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ENTREVISTA A LAura Soto, Secretaria autonómica de Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad Energética

"Hay que trabajar en la eficiencia de los nuevos edificios, pero sobre todo en la rehabilitación" 

Foto: EDUARDO MANZANA
2/02/2023 - 

VALÈNCIA. La sostenibilidad y eficiencia energética en la construcción marcan desde hace años el camino de la obra nueva. En estos momentos no son retos de futuro, sino una realidad que se ha acelerado con la crisis energética actual y las nuevas exigencias de Bruselas, muchas de ellas plasmadas en los fondos europeos. No obstante, la rehabilitación del parque inmobiliario sigue siendo la asignatura pendiente. Bien lo sabe Laura Soto, secretaria autonómica de Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad Energética de la Generalitat Valenciana, cuyo departamento trabaja en asentar los cimientos de un nuevo modelo de vivienda en la Comunitat Valenciana.

Nacida en Algemesí, Soto es titulada en Arquitectura por la Universidad Politécnica de València (UPV), y desde 2006, doctora con calificación Cum Laude en el ámbito de la eficiencia energética de edificios y sostenibilidad. Además, fue directora general de la Entitat Valenciana d'Habitatge i Sò (EVha).

"Hay que trabajar en la eficiencia de los nuevos edificios, pero sobre todo en la rehabilitación", asegura. De hecho, la mayoría de los edificios de la ciudad de València tienen más de 40 años, según los datos del Anuario Estadístico del Ayuntamiento de València. Pero, además, defiende una nueva arquitectura basada en la flexibilidad y en la que no exista una jerarquización de los espacios.

-¿Qué importancia tiene la arquitectura bioclimática en estos momentos y qué ventajas puede ofrecer en las nuevas construcciones?

-La arquitectura bioclimática quiere recoger ese cambio de paradigma que necesitamos en el actual contexto de crisis y emergencia climática. Tiene un sentido muy amplio e implica una arquitectura más respetuosa con el medio ambiente, pero incluyendo también una vertiente social y económica. Al final, se trata de aprovechar las condiciones del entorno para consumir el mínimo de energía. Cuando vas a la playa y pones la sombrilla sabes cómo orientarte y, por tanto, las viviendas tienen que ser diseñadas y rehabilitarse en el contexto de orientaciones y recursos que hay en la zona para proporcionar bienestar a las personas y al medio ambiente.

Foto: EDUARDO MANZANA

-A lo largo de estos años de legislatura, ¿en qué se ha avanzado en la Comunitat Valenciana en este sentido?

-Hemos avanzado en tratar de licitar de manera distinta todos nuestros proyectos poniendo sobre la mesa temas de sostenibilidad e innovación. Además, hemos creado unas líneas de ayudas para los municipios en las que la sostenibilidad es trasversal con programas como el Renhata, para la rehabilitación de viviendas, pero también se han puesto en marcha programas de formación para ayudar al sector en su transformación.

-¿Era necesario crear esta secretaria autonómica para impulsar un nuevo modelo de vivienda en la Comunitat?

-Estamos hablando de que el 80% de nuestro tiempo lo pasamos en los edificios, que, a su vez, consumen el 40% de la energía en Europa. Por tanto, es un tema que debe estar en la agenda de todos los gobiernos. De hecho, el 50% del presupuesto de nuestra Conselleria va de la mano de temas relacionados con la sostenibilidad, la innovación y la rehabilitación.

-¿Cómo se puede conseguir reducir ese 40% de consumo de energía en Europa de los edificios?

-Lo que tenemos que hacer es que las nuevas construcciones cumplan con las normativas actuales, que ya son muy exigentes. Pero, además, debemos ir un poco más allá y exigir temas de materiales de kilómetro cero, abordar temas de eficiencia energética, bioclimatismo... Tenemos una gran deuda con los edificios existentes y la rehabilitación. De hecho, con los fondos Next Generation la Unión Europea ha fijado que se debe reducir un 30% el consumo de energía para recibir las ayudas. No obstante, el reto es actuar en lo que ya está construido y, por eso, se va a trabajar tanto en materia de rehabilitación. Las nuevas edificaciones con la normativa actual ya van a ser de consumo casi nulo, pero el problema es lo que ya está construido. Por eso, estamos promoviendo y fomentando la rehabilitación y estableciendo mecanismos de ayudas e implementar soluciones innovadoras.

-De hecho, uno de los principales problemas es el envejecimiento del parque inmobiliario en España, ya que la mayoría de edificios con más de 40 años. 

-Cuando antes comprabas una vivienda la antigüedad ni te la planteabas, pero ahora la gente sí que lo valora porque estamos en un contexto que ha generado más conciencia de lo que se consume. Han aumentado los precios, hay una crisis climática y la sociedad se da cuenta que el Cambio Climático está ya aquí. Además, según la Organización Mundial de la Salud, pasamos el 80% de nuestro tiempo en la vivienda y el covid también ha provocado que nos hayamos dado cuenta de nuevas necesidades. Por tanto, creo que hay que trabajar en la eficiencia y la sostenibilidad de los nuevos edificios, pero, sobre todo, en la rehabilitación del parque construido. 

-Precisamente, los fondos europeos reservan una importante cuantía para la rehabilitación del parque inmobiliario, pero parece que no acaban de aterrizar. ¿Qué está pasando?

-Ha habido más de 2.000 solicitudes de comunidades de propietarios para rehabilitar unas 5.800 viviendas en la Comunitat Valenciana por un importe de más de 74 millones de euros. Hay que tener claro que es una nueva convocatoria de ayudas de los Next Generation. Es verdad que vamos un poco lentos, pero porque se ha tenido que generar todo un ecosistema que necesitan una trazabilidad y una fiscalización muy importante porque tenemos que dar cuentas al Estado y a Europa. Además, cuando hablamos de temas de rehabilitación hay un decalaje entre la concesión de la ayuda y la entrega del dinero porque los propietarios no empiezan la obra hasta que no tienen conciencia de que van a tener la inversión. Al final, la Administración paga contra los gastos que tu presentas porque esto no es como comprarte unos zapatos.

-¿Cuándo se empezarán a ejecutar las primeras obras con estos fondos?

-Este año van a empezar y eso va a provocar un efecto contagio porque anima ver que la comunidad de propietarios de tu lado ha conseguido ayudas. Además, también se revaloriza patrimonialmente la vivienda porque hablamos de que un banco te dará una hipoteca más favorable si tiene mejor respuesta al nivel de eficiencia energética. En Europa, hay varios estudios que hablan de un 4% de revalorización patrimonial del edificio cuando tiene mejores condiciones. Por tanto, 2023 va a ser un año crucial porque se van a empezar muchísimas obras, la gente verá que está llegando el dinero y habrá un efecto llamada.

Foto: EDUARDO MANZANA

-La Conselleria está impulsando tres proyectos pilotos de vivienda pública sostenible e innovadora, uno en cada provincia. ¿Qué novedades incluyen en materia constructiva?

-Desde el principio se abrió un concurso de arquitectura para generar un debate en el sector con el objetivo de repensar cómo queríamos que fueran esos edificios desde el punto de vista de género, sostenibilidad o sistemas más eficientes. Van a tener espacios de uso comunitario en planta baja, estancias más flexibles dentro de la vivienda y se ha explorado el uso de nuevos materiales como la madera o la paja del arroz para temas de aislamiento. Por tanto, serán unos edificios en València, Alcoi y Castellón que van a dignificar la vivienda pública y, con ello, también queremos contagiar al sector privado para que vea que hay otras formas de habitar y unas nuevas exigencias de la ciudadania. 

-¿En qué fase de desarrollo se encuentran?

-El primero que ya hemos licitado ha sido en Castellón se ha licitado . En este caso, ha sido una rehabilitación de un edificio con 13 viviendas en la Avenida Capuchinos. Con él, queremos demostrar que en este tipo de obras también es posible hacer otro tipo de viviendas. En cambio, en València y Alcoi serán obra nueva y ya se están ultimando los pliegos porque la EVha los licitará en breves. 

-Hablando de espacios flexibles, su departamento ha lanzado un prototipo de balcones que se pueden añadir a viviendas ya construidas. ¿Cuál es su objetivo y cómo se han implementado?

-A raíz de una encuesta que hicimos por el covid se detectó que una de las carencias y necesidades de la población era tener un espacio exterior en sus viviendas. Por ello, a través de una compra pública innovadora, le pedimos al mercado qué nos podía ofrecer y se alcanzó esta solución para una vivienda existente. Se trata de balcones de madera que se pueden acoplar y que ha creado una empresa. Ahora estamos trabajando con la EVha para instalar el piloto en algún edificio del parque público porque queremos que sea en inmuebles habitados para conocer opiniones. La idea es poner tres balcones y hablar con el Ayuntamiento de València para conseguir la licencias y ver qué obstáculos nos encontramos en el camino para luego ese proceso escalarlo y que sea un producto que se pueda incorporar. 

-Uno de los principales cambios en la construcción es la industrialización y el uso de prefabricados. ¿Serán claves en el desarrollo de la nueva arquitectura?

-Sí, pero creo no tiene que ir todo a la construcción industrializada, sino que hay que diversificar las soluciones. No obstante, es uno de los ejes en los que se tiene que trabajar con el sector. Ahora mismo se prefabrica más por partes como baños o cocinas.

-¿Va a impulsar la Generalitat la construcción de vivienda industrializada?

-Una de las líneas ayudas que tenemos es el Plan Irta, que financia proyectos, obras y soluciones tecnológicas. Por tanto, cualquiera que hace industrialización tiene apoyo de la Administración para madurar los proyectos. El tema es complejo, pero estamos trabajando en ello.

-¿En qué otro tipo de soluciones tecnológicas se está trabajando?

-En aislamiento, por ejemplo, se está explorando mucho. Hay algunos que se hacen con materiales que son excedentes de otros: desde algas, arroz hasta reciclado de materiales procedentes de lana de ovejas. Muchas otras soluciones van por el lado de la domótica y el control de los espacios. También para que los edificios sean más inteligentes. Otras se están enfocando a la rehabilitación, que es un sector que lo va a mover todo porque se trata de adaptar nuestras viviendas a todo lo que está sucediendo. 

-¿Hacia dónde debe transitar la construcción y cómo será la vivienda del futuro?

-Serán edificaciones de energía casi nula y muy respetuosos con el medio ambiente. Además, tenemos que hacer un análisis del ciclo de vida de los materiales porque los edificios del futuro tendrán en cuenta que desde que se construyen hasta su desmontaje todo será completamente sostenible. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Su departamento también ha lanzado una guía para el diseño y contratación pública de vivienda que incluye la perspectiva de género. ¿Qué papel juega esa visión en las nuevas formas constructivas?

-La vivienda genera unos condicionantes de relación en el entorno familiar. Ahora hay muchos modelos de familias y hay que responder con la vivienda porque tienen que adecuarse a las necesidades del día a día. En este sentido, hay que desjerarquizar los espacios e intentar que haya un tratamiento igualitario como, por ejemplo, para que la cocina no sea un espacio relegado, sino que sean equitativos y se promueva el compartir tareas y la inclusión de la vida. Detrás de todo esto hay una filosofía de democratizar los espacios en los entorno de la vivienda.

-¿Y el ciudadano valora estas cuestiones?

-Creo que sí. No obstante, cuando alguien ve en las revistas esos espacios diáfanos y menos compartimentados y con materiales más sostenibles lo identifica como una cuestión de lujo y no es así. Podemos vivir en viviendas con más luz y espacios exteriores, materiales más sostenibles y saludables y no tienen que ser una cuestión de lujo. Tenemos que cambiar el modelo habitacional con el que estamos acostumbrados. Y, para hacer ese cambio de paradigma, estamos trabajando con el sector.

-¿Y el sector se está adaptando a estos cambios hacia la eficiencia y la sostenibilidad? 

-Creo que se está dando cuenta de que la gente es muy sensible a todo esto. De hecho, ya hay productos financieros como 'hipotecas verdes' en las que se prima la compra de viviendas con una alta calificación energética. Cuando el parque público se dignifique y demuestre que otras maneras de habitar son posibles, la gente demandará viviendas más flexibles, menos jerarquizadas y hechas con materiales más sostenibles. Vamos hacia un mundo en el que la arquitectura tiene que ser más saludable y la gente ya empieza a demandar esas calidades y no solo unos acabados. 

-¿Qué quedaría pendiente por hacer para acelerar el cambio en la construcción?

-El sector está preparado. Hay un tejido empresarial muy fuerte y con muchas soluciones innovadoras. Al final esto es un camino que estamos haciendo de la mano con el sector porque no solo hay que hablar de sostenibilidad, sino también de nuevos materiales y otro tipo de viviendas más flexibles. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Ya se empieza a explorar la madera, pero ¿qué materiales serán los que primarán en los edificios del futuro? 

-Creo que en genérico no podemos hablar de materiales, sino del análisis de su ciclo de vida, cuáles se pueden reutilizar y la energía que consumen en su proceso de fabricación. Lo que necesitamos es provocar un circuito de economía circular con productos de proximidad. No podemos decir que el futuro será la madera o el ladrillo porque dependerá del caso, la ubicación y el proyecto que vayas a hacer. También habrá que ver que esos materiales puedan volver a entrar en el circuito y se puedan reutilizar. En eso hemos estado trabajando mucho con el sector: en una propuesta para ver si podemos hacer alianzas o apoyarlos para hacer alguna iniciativa de economía circular alrededor de los materiales.  

-¿Qué futuro le augura a la arquitectura bioclimática y cómo será la construcción en los próximos años?

-Creo que habrá un cambio con un gran impulso a la rehabilitación y mucha promoción con eficiencia energética y energías renovables en el sector de la edificación. Además, se van a incorporar muchas soluciones innovadoras. El sector automovilístico ya lo ha hecho, pero parece que ha costado un poco más en el de la edificación.No obstante, con el tema de los costes de la energía y la necesidad de vivienda eso se va a acelerar. Creo que habrá un cambio profundo en la edificación porque los edificios consumen el 40% de la energía y desde muchos sectores se está avanzando en este tema.

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