VALÈNCIA. Las oficinas 'flex', también conocidas como coworking, ganan protagonismo en el mercado inmobiliario por la flexibilidad que ofrecen en cuanto a espacios y tarifas. Y es que, aunque en los últimos años han ido ganando cuota, principalmente en plazas como Madrid y Barcelona, las restricciones de aforo y el teletrabajo han incrementado su demanda por parte de las empresas y han abierto el 'apetito' de muchos inversores. "Las oficinas flexibles ya estaban, pero han venido para quedarse con más fuerza", subraya Óscar García, CEO de First Workplaces, compañía que desde hace doce años gestiona este tipo de espacios para grandes corporaciones nacionales e internacionales, como eBay, LinkedIn o Microsoft, entre otras.
Fundada en 2009, la firma, participada por la gestora de fondos Sherpa Capital, ofrece espacios de trabajo y servicios funcionales personalizados para empresas. Actualmente cuenta con más de 25.000 metros cuadrados de oficinas, con cinco centros en Madrid, dos en Barcelona y uno en Málaga. En València tiene proyectado un espacio de más de 3.000 metros cuadrados en la calle Pintor Sorolla 1, en el corazón de la 'city' financiera valenciana. Un centro que esperan poder abrir este año.
"Las empresas han dejado de ver las oficinas como un mero espacio de trabajo. Ahora se requieren más cosas. Antes, el centro para las compañías era la oficina y ahora son las personas", explica el CEO de la compañía, Óscar García. "Al final dotamos a los edificios de una capa de servicios, que es lo que ahora necesitan las empresas. Aquí llegas con todo puesto para empezar a trabajar: desde salas de reuniones, conexiones, limpieza o mantenimiento... Todo está dentro de tu cuota y, por tanto, sabes cuál va a ser tu tarifa y no vas a tener sorpresa", explica.
De hecho, asegura que la firma ha sido capaz de encontrar espacios para sus clientes en 48 horas, una inmediatez que no ofrece el mercado tradicional de oficinas. "Las compañías ya no están pensando en contratos a cinco años, ni en acometer inversiones, sino que buscan agilidad. Y eso es lo que aportamos, con contratos que pueden ser desde un mes hasta 24", enfatiza García. De hecho, según un informe de la consultora CBRE, la demanda de espacios flexibles de oficinas se ha reactivado un 302% durante el primer trimestre de este año respecto al volumen contratado en 2020.
Aunque la pandemia tuvo efectos negativos sobre estos negocios, García asegura que el sector 'flex' es "una solución no solo de presente, sino de futuro". "Ya habían venido para quedarse, pero ahora todavía con más fuerza. 2020 ha sido un año muy complicado y sabemos que ha habido un verdadero drama de empresas más pequeñas que han tenido que cerrar. Ahora mismo, el sector está en el punto de salida para ir disparados, por esa flexibilidad e inmediatez que ofrecemos", destaca. Y es que, recalca, que se trata de un modelo que tiene potencial "por la necesidad de esa flexibilidad", ya que en momentos de incertidumbre, las corporaciones "no se quieren atar a grandes inversiones".
Pero no solo las propias firmas se interesan más por estos espacios, sino que también en el mercado se aprecia un interés inversor por estos activos dentro del real estate. Por ello, First Workplaces ha lanzado First Management, la primera gestora especializada en oficinas flexibles en España. Dirigida a grandes propietarios de activos, como inmobiliarias, socimis, aseguradoras o fondos de inversión, la compañía busca incrementar el valor de los inmuebles dotándolos de servicios para hacerlos más rentable que un alquiler de una oficina tradicional.
"Una de las razones de hacerlo ahora es esa incertidumbre que existe en el real estate. Nosotros llevamos mucho tiempo trabajando en la gestora, pero hace unos años el sector inmobiliario estaba muy cómodo vendiendo el metro cuadrado. ¿Qué ha pasado ahora? El mercado ha evolucionado con movimientos que se han acercado al 'flex', como la compra de Loom por parte de Merlin", explica García. Ahora todo se ha acelerado, lo que les ha empujado a lanzar este proyecto, con el objetivo de dotar de más experiencias, servicios y tecnología a los edificios.
Aunque todavía no disponen de activos concretos, ya están en negociaciones con inversores y propietarios de edificios que barajan transformar en oficinas flexibles, algunos en la plaza valenciana y alicantina. "El feedback que estamos recibiendo es muy positivo, pero ahora estamos analizando", puntualiza. "En Alicante, por ejemplo, se está moviendo mucho este sector", asegura. Y es que, tras la madurez de plazas como Madrid y Barcelona, cree que será el momento de que vaya creciendo este nicho en mercados menos consolidados, como València, Alicante o Málaga.
¿Sus requisitos? Que los inmuebles estén en buenas ubicaciones, con comunicaciones, transporte público y servicios alrededor. También buscan edificios que cumplan con una serie de estándares de calidad para aportar más valor e incrementar su rentabilidad y potencialidad de los inmuebles. De hecho, frente a una rentabilidad media de entre el 5,5% y el 7% de una oficina tradicional, García asegura que sus centros alcanzan hasta el 25-30%.
Sobre la plaza valenciana, reconoce que existe oferta, pero muy centrada en pymes y startups. "Existen buenas alternativas, pero le falta un pequeño salto de calidad como hemos dado hace años en Madrid. Ahora le toca a ciudades como València, porque las empresas demandan espacios flexibles y hay una carencia de oferta que hay que cubrir", afirma.
De hecho, prevé que compañías dedicadas a la gestión de estos espacios pongan en su punto de mira otros puntos de España para desarrollar nuevos proyectos. "Habrá una apertura, porque hay negocio en zonas como València y Alicante", insiste el CEO de First Workplaces, que confía poder abrir este año su espacio en el cap i casal, puesto que la ciudad se encuentra entre las prioridades de la compañía.
También augura en el mercado concentración y adquisiciones, ya que en estos momentos más de dos tercios de los espacios de trabajo flexible están en manos de pequeñas firmas. "En tiempos de crisis siempre hay concentración. Y en un sector tan atomizado como el nuestro sí que habrá movimientos de centros pequeños o integraciones en firmas más grandes. Por desgracia, muchos han tenido que cerrar y otros tendrán que buscar una salida si la actual coyuntura se prolonga", asegura.
De cara a este ejercicio, sus sensaciones son positivas y, por ello, la compañía tiene buenas expectativas y espera mejorar las cifras del año pasado. "Ya hemos notado una reactivación bastante importante y queremos terminar el año incluso con más aperturas y 5.000 metros cuadrados más en gestión. Para nosotros va a ser un año para seguir apostando y creciendo", concluye García.