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Entrevista al responsable de la dirección y gestión del coworking Wayco

Cambralla (Wayco): "El negocio del coworking está inmaduro en València, pero en fase de crecimiento"

28/01/2020 - 

VALÈNCIA. Los negocios de coworking se han convertido en los últimos en un activo muy atractivo para los inversores en el segmento inmobiliario. Todo un 'boom' el de estas oficinas flexibles que ya ha madurado en grandes ciudades como Madrid y Barcelona y que ahora empieza a despegar en otras plazas como la valenciana en donde van abriendo nuevos espacios. No obstante, existen firmas con ADN valenciano que desde el primer momento vieron en este negocio una oportunidad y ya en 2013 emprendieron la aventura de adentrase en este modelo de oficinas. Este es el caso de Wayco que actualmente cuenta con dos locales en València, uno de ellos recientemente ampliado sumando más de 2.000 metros cuadrados.

Detrás de este negocio están los hermanos Víctor y Nacho Cambralla quienes en 2013, en plena crisis económica, decidieron poner en marcha Wayco, un espacio de coworking en València. Se trata de un modelo de negocio que en este momento se encuentra en pleno apogeo en el sector inmobiliario, pero que en aquel entonces era un concepto prácticamente desconocido en la ciudad. Fue una puesta bastante complicada, casi de riesgo, que ahora, siete años después de emprender aquella aventura les ha posicionado como referentes en un negocio que poco a poco va atrayendo más el 'apetito' inversor.

De hecho, según un informe de la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman y la firma Workthere, el modelo de oficinas flexibles triplicó la contratación de espacios en Barcelona y Madrid en el año 2018, pasando de los 30.000 metros cuadrados a sumar más de 90.000 metros cuadrados. En València, en cambio, ha tardado más en asentarse, pero poco a poco va sumando más superficie y más firmas ponen sus ojos en la ciudad para invertir. 

"En 2013 el sector aún estaba muy verde en general en España y en particular, en València. Pero vimos que empezaba a ser una tendencia en Madrid y Barcelona, a nivel nacional, y en otras ciudades europeas y ver lo que estaba pasando fuera nos daba buenas pistas de hacia dónde podía evolucionar", recuerda Nacho Cambralla, responsable de la dirección y gestión de Wayco. Un testeo que les llevó a abrir ese año su primer espacio en la calle Governador Vell, en Ciutat Vella. "Los tres primeros años fueron de mucho divulgar y dar a conocer cómo se puede trabajar un espacio de trabajo compartido como es un coworking. Fue una apuesta arriesgada, pero decidida de crear un negocio que sirviese para apoyar a emprendedores que estaban tratando de salir adelante", destaca.

coworking de Wayco. Foto: EDUARDO MANZANA

Actualmente, la compañía cuenta con dos ubicaciones: la de Ciutat Vella y otra en la calle Almirante Cadarso, un espacio de 800 metros cuadrados, al que hace poco unieron una nave anexa, que en su día albergó los antiguos cines Goya y la librería Crisol, ampliando el espacio y sumando 1.600 metros cuadrados adicionales.

Creando comunidad

Un fenómeno con mucha proyección de futuro en el mercado inmobiliario. ¿Los motivos? Cambralla señala que con el estallido de la crisis muchas pequeñas empresas o autónomos no podían permitirse el alquiler de una oficina tradicional por el gasto que suponía y decidían recurrir a este tipo de espacios flexibles con precios más ajustados. Sin embargo, en los últimos años su crecimiento responde a los cambios sociales, relacionados con la conciliación y la flexibilidad de horarios, y también con una nueva cultura empresarial. "Hay una tendencia muy clara a que las empresas den mucha más autonomía y libertad a sus empleados permitiéndoles trabajar desde cualquier lugar del planeta", explica. 

Pero, además, los coworkers no solo buscan un espacio, sino crear vínculos y establecer relaciones humanas que les permitan enriquecerse personal y profesionalmente compartiendo experiencias y conocimientos. Es decir, crear comunidad. "El coworking es, por un lado, el continente que es la oficina flexible y los servicios que van asociados a la oficina, pero luego está el contenido que son las empresas de profesionales que hay y ese dinamismo que generamos a través de actividades, eventos, formación y conferencias que promovemos. Eso es un valor añadido intangible, pero que la gente reconoce y es una de las motivaciones que les lleva a estar en un sitio como éste", recalca.

Actualmente cuentan con 268 miembros, de los que 217 están en el espacio de Russafa y 51 en el de Ciutat Vella. El perfil del usuario es muy diverso. En Wayco, el 70% son trabajadores de empresa y el 30% autónomos o freelances. Destacan los nómadas digitales, personas que aprovechan la libertad de la tecnología para trabajar desde cualquier parte del mundo y también crece las empresas locales y nacionales con parte de sus equipos deslocalizados por proyectos puntualesPor sectores, el mayor grupo lo concentran las empresas y trabajadores dedicados a las tecnologías y servicios de la información; marketing digital o arquitectura e interiorismo. De ellos, el 59% de los usuarios son nacionales y el 41%, extranjeros procedentes de 23 nacionalidades distintas como Alemania, Bélgica, Brasil, Canadá o Chile. 

Precisamente, el punto de inflexión en esta compañía llegó en 2017 con la decisión de abrirse a un público más internacional que ya conocía el funcionamiento de estos espacios porque en sus países de origen su implantación estaba más generalizada. Fue en ese momento, cuando su crecimiento tendió al alza. Por ejemplo, en Wayco trabajan varios equipos de empresas internacionales que dan la libertad a sus trabajadores de desarrollar los productos a distancia. 

Sala del coworking. Foto: EDUARDO MANZANA

Fruto del dinamismo que se respiraba en la ciudad, propiciado por el auge turístico, en 2018 abría en Almirante Cadalso, en una antigua imprenta. "El sector inmobiliario tradicional se está acercando al coworking porque está viendo una oportunidad de mercado. Ahora la empresa ve esa facilidad que le permite una oficina flexible frente al alquiler o la compra de una oficina tradicional en la que tiene que poner un aval o una fianza muy grande. Además, la demanda es cada vez más creciente porque ya muchas empresas tienen al 20% de su plantilla en estas oficinas flexibles", recalca.

Eso sí, en València todavía es un segmento inmaduro al que le falta recorrido, pero que está en fase de crecimiento. "Sin duda en València este modelo irá ganando cuota de mercado. Estas oficinas son una tendencia global y ahora mismo en la ciudad hay muy poquita oferta y el hecho de que el sector inmobiliario se esté acercando a nuestra actividad está ayudando a que más empresas de fuera de València pongan sus ojos en nuestra ciudad y decidan traer aquí un equipo de trabajo. Lo estamos notando porque recibimos muchas solicitudes de empresas de fuera que se están planteando venir aquí y buscan este tipo de oficinas", incide.

Frente a Barcelona o Madrid donde en los últimos años ha habido un gran crecimiento en el sector inmobiliario hacia las oficinas flexibles, València va "un pasito por detrás pero está en fase de crecimiento". "Estamos a la espera de que lleguen algunas empresas del sector coworking puro y que el sector inmobiliario empiece a destinar más metros a ese tipo de oficinas flexibles. Estamos todavía en fase de crecimiento en ese sentido", asegura.

"La competencia nos ayuda"

Cambralla no teme la llegada de nuevos competidores en la ciudad como First Workplaces, que abrirá un espacio más de 3.000 metros cuadrados en pleno centro. Es más, considera que es necesaria para que València se posicione en el foco. "La competencia ayuda a que un sector que aún está en crecimiento de manera global en Valencia sea más visible hacia el exterior. Es competencia, pero que ayuda a que este negocio siga creciendo por la demanda insatisfecha que hay", puntualiza para señalar que los operadores nacionales e internacionales, después de tener una fuerte presencia en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, ahora cree que el paso lógico es invertir en ciudades de tamaño mediano como es Málaga o Val`ncia. "Estamos esperando que sigan llegando más actores en esta partida", afirma.

Respecto a las zonas, ante la escasa oferta de grandes espacios en el centro de la ciudad, Cambralla lo tiene claro: el primer cinturón de València, es decir, los barrios que están en en torno al Ayuntamiento de la ciudad en grandes vías porque es lo que pide el cliente. Aunque también está la zona de La Marina, convertida en un polo para los emprendedores y donde ya hay proyectadas varias iniciativas de este estilo. 

Pese a los signos de desaceleración de la economía, el responsable de Wayco asegura que el negocio no se está resintiendo y sus clientes "siguen con muy buena salud, con crecimiento, inversión y planes de expansión". Incluso se mantiene la ocupación con movimientos de rotación en cada uno de los espacios. Su ADN emprendedor hace que no pierdan las ganas de seguir sumando nuevos proyectos y la compañía no descarta ampliar el negocio. Aunque admite que no es una prioridad abrir nuevas ubicaciones, están atentos a la evolución del mercado y a las posibles oportunidades de inversión. "Siempre estamos con el radar bien conectado para valorar posibilidades en la ciudad", concluye. 

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