ¿Estamos gastando bien el dinero que tenemos? Tenemos un problema, una necesidad de gasto, pero nos deberíamos de hacer en paralelo la pregunta de si estamos gastando bien. Seguramente en ámbitos donde el gasto es muy elevado, como Sanidad, hay que hacerse esa reflexión profunda. Digo Sanidad porque es el volumen más grande de gasto; obviamente se necesitan más recursos, pero optimicemos los que tenemos y tengamos esa pregunta todos los gestores públicos. Creo que es la clave de la gestión pública de los próximos años: no solo más dinero, sino optimizar el dinero.
–Comenta que estamos en un nivel de gasto equiparable a la media de España. En Sanidad, por ejemplo, ¿ya no hay excusa para si algo no funciona decir que es por culpa de falta de financiación?
–Estoy de acuerdo, pero también tenemos que ser conscientes de que la Comunitat Valenciana es una comunidad que, cuando se descentralizó, tenía un menor nivel de servicios públicos. Nuestra situación ha sido siempre más precaria. No solo nos descentralizamos pronto, sino con menos Estado. Tenemos un gap que nos obliga a hacer un esfuerzo adicional. Ha habido que construir y hacer un mayor esfuerzo de construcción del sector público en la Comunitat Valenciana.
–Da la impresión de que haga lo que haga el Consell con el IRPF al final a la Comunitat Valenciana siempre le toca lo mismo el reparto de recursos del sistema de financiación. En Madrid, por ejemplo, da igual que los baje porque siempre le toca lo mismo...
–La corresponsabilidad es una asignatura pendiente del modelo de financiación. Aquí se han tocado los impuestos, pero yo me centraría no solo no en el instrumento, sino en la utilización de esos impuestos. El comité de expertos para la reforma tributaria concluyó que aquí en las rentas bajas estábamos muy arriba de las comunidades autónomas y en las rentas altas, en media estábamos muy bajos. Teníamos un sistema invertido y eso es lo que se cambió en el 2017. No en genérico se puede decir que aquí hemos subido ocho veces los impuestos. Aquí hemos hecho subidas de impuestos para ganar en progresividad. Las rentas altas tienen ahora una mayor presión fiscal, pero es dentro de una lógica. Es verdad que ahora el sistema de financiación y con la pandemia todavía se ha vuelto más complejo con un sistema de fondos, pero que también nos ha permitido vivir como administración. Sin todos esos fondos, las comunidades autónomas no hubiéramos podido soportar el nivel de gasto de la pandemia. Es verdad continuamos todas las CCAA seguimos viviendo de mecanismos extraordinarios. La estabilidad de los ingresos más o menos se va manteniendo por el efecto cruzado de todos los fondos.
–El presidente de la Generalitat de los últimos meses venía ligando la necesidad de hacer la reforma fiscal junto a la reforma de la financiación, y ahora nos encontramos una situación en la que tenemos unos retoques fiscales por la urgencia de momento pero no tenemos ni reforma del sistema de financiación ni visos de que pueda haberla...
–En la parte técnica creo que hemos avanzado muchísimo con debates y estudios. Es verdad que el contexto es muy difícil, pero hay debates todavía pendientes en este país, de modelo de país, de modelo de Estado. El tributario es uno y el de la financiación autonómica es otro. Parece ser que siempre hay algo que impide abordar eso. Pero es verdad que hay un efecto bloqueo por parte del PP en los grandes debates de Estado cuando no gobierna. Hay un uso no adecuado de las instituciones, en bloquear reformas que son necesarias. La reforma de la financiación no es cosa solo del Gobierno de España, es también de los presidentes y presidentas del resto de comunidades autónomas y del resto de partidos políticos.
–Pero quién tiene que llevar la iniciativa es el Gobierno central y la está llevando a pasos muy muy lentos. No solo este gobierno, pero desde que la Conferencia de Presidentes acordó en enero 2017 hacer la reforma han pasado más de cinco años...
–Totalmente de acuerdo con que va demasiado lento. Una de las cosas que planteé en el Consejo de Política Fiscal ante todos los consejeros y consejeras y al Gobierno de España es separar el debate porque no me gusta que sea un debate entre territorios, es un debate entre ciudadanos. Cuando lo ves entre ciudadanos, lo ves de una forma diferente. Y además les pedí también que deberíamos de tener todos empatía, porque hay territorios cómodos con este modelo y no tienen un incentivo a cambiarlo, pero a otros territorios nos quema este tema. Si nos creemos la igualdad entre españoles vivan donde vivan, deberíamos aplicárnosla en todos los ámbitos. El problema de la financiación ahora es el problema para afrontar las reformas que desbordan a un gobierno, que tienen que ver con muchos gobiernos autonómicos y con todos los partidos, sobre todo los mayoritarios. Hay una reflexión política como país que deberíamos hacer porque desborda lo que puede hacer el Gobierno de España. Es verdad que ha dado pasos muy significativos e importantes, pero es verdad que para la Generalitat Valenciana no son suficientes.
–El fondo de nivelación se ha propuesto varias veces y es muy poco significativo respecto a las las cantidades que se están moviendo en los fondos contra la pandemia; parece una solución bastante razonable, pero el Gobierno se sigue negando...
–Nosotros lo hemos propuesto muchas veces y lo seguimos proponiendo gobierne quien gobierne. Es una reivindicación como gobierno autonómico y como sociedad. Es verdad que hay que acelerar; siempre habrá momentos difíciles y son debates difíciles. Tengo previsto reunirme con algún eurodiputado alemán para analizar su modelo porque allí también hay debates de landers ricos y landers pobres. Es normal que haya tensiones de cómo se reparte el dinero de todos los alemanes. Allí yo creo que lo abordan, y es una de las cosas que tenemos que aprender de los alemanes, con total transparencia. Cuanto más transparente sea el sistema, más se refuerza y más de acuerdo están todos. En la parte institucional, entendida como un acuerdo que desborda un partido político, en este país debemos ponernos las pilas y avanzar todos. Los grandes países siempre se hacen con grandes reformas que significan también grandes acuerdos. Sé que eso no está de moda, pero es evidente que es imprescindible. Los países se hacen por capas. En este país muchas veces cuando llega uno quita la otra capa; habrá cosas que tendrás que cambiar, pero a lo mejor otras las puedes mantener. Los problemas difíciles están para abordarlos, no para dejarlos en un cajón.
–La Dirección General de Financiación Autonómica lleva cuatro meses vacante después de la dimisión de Dolors Furió, ¿ya no hace falta un director o directora de financiación autonómica?
–Sí, por supuesto que hace falta. Espero poder cubrir la plaza en poco tiempo. He hablado con varios profesionales, pero ya sabemos que el sueldo que suele aportar la Generalitat Valenciana no es un precio de mercado y en este caso alguna persona que hubiera encajado perfectamente en el perfil ha decidido continuar con sus tareas profesionales. Estoy ahora hablando con varias para para proponérselo y resolverlo también pronto.
–En los Presupuestos Generales del Estado del 2022 se logró un compromiso extra del Gobierno de 300 millones de euros para infraestructuras en la Comunitat Valenciana. Estamos en octubre y no se ha firmado el convenio con el Estado y no ha llegado ni un euro, ¿corremos el riesgo de perderlos si no se firma el convenio antes de fin de año?.
–El dinero no hay ningún problema y se va a recibir, no se va a perder en ningún. Creo que en Movilidad estaban muy avanzados e incluso tenían ya un listado de inversiones para que no se pierda ni un euro.
–Compromís vuelve a la carga con la tasa de las bebidas azucaradas. ¿Cuál es su posición?
–Estamos viviendo un momento de efervescencia de debates sobre la fiscalidad. Esta es una propuesta que Compromís ha hecho hace tiempo y que existe también en otras comunidades autónomas, igual que otras figuras tributarias en el ámbito de la sostenibilidad. Esos debates me parecen positivos, pero tenemos que contextualizar el momento en que una medida se anuncia o se aplica, ver cómo afecta a los sectores y hablar con ellos, ver si esa medida repercute correctamente y corrige algo que queremos corregir. Hay que analizarlo bien y hacerlo siempre con diálogo con todos los sectores. Soy muy partidario siempre de que, cualquier cosa que se haga, tiene que ser en conjunto, manteniendo la parte de diálogo social y combinándolo todo. En cada momento tienes unas posibilidades, no es lo mismo en un contexto como el que estamos viviendo ahora.
–¿Y cree que ahora es momento?
–Yo escucho siempre todos los debates. Mi opinión es que todas las cosas se tienen que hacer siempre en diálogo y con acuerdo con los sectores implicados. Siempre se puede avanzar analizar los pros y los contras y el diseño. En en este momento nos tenemos que concentrar muy bien todos en ayudar a las familias que peor lo están pasando. Hay muchas familias que en el supermercado cada semana tienen que elegir distintos productos por el precio que sube cada uno de ellos. Esa es nuestra obsesión ahora y tiene que ser esa. Los otros debates me parecen también positivos, pero no perdernos de lo importante ahora, que es ayudar a esas familias.
–En este momento, una vez el ministro de Hacienda inicia el proceso, la responsabilidad de presentar su propuesta de modelo de financiación es de la ministra de Hacienda, que no ha presentado la nueva propuesta de cálculo de población ajustada que prometió para septiembre...
–La ministra dijo que lo iba a presentar pronto. Ella sabe perfectamente de la urgencia de este tema para la Comunitat Valenciana. Lo que lo que dice es que las alegaciones en algunos territorios han sido difíciles de casar. El Ministerio nos dice que se ha encontrado con unas alegaciones que en algunos casos son diametralmente opuestas. El modelo presentado por la Comunitat Valenciana no es un modelo para la para la Comunitat Valenciana, sino para el conjunto de comunidades. Lo absurdo es que una comunidad autónoma presente alegaciones o una propuesta de financiación autonómica solo para que le beneficia a ella. Eso no es construir un modelo, sino que tienes que hacer una propuesta como la que hemos hecho nosotros, que sea exportable. Algunos territorios han hecho propuestas de parte y así no llegaremos a ningún acuerdo.
–El Ministerio de Industria va a dar a conocer en breve el resultado de las alegaciones al Perte VEC y en la Generalitat existe la aspiración de que Volkswagen pudiera recibir más fondos de los preasignado para la gigafactoría de Sagunto...
–Habrá que esperar a la decisión final. Estamos en contacto con el Gobierno de España y con el Ministerio de Industria. Sabemos perfectamente las necesidades que ha pedido Volkswagen para garantizar toda la inversión, que yo creo que no hay ningún riesgo de que esa inversión falle. Pero es verdad que necesita la ayuda del Perte, tal como hemos ido hablando con con el Gobierno de España y con ellos mismos.
–Ford ha renunciado a la condicionalidad de las ayudas del Perte VEC, pero no ha renunciado a las ayudas. ¿Espera Ford que la Generalitat atienda en parte a las necesidades de financiación de la electrificación de Almussafes?
–La Generalitat siempre ha estado al lado de Ford en estas inversiones estratégicas. Lo hemos demostrado con todas las ayudas que a lo largo de los años Ford ha ido recibiendo de la Generalitat Valenciana por la importancia que tiene y por el efecto arrastre en toda la economía de la Comunitat Valenciana. El compromiso de las de la Generalitat Valenciana, como lo han reconocido todos los directivos de Ford. Es inequívoco ese compromiso y que se va a mantener en el tiempo. La Generalitat siempre va a estar ahí en inversiones de una cuantía y tan estratégicas como pueda ser Ford o Volkswagen.
–Llama la atención que solamente se haya adjudicado un tercio de los 45 millones en ayudas directas para autónomos por falta de demanda porque los requisitos eran muy laxos. ¿Por que esas ayudas no acaban de llegar al tejido productivo?
"tenemos que continuar haciendo esfuerzos para que las ayudas no se queden en un cajón"
–Durante estos años de pandemia se ha dado un volumen muy grande de ayudas a todos los sectores y siempre ha habido un problema: la administración se encontraba con que había que hacerlo casi todo con trámites online y simplificados. Hemos ido aprendiendo y hemos ido simplificando trámites al máximo. La última convocatoria de ayudas a los autónomos ha sido lo más sencillo del mundo. Era un cuestionario rápido y hemos pagado en agosto que esto lo pongo mucho en valor porque no hemos parado en agosto porque hicimos un plan de contingencia. Nosotros mantuvimos reuniones con las asociaciones de autónomos, lo difundimos, hicimos una pequeña campaña de publicidad... El problema es que hay muchísimos autónomos y una de las reflexiones que tiene que hacer la Generalitat y el resto de administraciones a la hora de diseñar las ayudas es que hay veces que hay una brecha administrativa digital. A veces por agilidad y por tramitación todo es online y te encuentras con un sector de muchísimos trabajadores y trabajadoras autónomos que no tienen una relación directa con la web y los trámites y que han preferido no acudir a esas ayudas porque pensaban que también tenían que tener los costes de tramitación de una gestoría o la dificultad de acceder. Hicimos el esfuerzo máximo en que fuera sencillo y dialogado, pero tenemos que continuar haciendo esfuerzos para que las ayudas no se queden en un cajón, sino que de verdad permeabilicen a todo el sector que lo necesita. Tenemos que mejorar los mecanismos de acceso a las ayudas, sobre todo a sectores tan atomizados como el de los autónomos.
–La Generalitat no está cumpliendo los compromisos de reducción del sector público previstos en los planes de ajuste porque se han creado nuevos y no se han extinguido varias fundaciones, ¿por qué resulta tan complicado cumplir esta exigencia?
–Es evidente que que hay muchos organismos que administrativamente tienen un recorrido muy largo para poder extinguirlos. Más allá del número de de organismos públicos, la cuestión es si tenemos los que necesitamos. Hay organismos que son necesarios tener, que tienen otras comunidades y nosotros no. Creo que hay que hacer la reflexión de si el sector público es el adecuado a lo que necesitamos más que si es mucho o poco.
–Desde el inicio de la legislatura pasada, una de las promesas del Consell fue la de aprobar una nueva Ley del Sector Público que sigue sin aprobarse, ¿se ha renunciado a ella?
–Es una ley muy importante. Se ha hecho mucho en materia de sector público. Es un compromiso que ya viene de lejos, pero no significa que no se haya hecho muchos avances en el marco del sector público. Pero ahora, con lo que queda de legislatura y de actividad parlamentaria, creo que hay que hacer una reflexión y preparar una buena ley del sector público, que se ha avanzado y hay un borrador muy importante, pero ahora deberemos de esperar porque materialmente no hay tiempo para para su aprobación.
–¿En qué punto esté el encargo a la AIReF de la auditoría del gasto sanitario valenciano?
"tenemos que incorporar la idea de gastar mejor en la cultura de gestión del sector público"
–Está activado. He hablado con la presidenta del AIReF y lo vamos a activar de manera rápida. En gastar mejor sí que se han hecho avances. La pandemia también ha servido en el caso de sanidad, cuando se centralizó la compra de todo el material en una persona responsable de todo, para descubrir sinergias para ahorrar. Ha habido experiencias de esfuerzos de mejora de la gestión y en el caso de Sanidad es evidente con la figura de Mako Mira como comisionada. Hemos tenido experiencias de ahorro que han funcionado para ahorrar y gestionar mejor las compras. Dentro de la cultura de la gestión del sector público, tenemos que lograr que la gestión de gastar mejor esté incorporada. No solo gastar más, sino gastar mejor.
–¿Cree que los consellers deben ir en la lista económica del PSPV?
–Esa es una decisión del presidente que decidirá en su momento la composición de las listas junto con los órganos de dirección del partido, obviamente.
–¿Espera encabezar la lista de Valencia?
–Espero que el presidente decida lo que considere mejor para el partido y para el proyecto en las próximas elecciones. Nadie es imprescindible. El menos imprescindible es el candidato, que es el presidente de la Generalitat. Los demás, lo que él decida, yo me sentiré satisfecho en cualquier decisión y en cualquier dirección que él decida respecto a las listas y respecto a lo que sea. Mi única obsesión es intentar hacer bien mi trabajo. Más allá, yo estoy personalmente muy agradecido a la confianza del Presidente y estaré siempre conforme con cualquier decisión que tome respecto a a mi futuro político o sobre mí o sobre cualquier otra persona.
–¿Está más a gusto en Hacienda o en Movilidad?
–Son retos diferentes. Por mi formación, Hacienda me recuerda más a casa porque soy economista y son temas más familiares. Son retos diferentes pero es verdad que aquí en Hacienda a uno se le pone el pelo más blanco a más velocidad que en otras conselleries.
–Se habla de un posible adelanto electoral por parte del Gobierno central de Pedro Sánchez...
–Siempre que he escuchado al presidente del Gobierno ha dicho agotar la legislatura. Siempre hay quinielas de todo, pero siempre que ha hecho alguna declaración es que estaba satisfecho con el gobierno que tenía y que iba a agotar la legislatura.
–En el caso del Consell de Ximo Puig, ¿le conviene ir con las municipales?
–Él mismo es el que tiene que tomar la decisión ha dicho que ahora es el momento de la estabilidad y concentrarnos en la recuperación económica por encima de las elecciones.