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Entrevista con la gerente del clúster de la automoción en la comunitat

Lluch (Avia): "No hay que alarmarse porque la situación de Nissan no es la misma que Ford"

30/05/2020 - 

VALÈNCIA. Terremoto en el sector de la automoción. A la ya convulsa situación que arrastra la industria del automóvil desde hace años por los cambios en los hábitos en la movilidad–además de la caída de la demanda a nivel mundial antes del brote del coronavirus- se suma ahora la crisis sanitaria. Una situación que ha golpeado duramente a las empresas, con especial incidencia en las plantillas. Solo en la Comunitat Valenciana, los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) han afectado a 17.300 trabajadores, el 61% del total. Pero la embestida ha sido aún mayor con la decisión de Nissan de cerrar su planta en Barcelona. Una circunstancia que azota duramente al sector que en Valencia mira con miedo el futuro de Ford en Almussafes, el buque insignia y motor de la automoción en la autonomía valenciana. 

Aunque con notables diferencias, lo cierto es que la factoría valenciana tampoco vive su mejor momento. Desde hace tres años encadena caídas de la producción y este pasado jueves sindicatos y dirección firmaban un ERE que afecta a 350 trabajadores. Eso sí, también hay motivos para la esperanza. En enero de este año la compañía anunciaba una inversión de 42 millones en la planta valenciana destinada a la fabricación de nuevos modelos híbridos como el S-Max y del Galaxy y la nueva planta de montaje de baterías para vehículos electrificados. Desde el Clúster de la Automoción en la Comunitat Valenciana AVIA vislumbran un horizonte distinto en la factoría valenciana al de Nissan.

"Ford ahora mismo tiene carga de trabajo. Ya han activado el tercer turno y están en pleno lanzamiento de su nuevo modelo Kuga. En principio su continuidad no peligra. Es una situación completamente diferente", subraya Elena Lluch, gerente de AVIA que, por tanto, no cree que existan motivos para alarmarse.

No obstante, pide acabar con la "demonización" hacia un sector que supone el 10% del PIB valenciano y emplea a unos 30.000 trabajadores. "Pedimos a los estamentos públicos que no se lancen mensajes que confundan al consumidor y no se demonice a los coches". Pero, además, reclama apoyo institucional para reactivar el mercado e incentivar la inversión. Medidas que, a su juicio, en ningún caso pasan por imponer un impuesto para vehículos que generen emisiones y que sean matriculados a partir de 2023 como prepara la Generalitat. "Estamos en plena crisis sanitaria y meter más miedo al consumidor ahora mismo no sé si es la mejor medida", señala. Valencia Plaza habla con Lluch sobre la situación y el devenir del sector.

Foto:KIKE TABERNER

-¿Cómo está afrontando el sector la situación de crisis por el coronavirus?
-En AVIA tenemos dos tipos de empresas: las que son manufactureras y las ingenierías. A ambas les ha afectado porque antes o después han tenido que parar, parcialmente en algunos casos, y totalmente en otros. Pero ahora, a nivel europeo el sector se ha ido reactivando y esto ha provocado que los que están más cerca del fabricante de coches en la cadena de valor hayan arrancado con ellos, mientras que los otros van más poco a poco. Estamos a la espera de ver cómo se comporta el consumidor.

-¿Han medido el impacto en las empresas a nivel facturación y empleo? 
-Hicimos un estudio en AVIA y en torno al 90 por ciento de nuestros socios tuvieron que presentar un ERTE. Inicialmente, hubo unos 17.000 empleos afectados durante el primer mes. No obstante, tenemos en torno a un 53 por ciento de los socios que presentaron ya un ERTE y que prevén ahora acometer un segundo por causas productivas.

-¿Puede producir esta situación una deslocalización de las grandes compañías hacia Europa? 
-Es un riesgo que está ahí y lo que tenemos que hacer es todo lo que esté en nuestra mano para evitar que eso ocurra. En este sentido, hacemos un llamamiento a la Administración para que apueste por este sector que genera el 10 por ciento de la riqueza en nuestro territorio. Está en nuestra mano que eso no ocurra. Son decisiones que no se toman aquí y que, por tanto, no sabremos si van a ocurrir o no, pero lo que sí que podemos hacer es dar las condiciones adecuadas para que, cuando las compañías pongan en la balanza el irse o no, no les compense y sean unas plantas altamente productivas. Tenemos que conseguir apoyos y comodidad que hagan que no tenga sentido deslocalizarse, en este caso, de la Comunitat Valenciana.

"La planta de Nissan ya tenía problemas y estos meses ha sido la gota que ha colmado el vaso"

-Pero mientras tanto Nissan ya ha anunciado el cierre de su planta en Barcelona…
-Es una decisión que lamentamos, evidentemente. Es una noticia triste para el sector, pero la situación de Nissan venía de largo, de antes de la situación de la covid-19. Estos últimos meses han sido la última gota que ha colmado el vaso. Era una planta que ya tenía problemas.

-¿Qué impacto tendrá en las empresas valencianas?
-Pues tenemos algún socio que era proveedor, pero no es un porcentaje significativo. Había pocas empresas de AVIA que trabajaban para Nissan. Y, por lo tanto, para las compañías valencianas el impacto será mínimo.

- ¿Hay preocupación en la industria por la posibilidad de que Ford tome una decisión similar en Almussafes? 
-La situación de Ford es muy diferente a la de Nissan. Ford ahora mismo tiene carga de trabajo, ha activado el tercer turno y está en pleno lanzamiento de su nuevo modelo Kuga y, además, se anunciaron inversiones para la nueva planta de ensamblaje de baterías. En principio no peligra. Por ahora no tenemos ningún indicio que nos haga pensar que en el sector de la Comunitat Valenciana ocurriría algo parecido a lo de Nissan. No tenemos motivos para estar preocupados.  

-¿No cree entonces que esté en riesgo la continuidad de Ford en Almussafes?
-Esperemos que no. Insisto en que Ford ya está trabajando a tres turnos, tiene carga de trabajo y está a pleno rendimiento con unas inversiones comprometidas que siguen adelante. No hay noticias que digan lo contrario. Por lo tanto, no hay por qué alarmarse.

-Pero la factoría no afronta su mejor momento. A la caída de la producción durante tres años consecutivos se suma el ERE firmado esta semana y que afecta 350 trabajadores... 
-Estamos en una situación nueva para todos. La pandemia y la crisis sanitaria ha afectado a todos los estamentos y además de forma global. Este sector es global porque diversifica en cuanto a clientes, mercados y localizaciones. Cuando para el mundo por completo, hay que tomar medidas para sanear las empresas y que tengan un futuro. Evidentemente no es la situación idónea que todos queremos, pero hay que tomar decisiones para que el impulso de la compañía tenga sentido y siga generando riqueza y empleo.

-La firma anunció 42 millones para fabricación de nuevos modelos híbridos como el S-Max y el Galaxy y la nueva planta de montaje de baterías para vehículos electrificados ¿Qué impacto tendrá la salida al mercado de estos coches para el sector valenciano? 
-Ya se está trabajando en las nuevas motorizaciones y, por tanto, sus proveedores van en la misma línea. Al final las directrices las va marcando el fabricante de vehículos, en este caso Ford, y los proveedores van trabajando en esta línea. Los cambios de tecnología requieren de un desarrollo, una inversión y un afianzamiento en el mercado de la tecnología, y esas transiciones llevan su tiempo.

-¿Es momento de esa reconversión del sector hacia las nuevas formas de movilidad? 
-Este tipo de desarrollos llevan sus procesos y requieren de unas inversiones. Las empresas están trabajando, tienen su plan y una hoja de ruta hacia los nuevos retos de la movilidad. De hecho desde AVIA estamos a punto de poner en marcha el hub de la Movilidad en la Comunitat que va hacia ese objetivo de generar un ecosistema para que aquellas empresas que no tengan capacidad para hacer los desarrollos por sí mismas, puedan contar con un ecosistema con diferentes agentes de todos los estamentos de la cadena valor para conjuntamente dar respuesta a esos retos. Además, contamos con el apoyo de la Generalitat Valenciana.

-¿Están preparados el mercado y el cliente para el vehículo eléctrico? 
-El mercado y el cliente son soberanos. Si la demanda del vehículo eléctrico es la que predomina se fomentará, pero no se puede empezar la casa por el tejado. Se está trabajando para incorporar tecnología y dar respuesta a otras formas de movilidad como el vehículo conectado o el vehículo autónomo, que sería añadir tecnología a los productos que actualmente se ensamblan en un vehículo para poder dar esta nueva funcionalidad.

"No se deben lanzar mensajes que confundan y demonicen a los coches"

-¿Cree que desde las administraciones se está demonizando al coche?
-Pedimos que desde los estamentos públicos no se lancen mensajes que confundan al consumidor y que no se demonice a los coches. Este es un sector que genera el 10% del PIB de la Comunitat y da trabajo a unas 30.000 personas. Con ese empleo se ayuda a la recaudación de impuestos y sus trabajadores, a través del IRPF y el consumo, también repercuten sobre la riqueza. Los productos que fabricamos son vehículos de todas las motorizaciones que el mercado pueda demandar y eso también supone un retorno para las arcas públicas. 

Además, se está trabajando desde hace muchos años en adaptarse a esas nuevas demandas que van hacia la directiva europea de reducir a cero las emisiones de CO2. Pero el plazo que fija la Unión Europea para dejar de matricular coches que emitan CO2 es 2040. Quedan 20 años y la media de edad de los coches que están circulando por España es de 12,3 años. De aquí a que llegue esa fecha habremos cambiaremos del orden de dos veces de coche. Por lo tanto, a día de hoy, se puede comprar sin ningún problema la motorización que el consumidor considere que es más adecuada para su forma de vida y que cumple con los requerimientos legales y ambientales que actualmente están sobre la mesa. Si los políticos están lanzando mensajes que generan cierta confusión, lo que hacen es paralizar la demanda. Eso es malo para el sector y es malo para las arcas públicas.

-¿Qué medidas se podrían adoptar en ese sentido?
-Lo que tiene sentido es renovar el parque de vehículos que está circulando por nuestro territorio, porque evidentemente no contamina lo mismo un coche nuevo que otro que lleva 15 años circulando. Eso sería una buena medida. El pasado miércoles salió la propuesta de la Unión Europea para inyectar liquidez en los Estados miembros. La propuesta para España representaba en torno a un 10 por ciento de su PIB. De nada sirve que llegue una parte de ese dinero y que dejen caer en un sector que genera esa riqueza. 

Foto: KIKE TABERNER

-¿Cómo valora el impuesto que prepara Agricultura para vehículos que generen emisiones y que sean matriculados a partir de 2023? ¿Es el momento ahora de aumentar la carga impositiva? 
-Creo que no es el momento de mandar ese mensaje. Estamos en plena crisis sanitaria y meter más miedo al consumidor ahora mismo no sé si es la mejor medida. Creo que una de las medidas para reducir y llegar a esa transición para el objetivo del 2040 sería ir reduciendo paulatinamente las emisiones. Además, como ya he comentado, una acción mucho más efectiva sería renovar el parque de vehículos que está circulando. Por tanto, creo que el enfoque no será tan efectivo como consideran porque solo se focalizan en las nuevas matriculaciones. Si lo que quieren es contaminar menos, hay que ir al foco del problema que son los coches más antiguos que están circulando.

-¿Qué medidas debe implementar el Gobierno para ayudar a reactivar el mercado tras la drástica caída de las matriculaciones en los últimos meses? 
-Es importante que el Gobierno apueste por el sector y ayude a reactivar el mercado. La industria tenía una inercia que se ha parado de repente. También hay que seguir trabajando en la flexibilidad laboral y los mensajes que están saliendo sobre la reforma laboral no son buenos en estos momentos con la incertidumbre que hay. Necesitamos garantizar que las empresas tengan flexibilidad para evitar despidos. Pero también necesitamos garantizar liquidez en las empresas para que puedan reestructurarse y reorientarse, así como incentivos a la inversión para hacer atractivo el territorio y evitar que se tomen decisiones que no nos gustaría que se produzcan. Ahora estamos en competencia con otras plantas y si se decide hacer un nuevo proyecto o un nuevo lanzamiento hay que conseguir que la localización de la Comunitat sea atractiva frente a otros pues tendremos un valor añadido.

Por otro lado, necesitamos estabilidad política, porque las noticias que están saliendo no son buenas para que la gente que esté sentada en su despacho de Francia, de Alemania o de Estados Unidos decida si viene. Si no hay unidad política y no hay decisiones coherentes, para el inversor que está en otro sitio y que no acaba de entender el día a día, no es un punto favorable. 

-Algunos hablan de una recuperación más rápida que en la pasada crisis de 2008. ¿Qué perspectivas tienen de cara al futuro?
-Me gustaría ser muy cautelosa porque el problema es que no tenemos muy claro cómo se va a comportar el consumidor. Todo dependerá de si la gente compra o no compra coches porque no se fabrican si no tienes un propietario. Ahora mismo se está trabajando sobre pedidos anteriores a la covid-19 y estamos esperando a ver si la gente compra. En función de la demanda, la evolución del sector será una u otra.

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