VALÈNCIA. (EFE) La ciudad de València y otros 31 municipios de la Comunitat Valenciana han vivido la primera madrugada con el retomado toque de queda sin incidentes, en una noche tranquila y con algunos jóvenes, la mayoría estudiantes y Erasmus, que aseguraban no haberse enterado y seguían trasnochando.
La medida pedida el viernes por el Gobierno valenciano, que prevé el toque de queda entre la una de la madrugada y las seis de la mañana durante catorce días ante la nueva ola de contagios, quedó avalada este lunes al mediodía por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat y entró en vigor por la tarde con su publicación urgente en el Diari Oficial de la Generalitat.
Este toque de queda está circunscrito únicamente a 32 poblaciones de más de 5.000 habitantes de la Comunitat con elevada incidencia de casos.
Treinta de ellas están en la provincia de Valencia, entre ellas su capital y otras poblaciones de más de 30.000 habitantes como Gandia, Paterna, Mislata, Aldaia, Burjassot, Xirivella y Alaquàs. De Castellón solo está la población turística de Benicàssim, y de Alicante, el municipio de San Vicente del Raspeig.
Esa aplicación exprés de una medida tan drástica y que había estado vigente en toda la Comunitat Valenciana entre el 25 de octubre de 2020 y el pasado 8 de junio ha comenzado en una típica noche de lunes de julio en València, que había vivido una jornada asfixiante a casi 40 grados: casi vacía y solo con trabajadores nocturnos, taxis y grupos de jóvenes con ganas de estar en la calle.
Con una incidencia acumulada de covid a 14 días de 357,42 casos por 100.000 habitantes en la Comunitat, cuando hace un mes tenía la IA más baja de España con menos de 40 casos, la Generalitat llevaba anunciando en las últimas semanas que serían necesarias nuevas medidas para detener esta quinta ola de contagios -casi 3.000 en el registro de este lunes- y el lento y constante aumento de hospitalizaciones -379, 51 en la UCI-. La IA en la franja de 20 a 29 años es de 1.119,88 casos y en la de 12 a 19 años, de 834,80 casos.
Esta noche, en torno a la una de la madrugada, en la céntrica plaza del Ayuntamiento de València se congregaban jóvenes y extranjeros que seguían de fiesta y disfrutando de una noche casi tropical. Algunos de ellos eran del programa Erasmus y confesaban a EFE-TV que no se habían enterado de que entraba en vigor de nuevo el toque de queda; unos han optado por recogerse y otros, por aprovechar la ausencia de patrullas policiales.
Un joven señalaba que se había enterado de la medida restrictiva "por Instagram" y se iba "corriendo" a casa, y otro que acababa de salir de trabajar lamentaba haberse informado de ella "por Twitter", tras lo cual criticaba que no se haya hecho más difusión de la misma por otros canales informativos.
Otro grupo de jóvenes italianos confesaba que no se habían enterado de que había toque de queda, una medida que se completa con otras nuevas ante esta nueva ola, entre ellas el cierre del ocio nocturno y el adelanto en treinta minutos, a las 0.30 horas, del horario límite para bares y restaurantes.
Además, se prohíbe vender alcohol a partir de las 20 horas, hacer "botellón" es ya una falta grave con sanciones de entre 601 y 30.000 euros y se limita a 10 las personas que se pueden reunir en domicilios y espacios de uso privado y también en espacios de uso público, tanto cerrados como al aire libre, salvo que se trate de personas convivientes o que sean dos núcleos de convivencia.
Fuentes policiales y de la Delegación del Gobierno han señalado a EFE que a primera hora de esta mañana no hay constancia de incidencias destacadas en ninguna de las poblaciones donde ha comenzado de nuevo el toque de queda.
Previsiblemente habrá un mayor despliegue policial a partir de las próximas noches para hacer cumplir esa medida, cuando se registran más concentraciones de gente en zonas de ocio y en otras donde tradicionalmente se celebran botellones.