VALÈNCIA. La aceleración de la implantación de las energías renovables sigue siendo una asignatura pendiente para el Gobierno valenciano. Así lo reconocía hace unas semanas el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien afirmaba que su tramitación era "manifiestamente mejorable". Unas críticas que se suman a las de hace unos días de la Consellera de Agricultura, Mireia Mollà, quien pedía más esfuerzos para acelerar la puesta en marcha de los proyectos.
Pero no solo desde el Consell se hace autocrítica, también el sector considera que los procesos se están dilatando en plena escalada energética. Y todo ellos apuntan a la Dirección General de Paisaje como epicentro del cuello de botella. Un departamento que dirige Rosa Pardo, quien niega este extremo y asegura que se está trabajando "sin descanso" para conseguir los objetivos de descarbonización.
Además, asegura que "no se están poniendo trabas a la implantación de las renovables en la Comunitat Valenciana", pero reconoce que no todos los proyectos son viables porque deben de ser compatibles con el entorno. "Estamos trabajando de forma constante y sin descanso ninguno. No hay dejadez, ni abandono y se trabaja en todo momento", subraya.
-De acuerdo con los datos de generación energética de Red Eléctrica, de los 6.423 MW conectados desde 2020 en España, la Comunitat Valenciana solo aporta 46 MW, apenas el 0,7% de la nueva capacidad solar. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no acaban de materializarse los proyectos?
-Cada comunidad habrá adaptado su normativa de diferente manera. Creo que sí que estamos contribuyendo de una forma positivay garantista, pero que dará sus frutos en breve para que la implantación de energía renovable, de forma ordenada y adecuada, sea una realidad.
-El sector denuncia que existen más de 300 proyectos atascados y apuntan a su departamento como el 'culpable' de ese cuello de botella.
-No sé si se apuntan a mi departamento o no, pero no creo que deba ser así. Esto es un proceso entre tres Consellerias distintas -Economía, Territorio y Medio Ambiente- y los datos que manejamos son distintos. Actualmente, tenemos 225 expedientes, de los que 189 son competencia de la Generalitat y otros 39 los tramita el Gobierno porque son de potencias superiores a 50 MW. De los que tenemos nosotros solo 26 están por analizar porque han llegado recientemente. Creo que intentamos ser ágiles, garantista a la vez que hacemos un cumplimiento de la legislación que sea justo y racional.
-Por tanto, ¿no cree que exista el atasco que denuncia el sector?
-Las Administraciones desde hace mucho tiempo están faltas de personal. Nosotros hemos intentando aumentar nuestra plantilla, pero, vistas las necesidades y los requerimientos, necesitaríamos una mejor dotación. No obstante, y con el personal que tenemos, creo que sí que se hace un muy buen seguimiento y acompañamiento a todos estos expedientes. Todo es mejorable y seguiremos trabajando en todo lo que pueda contribuir a dar una mejor respuesta y celeridad.
-Más allá de los agentes privados, desde el propio Consell también ha habido críticas. La última ha sido de la consellera de Agricultura, Miria Mollà, que la ha señalado del suspenso de la Comunitat en el despliegue de las renovables. ¿A qué se debe?
-Cada uno tenemos un prisma distinto. Entiendo que se puedan ver las cosas diferentes desde otros departamentos y sin tener el conocimiento más concreto de cada uno de los expedientes, pero estamos avanzando y analizándolos. El atasco no creo que sea definitivo, sino que al cumplir la legislación algunos expedientes no entran desde el primer momento de una forma nítida en los criterios que marca la normativa. Y, por tanto, a muchos se les requieren modificaciones hasta que se ajustan a los criterios y eso lleva su tiempo.
"Cada uno ve desde su punto de vista la tramitación, pero yo pongo en valor el trabajo que hace mi personal"
-¿Se siente señalada?
-Cada uno ve desde su punto de vista la tramitación. Yo pongo en valor el trabajo que hace mi personal porque hemos hecho muchísimas cosas que son muy positivas. Un ejemplo es el funcionamiento de un visor con toda las tramitaciones de parques eólicos o instalaciones fotovoltaicas, que dota de transparencia y mucha información a los municipios y al sector y, además, ofrece celeridad a los expedientes.
-Usted habla de celeridad y de que los expedientes se tramitan a buen ritmo, pero no es lo que piensa la mayor parte del Consell ni los agentes privados. Ayer las críticas fueron de Mollà, pero hace días el propio 'president', Ximo Puig, reconocía no estar del todo satisfecho con la tramitación.
-Creo que desde las competencias que tiene esta Dirección General lo que hacemos es adecuado para velar por el cumplimiento de la legislación que tenemos. Pienso que son cuestiones de matices y de perspectivas, dependiendo de las competencias que tiene cada departamento. En cualquier caso, yo aquí no veo que esté el problema. Estamos trabajando de forma constante y sin descanso ninguno. No hay dejadez, ni abandono y se trabaja en todo momento.
-¿Y dónde estaría el problema entonces?
-Es que no creo que haya problemas en ningún sitio. Los procedimientos que se han implantado lógicamente al principio requieren de todo el impulso y poner en marcha los sistemas y serán más lentos también por desconocimiento del sector para elaborar la documentación que se requiere, pero luego con el tiempo se irán precipitando con más celeridad. Además, se está trabajando con el sector en grupos de trabajo, se hacen charlas y acompañamiento con los empresarios. Hemos tenido multitud de reuniones con ellos y siempre hemos llegado a puntos de encuentro y entendimiento. También, recientemente, hemos designado parte de nuestro personal para que haga las tareas de seguimiento específicas y que atiendan los casos de duda o necesidad de las empresas.
-¿Qué criterios se siguen para aceptar o denegar las autorizaciones de los proyectos?
-Los criterios son aquellos que el Botànic hemos establecido para que no se deteriore los recursos paisajísticos de mayor valor, que no se ocupen suelos relevantes o necesarios para el cultivo o que no se exceda la capacidad de acogida del territorio y el paisaje...Por eso, establecimos un límite de ocupación del territorio. Al final, la intención es hacer viables los proyectos con el mejor acomodo que presentan con el territorio y el paisaje. No todos pueden cumplir con esta circunstancia.
"LA INTENCIÓN ES HACER VIABLES LOS PROYECTOS CON EL MEJOR ACOMODO QUE PRESENTAN CON EL TERRITORIO Y EL PAISAJE"
-Precisamente algunos municipios han criticado que se cambió ese límite de ocupación cuando ya se estaban tramitando sus proyectos. ¿Eso no genera inseguridad jurídica?
-Se cambió la ocupación racional del suelo que se estableció en un 3%, aunque se pondera en función del potencial de usos del suelo y normalmente suele ser un 4,3%. Creo que es algo razonable para que se produzca la implantación de renovables de forma más distribuida y justa y con una mejor acogida en el territorio.
-¿No cree entonces que se esté impidiendo el desarrollo de las renovables en la Comunitat como critica el sector?
-Para nada. No se están poniendo trabas a una implantación racional de las renovables en la Comunitat Valenciana. De ninguna manera. Puede haber algún problema puntual con aquellos proyectos que no cumplan de forma nítida y garantista la legislación, pero no con carácter general. De hecho, podemos estar satisfechos con que las autorizaciones que se van a dar van a tener una buena acogida en el territorio, en el paisaje y se va a compatibilizar múltiples necesidades que tenemos la ciudadanía: tener un paisaje y un entorno de calidad y una energía procedente de fuentes limpias y renovables.
-¿Se siente respaldada por sus compañeros en la Conselleria?
-Me siento respaldada en cuanto a que estoy segura de que estoy haciendo bien mi trabajo y las competencias que se me han asignado las trato de cumplir de la manera más operativa, práctica, adecuada y ética posible. Se debería de estar satisfecho con el trabajo que se está haciendo desde este departamento, que en absoluto es el de lastrar la implantación de las energías renovables en la Comunitat.
-El decreto omnibus, que precisamente buscaba agilizar las renovables, abre la puerta a que el Consell declare un proyecto energético como prioritario, lo que permitiría evitar un posible veto por parte de los ayuntamientos. ¿Se estudia esta declaración para alguno de los grandes proyectos solares en tramitación?
-No hay ninguna nueva petición salvo la que ya hubo para la comarca del Valle de Ayora, que ya se declaró y todos los expedientes que estaban en ese ámbito, pendientes también de un plan especial, ya se cursaron. No conozco ninguna otra hasta el momento.
-Esta norma también daba poder a los ayuntamientos para suspender licencias de instalaciones de renovables en zonas de suelo no urbanizable de uso común definidas como de alta o muy alta capacidad agrológica. ¿Qué porcentaje de suelo en la Comunitat tiene esa calificación? ¿Cuántos de los proyectos fotovoltaicos que están en tramitación están en suelo de ese tipo?
-En muy alta capacidad agrológica es el 3% del territorio y alta, el 11%. Los proyectos que hay ahora en tramitación no la mayoría no están en ese tipo de terrenos, sino que lo más habitual es que estén en suelos de moderada capacidad agrológica. Hay algunos que están en baja y otros en alta o muy alta, pero no es lo habitual.
-¿Es compatible preservar el paisaje con la transición energética?
-Puede serlo perfectamente. Incluso la generación de nuevos paisajes en suelos que están degradados o que tienen alguna problemática. De hecho, ahí tendrían cabida plantas, incluso las de grandes dimensiones, y no habría problemas. El paisaje es un concepto que está en permanente cambio porque lo que tenemos hoy no es lo mismo que tuvieron nuestros antepasados y los cambios hay que aceptarlos. Pero también hay que guiarlos de la mejor manera y hacer que la convivencia sea lo más armónica y favorecedora para nuestra actividad diaria. Esa es la misión que tenemos en la Administración.
"Hasta ahora no se ha implantado la potencia necesaria en la Comunitat, pero vamos a avanzar a buen ritmo"
-¿Cuál es el modelo que usted propone para lograr esa armonización?
-La Dirección General siempre se ha decantado por la planificación. Lo que tenemos son multitud de proyectos con unos criterios legales que tenemos que cribar si se cumplen o no. Tenemos proyectos con una potencia de más de 829 MW que están ya validados y en tramitación; otros que no cumplen por la localización que proponen; y algunos que se pueden modificar o rediseñarse. Y la mejor herramienta es la planificación porque así se parte de un análisis del paisaje con carácter previo en el que identificas las zonas más valiosas y así se puede ordenar esos ámbitos y suelos. Así lo hemos hecho con el PAT de Castellón y de la Vega Baja y se facilitan mucho las cosas porque ya acotas los emplazamientos con más facilidades. De hecho, en ambos casos se superan los objetivos para cubrir en 2030.
-Según los datos de la patronal Avaesen, en los últimos cinco años únicamente se han construido instalaciones para 59 MW en la Comunitat frente a los 2.071MW instalados en Castilla-La Mancha. ¿A qué achaca estas dos velocidades?
-No es acertado comparar territorios con distintas vocaciones, capacidades, proyecciones y dimensiones. No podemos comparar un territorio tan extenso como Castilla-La Mancha con la Comunitat Valenciana y los usos que ya tiene su territorio. Pero, además, es que difieren en sus características, topografías, horas de sol y dimensiones. Efectivamente, hasta ahora no se ha implantado la potencia necesaria en la Comunitat, pero el proceso que hemos iniciado no puede dar frutos al día siguiente, sino cuando finalice la tramitación de los expedientes. Soy optimista y creo que sí que habrá un número que pueda generar ilusión. Pero también hay que hablar de la calidad de la potencia que se implante. Y creo que sí que vamos a avanzar a buen ritmo.
-¿Va a ser posible con los proyectos que ya tienen autorización y los que están encima de la mesa que la autonomía llegue al objetivo de 10.000 MW en 2030?
-Estoy segura de que se podrá llegar al objetivo que se ha fijado. Me gustaría también destacar el despliegue del autoconsumo, que creo que se está haciendo formidablemente bien en la Comunitat Valenciana porque debemos ser de los mejores a nivel del Estado. Ahí hemos acertado mucho y eso también beneficia a los consumidores.
No obstante, el problema no es llegar a 2030, sino los avales y las conexiones que hay comprometidas en unos nudos y otros que vencen. Yo no veo el problema en 2030, sino que la presión que sufrimos viene más por las fechas en la que tienen que estar resueltos un número de expedientes y eso obliga a trabajar a contrarreloj. El problema no es no tener cubierta esta potencia, que estoy segura de que sí, sino con otros plazos que provienen de otras lógicas impuestas por las subastas. Hay que cumplir unos plazos y ahí sí que tenemos dificultades porque no siempre los proyectos llegan perfectos.
"Si nuestra meta es una energía descarbonizada este tema no debe ser motivo de crispación"
-Ahora gran parte del debate lo está centrando esta cuestión. ¿Las renovables se está convirtiendo en una cuestión partidista de cara a las próximas elecciones?
-No lo sé, pero no me gustaría que fuera un motivo de crispación y de polémica porque no lo merece. Si nuestra meta es conseguir una energía descarbonizada y un territorio del que podamos gozar en el futuro no se merece que este tema sea motivo de crispación. Por mi parte no lo es.
-¿Cree que el Govern del Botànic es mucho menos verde o ecologista de lo que pretende aparentar?
-Creo que son distintas competencias. Todo el Consell no tiene responsabilidades en materia de ecologismo y paisaje. No creo que haya una mayor o menor sensibilidad ecologista. Yo sí que la tengo y creo que dependemos del planeta y estamos todos alineados con eso. De hecho, esta lucha para tratar de frenar el cambio climático demuestra que sí que hay una sensibilidad común en todos los grupos del Botànic. El que cada uno desde sus competencias lo canalice de un modo u otro eso puede ser distinto, pero los objetivos son los mismos.