manuel martínez grau, dtor. gerente de la Autoridad del Transporte metropolitano de valencia

"Tenemos el compromiso de Montero de recibir los 38 millones para el transporte de València"

11/10/2020 - 

VALÈNCIA. Manuel Martínez Grau es, desde agosto, director gerente de la Autoridad del Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV), cargo que llevaba 13 meses vacante desde que su antecesora en el puesto, María Pérez Herrero, fuera nombrada secretaria autonómica de Obras Públicas, Transportes y Movilidad Sostenible. La AMTV se constituyó en 2017 para planificar y unificar la red de transporte urbano e interurbano en el área metropolitana de Valencia, donde vive más de un millón y medio de personas.

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Valencia, en la especialidad de Transporte y Territorio, y experto en simulación de sistemas de transporte por la Universidad de Cantabria, Martínez Grau ha sido, además, director de proyectos y consultor, con experiencia nacional e internacional en planificación de sistemas de transporte.

Ahora, asume el reto de estar al frente de esta entidad, un puesto que no le es ajeno, ya que formó parte del equipo que ayudó a establecer la Autoridad del Transporte del Greater Cairo. Una dilatada experiencia que intentará trasladar a la ATMV, que encara muchos retos en un momento en el que, además, el uso del transporte público ha caído significativamente por el miedo a la covid. "El uso del transporte público cayó hasta el 5%, es decir, perdimos el 95% de usuarios. Actualmente, tanto a nivel general como en hora punta se encuentra al 55-60%", indica.

Además, en plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado, el nuevo director gerente de la entidad confía en que por fin se conviertan en realidad los 38 millones de financiación que el Consell reclama para el transporte del área metropolitana valenciana. "Tenemos el compromiso de la ministra de Hacienda", subraya. Un montante necesario para el normal funcionamiento de la Autoridad y para afrontar sus objetivos: integración tarifaria, bajada de precios y dotar de visibilidad a la entidad. En la que es su primera entrevista en el cargo, Valencia Plaza se reúne con Martínez Grau para abordar sus planes al frente de la ATMV.

-Un año después de la salida de la anterior directora, la ATMV vuelve a tener una persona al frente ¿Cree que esta falta de mando ha podido afectar al funcionamiento de la entidad?
-Para nada. Cuando me incorporé me tuve que meter en el engranaje de la Autoridad porque, sinceramente, llevaba un año y medio sin gerente, pero estaba funcionando a pleno rendimiento. Al final, la cabeza visible lo que hace es dialogar más con operadores o con los ayuntamientos del área metropolitana. Pero hay que saber que la ATMV está bajo la dirección de la Secretaría Autonómica y al final el trabajo colaborativo ha sido constante. No se puede considerar que haya parado en ningún momento, ni que haya trabajos que se hayan quedado estancados.

-¿Cómo afronta el reto de dirigir la ATMV?
-Vengo de la empresa privada, que trabaja para muchos clientes, incluso para la administración pública, pero al final tus ideas pueden acabar en una biblioteca porque tú gastas tus consejos, pero no tomas las decisiones. Ahora, estando dentro, creo que esas ideas que tenía antes en la empresa privada y transmitía a la administración, las voy a poder llevar más a la práctica. Como valenciano, tengo la responsabilidad de hacer que el transporte público en el área metropolitana consiga la imagen que necesita y el uso que es lógico para los ciudadanos. Es un reto gigante, pero estoy contentísimo.

-¿Cuáles son esas ideas que quiere poner en práctica? ¿Qué hoja de ruta se ha marcado?
-Es muy importante darle a la ATMV la visibilidad que ahora mismo no tiene. Eso al final va ligado a las actuaciones que haces. Cuantas más acciones implementas, la ciudadanía lo ve y te empieza a conocer. Creo que lo más importante ahora, y viendo los retos que nos ha mostrado la movilidad por la covid, es volver a ganar la confianza de los usuarios y transmitirles que el transporte público es seguro. El reto de la Administración es esa apuesta por conseguir cambiar la pauta de movilidad del vehículo privado hacia el uso del transporte público, pero dando alternativas. Y eso pasa por varias pautas: una mejora de la calidad del servicio, mejorando las frecuencias, entre otras cosas, y además, facilitarle el uso al ciudadano. Hay una apuesta muy decidida por la integración tarifaria para hacerlo en esta legislatura. Y cuanto antes mejor. Al final, para un ciudadano, saber que use el modo de transporte que use pagará exactamente lo mismo y todo en una tarjeta, le dará comodidad y llevará a que mucha más gente se trasvase al transporte público.

"Hay que dar un mensaje de tranquilidad de que el transporte público es seguro"

-Habla del miedo que hay ahora al uso del transporte público y de devolverle al ciudadano la confianza. ¿Eso cómo se consigue?
-Es lógico que haya muchísima gente que le haya cogido respeto. Va un poco ligado a las restricciones de capacidad que se establecieron durante el confinamiento. Lo que hay que hacer es lanzar mensajes de tranquilidad y enseñar que estudios internacionales en Francia, Japón o China han demostrado que la tasa de contagios es menor al 1% en estos espacios. De hecho, es mucho mayor en otros ámbitos cerrados donde pasas más tiempo. Lo primero que hay que hacer es dar un mensaje de tranquilidad y, lo segundo, hacer acciones para que el usuario vea que se están siguiendo todas las medidas que establece Sanidad, como puede ser la limpieza efectiva de los vehículos, poner geles... Al final es un conjunto de medidas para que el ciudadano vea que el transporte público es seguro. 

Pero esto no será a corto plazo. No vamos a despertar mañana y el transporte público va a estar en un 90%. Va a ser un un paso poco a poco. Además, también hay que dar alternativas en otros medios de transporte, y por eso la Conselleria de Movilidad ha trabajado a contrarreloj para sacar la estrategia de movilidad postcovid, con una apuesta por la bicicleta. Es un trabajo paralelo. Por un lado, intentar con las medidas en el transporte público recuperar la confianza y, a la vez, dar alternativas a los usuarios para que se puedan mover igualmente.

-¿Tienen cuantificada la caída de usuarios estos meses?
-Durante el confinamiento, la movilidad general cayó hasta unos niveles del 50 por ciento más o menos. El transporte público cayó hasta el 5 por ciento, es decir, perdimos el 95 por ciento de usuarios. Actualmente, la demanda a nivel global, por datos de Big Data que tenemos, está al 100 por ciento, pero el transporte público, tanto a nivel general como en hora punta está al 55-60%. Renfe-Cercanías está en un un 70%; EMT València en un 55%, Metrovalencia 62%, y Metrobús estamos en un 63%.

-¿Dónde ve las mayores ineficiencias en el transporte metropolitano de València?
-La primera deficiencia es que tú estás en un municipio como Torrent y tienes dos modos de transporte para ir a València y en uno pagas más que en otro. No tiene mucho sentido y el usuario tampoco entiende que si sube en el metro pague un euro y si lo hace en autobús, 1,5. No tiene mucha lógica. Otro aspecto que no es cuestión de ineficiencia, sino de restricción de capacidad, es que siempre se ha querido darle más frecuencias al metro y así lo viene diciendo el conseller. Es una cuestión de infraestructura porque no caben más vagones, ya está al 100%. No es una deficiencia, sino simplemente es una red que hay que mejorar de cara a lo que queremos en el futuro. Si esos nudos que tenemos ahora mismo no se arreglan, por mucho que queramos meter frecuencias, nunca lo podremos hacer. Para ello, tenemos un plan de futuro de FGV, que creo que se presentará en breves, junto con el Plan Metropolitano de València.

Otro tema que se podría resaltar, y se viene exigiendo desde el plan de Movilidad de València de 2013, es que el transporte urbano e interurbano se coordinen. A un usuario que viene a València le da igual que el autobús sea amarillo, rojo o azul. Lo que quiere es que si tiene que transbordar sea en la misma parada. Lo que se busca es una coordinación de los tráficos. Por tanto, desde el Plan de Movilidad lo que se viene pidiendo es que los carriles bus entre las ciudades también sean utilizados por los buses interurbanos. y que las paradas indiquen todas las líneas que pasan por ahí. En esto también estamos trabajando.

-¿Cuáles son las primeras medidas que piensa tomar?
-Lo primero que vamos a lanzar son los autobuses lanzadera desde València a los polígonos industriales del área metropolitana. Es una reivindicación social. Si queremos que la gente realmente vaya al trabajo en transporte público tiene que tener unos servicios coherentes. Antes de final de año vamos a lanzar cuatro lanzaderas a los polígonos más importantes, que darán respuesta a alrededor de 80.000 empleados. En lo que también seguimos trabajando continuamente es en poder sacar a principio de año el primer pliego de servicio público en los municipios del área metropolitana. Y lo más importante, la integración tarifaria en la que estamos trabajando continuamente.

-Precisamente ese el gran objetivo de la ATMV. ¿Cómo van los trabajos? ¿En qué punto se encuentran?
-Hay que tener en cuenta que la integración tarifaria no sólo es la planificación como tal de un mapa zonal. Al final el usuario ve lo que paga, pero detrás están los distintos operadores. Por tanto, estamos trabajando en los convenios con las distintas empresas y, paralelamente, trabajando en las validadoras: en los desarrollos tecnológicos de software y hardware. Obviamente, queremos que esté listo en esta legislatura, pero cuanto antes mejor, porque eso impactará muchísimo en el uso del transporte público y por fin pondrá sobre la mesa a la Autoridad, que es el objetivo que se busca.

"El objetivo es que la integración tarifaria esté lista esta legislatura"

Ahora mismo estamos en un punto intermedio de fase 1 y en poco tiempo podremos cerrar los convenios. En el desarrollo tecnológico, estamos pendientes de unas pruebas que pueden tardar más porque no depende de la ATMV, sino también de Renfe y la EMT. No somos nosotros los que decidimos los tempos, porque hay que tener en cuenta que ellos tienen otros trabajos y no es tan fácil. Eso podría alargarse, pero estamos poniendo toda la carne en el asador para que esto salga cuento antes. Estamos trabajando para acortar los plazos lo máximo posible.

-Una de las cuestiones pendientes, y que usted ya ha resaltado, es la falta de visibilidad. En el reparto de los fondos de Fomento para aliviar el impacto de la covid en el transporte ya quedó evidenciado que para Madrid es irrelevante la ATMV, al ‘saltársela’ a la hora de distribuir el dinero. 

-Es correcto. Sin embargo, hay que tener muy claro que el Consorcio de Madrid tiene 30 años y la Autoridad de Barcelona, 20 años. Tienen plena competencia sobre todos los modos de transporte y tienen los billetes integrados y completamente desarrollados. Justamente esos son los pasos que nosotros queremos seguir. Equipararnos al Consorcio de Madrid y a la ATM de Barcelona, pero ahora mismo no estamos ahí. Entonces para nosotros era más óptimo que el dinero fuera a la Generalitat.

-¿Entonces lo pidió la ATMV?
-Fue una decisión dialogada. Al final nosotros decidimos que era más eficiente que llegara a la Generalitat y, a partir de ahí, repartir, porque no estábamos en ese punto todavía.

-¿Cree que los 40,9 millones que recibirá la Comunitat Valenciana de ese fondo son suficientes?
-El reparto que se hizo fue con parámetros visibles, por lo que sabíamos lo que nos iba a llegar. Esas ayudas van a ser tanto para pagar déficit de FGV como de Metrobús. Obviamente, con más dinero podríamos hacer más.

-Una de las históricas reivindicaciones es la cuestión presupuestaria y la financiación a la ATMV. Desde la Generalitat siempre se ha calculado que lo justo serían 38 millones.
-Es una reivindicación que la conoce todo el mundo. En los últimos presupuestos nos llegaron 10 millones, pero necesitamos los 38. Creo que, por fin, con la nueva ley de Movilidad y Financiación del transporte público se van a poner ya unos parámetros que espero sean proporcionales y sobre todo medibles y previsibles para que sepamos todos dónde jugamos. Pese a que nunca nos han llegado los 38 millones, la Conselleria sigue apostando por el transporte público y sigue dando dinero la Autoridad. 

-El Gobierno ya negocia los Presupuestos Generales del Estado (PGE). ¿Se conseguirá una mayor partida para el transporte público de València?
-Esperemos que sí y que por fin pongan los 38 millones. En el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2019 volvían a salir 10 millones, pero la Administración dijo que con enmiendas nos daría los 38. El mensaje se trasladó muchísimas veces. Esperemos que nos lleguen.

-Pero como usted ha reconocido, en el último presupuesto, el ejecutivo de Pedro Sánchez se ‘olvidó’ de incluir esa exigencia.¿Qué garantías hay ahora? 
-La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se comprometió. Tenemos su compromiso y dijo que apostaba por la movilidad metropolitana de València y que iban a llegar los 38 millones de euros.

-¿Y confía en ese compromiso?
-Confiamos plenamente en que lleguen los 38 millones de una vez, porque creo que los valencianos nos merecemos la financiación que nos toca. En el proyecto de Presupuesto de 2019 se daba una financiación para infraestructuras que tenía en cuenta el peso poblacional de la Comunitat Valenciana. Por fin se veía que estaban girando la cabeza y mirándonos. Por tanto, yo sí que confío en que lleguen los 38 millones.

-Y si no llegaran...
-Tú tienes una lista de la compra: queremos mejorar frecuencias, llegar a otros sitios, bajar tarifas a los usuarios... Miras el dinero que tienes para gastar. Con 20 euros puedes comprar A y B, pero si tienes 200 puede ser A,B y C. Al final es ver qué tienes en la lista de la compra y qué puedes hacer con el dinero. Si llegan los 38 millones podemos hacer más cosas y, si solo llegan 10, tendremos que ajustarnos, pero aun así tenemos el dinero que la Generalitat pone de su bolsillo.

-¿De lograr ese presupuesto para este año, en qué lo invertiría la entidad? ¿Habría rebaja de tarifas?
-Dependiendo del dinero que llegue estamos pensando en diferentes patas. Si llegan los 38 millones, una de las apuestas es poder rebajar tarifas a medio plazo. También el desarrollo de otros modos de pago como tarjeta, móvil o código QR para intentar digitalizarnos un poco más. Pero esto todavía está en el ideario. Todo dependerá del dinero que llegue. 

-¿Por qué cree que durante años ha habido esa discriminación al transporte metropolitano de València?
-Creo que cuando se crea la autoridad se consigue un peso mayor para decirle a Madrid: 'Oye, estamos aquí y ya no vale no darnos el dinero por excusas de que no tenemos un plan metropolitano o una Autoridad'. Lo tenemos y estamos, y con eso cambiaron las tornas. El altavoz estaba, porque siempre se había hecho esa reclamación, pero quizás faltaba la cabeza visible que es la Autoridad. Por eso es importante darle una imagen y, aunque en la cabeza del ciudadano no está, sí está en otros ámbitos y foros.

-Una de las principales quejas de los usuarios son las frecuencias de paso en el metro. ¿Van a mejorar a corto plazo, especialmente ahora que hay limitaciones de aforo?
-La infraestructura ha dado el máximo de capacidad y en ciertas líneas tenemos nudos y no caben más trenes. ¿Cómo se rompen? Duplicando vías. El plan Metropolitano de València, que se anunciará en breve, planifica una red de todos los transportes. De ahí surgirá el plan para el FGV del futuro, que tiene varias fases: algunas para mejorar las frecuencias en el corto medio plazo, con actuaciones puntuales en la red. Pero crear una red con frecuencias de 3-4 minutos requiere arreglar todos los nudos y eso es más a largo plazo, porque precisa de importantes inversiones. Después, las siguientes fases de ese plan irán resolviendo la red para conseguir que pueda absorber cualquier necesidad que pueda tener la ciudadanía en un futuro.

-¿Y a nivel autobuses interurbanos?
-Hay dos posibilidades para mejorar frecuencias: meter más autobuses o a través de infraestructuras como son carriles VAO -específicos para Vehículos de Alta Ocupación-. De hecho, en la estrategia de movilidad postcovid de la Conselleria se planifican nuevos carriles bus VAO que permiten mejorar frecuencias porque si se tardaba 15 minutos de ir de una parada a otra porque hay coches de por medio, ahora usando este carril el autobús puede tardar 5 minutos y recorta el tiempo de inicio de otro servicio. También estamos trabajando en los planes de servicio con los municipios para dotar de más servicios a los ciudadanos.

-Ha estudiado otros modelos de transporte metropolitano en capitales españolas o europeas ¿Cómo está València respecto a otras ciudades de Europa en materia de transporte público?-En cuanto a reparto modal, el área metropolitana de València es la envidia. Cuando he ido a un congreso y he explicado que un 42% de la movilidad es a pie, un 14% en transporte público, un 41% en coche y un 3% en bicicleta, no se lo creen. Nuestra ciudad es compacta y plana, con desplazamientos cortos. En cambio, te vas países del norte de Europa y el transporte público está a niveles de València, pero el uso del coche es mayor porque no se puede andar por el frío. En el centro de Europa, el uso del transporte público cae y andar y el vehículo privado sube. Somos una ciudad envidiable.

 

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