VALÈNCIA. En diciembre del año pasado, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València vivió el relevo efectivo en su gerencia con la entrada de Marta Serrano (Córdoba, 1980). En plena pandemia y pasado apenas un año del fraude de cuatro millones, tan sólo cinco días después de tomar contacto con la empresa estalla un incendio en las cocheras de San Isidro. Son algunos de los retos -así los califica- que ha heredado y que debe afrontar Serrano, a los que hay que añadir la delicada situación financiera por la caída de la demanda con motivo de la pandemia de coronavirus, que ha hundido la evolución in crescendo que venía experimentando la firma municipal que preside el edil Giuseppe Grezzi.
- ¿Cómo valora la herencia recibida en la EMT?
- Es una empresa sólida, tiene muchos años de vida y el trabajo que se ha hecho en los últimos años la ha convertido en una de las empresas punteras del sector. Es la tercera en España y se nota en los procedimientos y en la manera de trabajar en toda la parte de operaciones. Me siento muy cómoda.
- Ha heredado algunos problemas, como una flota de autobuses envejecida. Nada más llegar se produjo un incendio.
- Sí, fue bastante crítico. Me nombran gerente de la empresa el 1 y el día 5 se produce un incendio que no se ha producido nunca. Analizado lo que pasó, sabemos que fue un accidente. Fue el primer reto que me encontré porque yo traía una planificación para entender la empresa y los diferentes departamentos y aunque había empezado, eso trastocó mi plan para gestionar todo lo que conllevaba el incendio. La flota que se quemó era antigua y se preveía dar de baja en 2021 y 2022, por lo que no afectó mucho, sólo en el orden en que se dan de baja los coches. Pero como está entrando flota nueva, no afectó al servicio.
- La aseguradora ha pagado por el momento 600.000 euros. ¿Ha hecho ya una estimación total?
- No. La estimación que tenemos es la nuestra y es lo que hemos pedido a la empresa de seguros, dos millones de euros. Esperamos que pague. Desde nuestro punto de vista, el hecho de que ya haya aceptado un pago a cuenta de 600.000 euros es una muestra de su voluntad de ejecutar el contrato que tenemos con ellos y pagar la cantidad solicitada. Luego habrá detalles quizá y tendremos que ver al céntimo hasta dónde va a pagar.
- Los bomberos dicen que los hidrantes estaban en modo manual y que en un principio no se podían activar pero que "de inmediato" se hizo. ¿Esto retrasó la actuación?
- No. El incendio se inició en un autobús diesel y problema que tuvimos es que se extendió a otros de gas natural. Cuando los autobuses de gas están quemando no se puede echar agua porque se produciría una explosión. Por eso cuando llegaron los bomberos y vieron que eran buses de gas -ya habían estado haciendo prácticas en la cochera- retiraron con nuestros trabajadores varios vehículos para esperar a que el gas se quemara cuanto antes. Una vez se consume el gas, ya se puede apagar con agua. El aviso se hizo sobre las 16.45, los bomberos llegaron diez o quince minutos después y los hidrantes se activaron a las 17.05.
- Centrándonos en la estafa de cuatro millones de euros. En su momento se dijo que se había podido bloquear en las cuentas de China una parte del dinero, pero más tarde se ha sabido que se ha esfumado. ¿Tienen alguna esperanza de recuperar el dinero?
- Creo que vamos a recuperar los cuatro millones de euros. Tengo la esperanza de recuperarlos. Pero no creo que sean los mismos, digamos. No creo que se recuperen de China, porque eso es verdad que se perdió. Además, China es un país muy opaco para ese tipo de cuestiones. Ahora tenemos en marcha diferentes procesos que están intentando dilucidar de quién es la responsabilidad y distintos seguros tendrán que actuar cuando esto termine. Tanto nuestros directivos como los del banco están protegidos por seguros para este tipo de situaciones. Veremos de quién dicen los jueces que es la responsabilidad y en función de eso nosotros pediremos.
- En las conclusiones de la comisión de investigación por la estafa se decía que no había protocolos claros y apuntaba a una deficiente organización del personal, entre otras cosas, y que eso pudo facilitar el fraude. ¿De quién dependían que todo eso se hiciese correctamente?
- Al final los protocolos dependen del comité de dirección de la empresa y de la gerencia en ultima instancia. Yo no estaba aquí cuando se produjo el fraude, pero los protocolos existían y el problema fue que no se cumplieron. Los pagos siempre se hacían y los seguimos haciendo por banca electrónica de manera mancomunada y con el fraude no se hizo así: una persona decidió saltarse el protocolo establecido y facilitar las firmas a los estafadores. Al final, hubiera dado igual si los protocolos hubieran sido más extensos porque esta persona decidió saltárselos. Es una situación en la que es muy difícil de controlar a la persona que está actuando saliéndose de los cauces establecidos.
- ¿Se han solucionado todas las deficiencias señaladas en el dictamen de la comisión de investigación?
- Yo diría que la mayoría sí. No conozco el documento al dedillo porque yo no estaba, pero la gran mayoría sí, si no todas. Si falta alguna, es pequeña. Se separó el área de Administración en dos diferentes: Gestión y Recursos Humanos. Se está trabajando en esa línea, claro.
- No se ha constatado que hubiera fallos de ciberseguridad que pudieran haber motivado la estafa. Pero la Sindicatura de Comptes sí que revela deficiencias reseñables en este campo. ¿Se está haciendo por mejorar estas carencias?
- Sí, de hecho el informe de la Sindicatura lo recoge así. La Sindicatura valora las medidas implementadas pero no las que están en proceso. De hecho nosotros alegamos que muchas de las medidas que nos recomendaban ya estaban poniéndose en marcha. Antes del fraude ya estábamos con un plan de ciberseguridad en EMT porque antes de 2015 no había ninguno.
- El juzgado ha declarado improcedente el despido de la directiva engañada durante la estafa. ¿Cree que fue correcto el despido?
- Sí, de hecho por eso se ha decidido recurrir al Tribunal Superior de Justicia. El despido se produce porque esa persona ha entregado a terceros una documentación que es confidencial sin tener autorización. De hecho la misma sentencia admite la gravedad de la situación pero valora que estaba actuando engañada.
- ¿Hasta qué punto estar engañado exime a un empleado de actuar sin seguir el método habitual?
- ¿Hasta qué punto tienes que hacer algo ilegal porque te lo pide tu jefe? Es que incluso si la operación hubiera sido legítima, esta señora debería haber informado a sus superiores de que se estaba modificando el protocolo de pago de facturas y unas transferencias a unas cuentas en China. Y sobre todo, no debería haber entregado documentación confidencial de la empresa. Si tu jefe es el que te lo está pidiendo y es el que tiene poder para autorizar esas transferencias, ya las autorizará él, ¿no?
- Tras la sentencia en la que la jueza arguye que la directiva estaba engañada y que no intentaba ocultar pruebas, ¿cuál es el argumento de la EMT para recurrir?
- Que cuando ocurre todo, la persona actúe correctamente no exime de todo lo que ha hecho anteriormente. La gravedad es si te has saltado los protocolos y has enviado documentación documental, aunque luego colabores con la empresa. El daño ya estaba hecho y son cuatro millones de euros de dinero público.
- Si la sentencia se ratifica, ¿qué prefiere la empresa: pagar la indemnización de 200.000 euros o readmitirla?
- En el último consejo de administración se optó por el despido. Recurrimos la sentencia pero con el despido y la indemnización sobre la mesa. Teniendo en cuenta que esta persona está siendo investigada en el Tribunal de Cuentas y en un procedimiento penal, y en ambos la EMT es la principal afectada. No tendría mucho sentido readmitir a la persona, además en el mismo puesto porque tenemos que mantener las condiciones de trabajo. Y hay una evidente falta de confianza.
- La Agencia Española de Protección de Datos está investigando el documental contratado por la EMT sobre los cambios en la plaza del Ayuntamiento a raíz de una denuncia del PP. La productora grabó sin permiso conversaciones privadas en un acto que hicieron contra los cambios. ¿Cuál es la explicación de la EMT? ¿Qué se va a hacer con estas imágenes?
- Nosotros no tenemos el bruto de esas imágenes. Contratamos un documental que iba sobre todo de la reforma de la plaza y de la remodelación de nuestras líneas. Tenemos los brutos, pero los de esas imágenes en concreto no, porque la productora en cuestión no los consideró de relevancia. Y así se lo hemos comunicado a la Agencia Española de Protección de Datos. Yo entiendo que la productora se encontró con un acto público sobre la plaza del Ayuntamiento del Partido Popular y grabó. Pero desde luego que nosotros eso no lo tenemos.
- Llega en plena pandemia, un momento económico delicado para una empresa de transporte como la EMT.
- Sí, pero es una realidad que afecta a todas las empresas de transporte, no únicamente a la EMT. Nos enfrentamos a un reto muy importante. Hemos perdido demanda por todas las reducciones de la movilidad asociadas a la pandemia y tenemos el reto de recuperarla y que vuelva a los niveles de 2019, pero también a las tasas de crecimiento tan buenas que estaba habiendo en Valencia.
- Antes de las restricciones se vivieron momentos puntuales de concentración de gente en el transporte público, tanto en la EMT como en el metro. ¿Se ha pensado aplicar algún cambio para paliar esta situación?
- Primero tenemos que ver qué tal está funcionando la red actual, que es nueva de hace un año aproximadamente, y luego hemos de ver cómo se recupera la demanda. Es inevitable que nos movamos de manera distinta. Parece que más empresas están apostando por el teletrabajo y eso puede afectar a las horas puntas de mañana y de tarde. Trabajar con el escenario de demanda por líneas que teníamos en 2019 no tiene mucho sentido. Debemos evaluar la evolución para ver si algunas líneas necesitan refuerzos o se tienen que generar líneas nuevas. No estamos cerrados a ello.
- ¿Han hecho un análisis de cómo acabó la situación financiera de la empresa el año pasado?
- Todavía no tenemos las cuentas anuales totalmente cerradas. Las cifras que tenemos es que hemos cerrado el año con un déficit de explotación un 20% mayor de lo previsto en los presupuestos por esta caída de la demanda.
- ¿El fondo extra para el transporte urbano habilitado por el Gobierno será suficiente?
- Todavía no se sabe muy bien cómo se va a repartir. Tiene un mínimo de 275 millones y un máximo de 1.000. Todas las empresas estamos viendo cómo se va a articular.
- ¿Cuánto necesitaría la EMT por la pérdida de pasajeros en 2020?
- En torno a 20 millones de euros.
- ¿Se ha previsto alguna aportación extraordinaria del Ayuntamiento en función de la situación que se viva este año?
- El Ayuntamiento, como nosotros, está esperando esos fondos covid. Es una línea que va a llegar pero igual tarda porque hay que articular los procedimientos. Pero las empresas de transporte están funcionando prácticamente a pleno rendimiento. Por eso desde la Asociación de Transporte Urbano se va a solicitar al Gobierno que los ayuntamientos puedan hacer pagos a cuenta de esa partida para que puedan ir adelantando fondos.
- Se ha planteado en ocasiones que la EMT, al prestar servicios muchas veces fuera del ámbito de València, debería depender de un organismo supramunicipal como ocurre en otras ciudades. ¿Cree que debería articularse de esta manera?
- La Autoridad Metropolitana del Transporte sí que debería tener mayor presencia, pero para eso es fundamental que la Generalitat asuma parte de los costes económicos del transporte urbano de València, por eso es complicado cómo articularlo. Que de servicio a otros pueblos es algo normal en una empresa municipal porque hay convenios.
A la ciudadanía lo que le importa es tener una línea que le lleve donde quiere y le da igual de quién dependa. Como vengo de la EMT de Madrid, allí a la gente le da igual si depende del Consorcio o del Ayuntamiento, quiere que funcione. Yo no sé que planes tiene la Autoridad para caminar a ese modelo. ¿Sería deseable? Sería deseable una mayor integración, sobre todo en un mundo en el que la gente se mueve mucho más. Ya no solo vivimos en València, sino que hay unas interrelaciones que no podemos obviar.
- Ya se está empezando a tramitar la ley para la financiación del transporte público. ¿Han previsto cómo afectaría a las cuentas de la EMT?
- Esa ley lo que hace es poner un marco para que el transporte público esté suficientemente financiado. De hecho la semana pasada salieron las recomendaciones del Consejo Europeo de las Naciones y dice, entre otras cosas, que el transporte público se tiende a infrafinanciar y debe ser suficientemente dotado. Esa ley garantizará eso, porque muchas veces las empresas dependemos de cómo estén los fondos del ayuntamiento o de decisiones políticas a veces. La normativa asegura un procedimiento regulador de financiación y una base de financiación.
- ¿Cuál sería el nivel óptimo de financiación para la empresa de València?
- No tenemos un óptimo. Al final, nuestro déficit de explotación lo cubre el Ayuntamiento y la subvención en realidad va a la Autoridad. Al final se compensa: lo que llegue del Gobierno central no lo paga el Ayuntamiento. Esto te lo dirá cualquier ayuntamiento: el transporte es una de las partidas más costosas de las administraciones municipales. Cuanta más ayudas recibamos de otras administraciones, mejor. Tanto del Estado central como de la Generalitat, que ahora mismo no pone nada en el transporte público de autobuses en València.