Bueno, bonito, barato

Escapadas low cost para afrontar la cuesta de Enero

Las Navidades te han desplumado. Cada año piensas, “estas fiestas me contendré y no gastaré tanto”, pero eres incapaz de cumplirlo 

| 10/01/2020 | 5 min, 25 seg

¿Cómo no comprar esa colonia que no necesitas? ¿Cómo no llevarte a casa al bogavante que te hace ojitos en la pescadería? “¿Y si compro cuatro roscones diferentes y así hacemos una cata?”. Las cenas y comidas, los regalos, Papá Noel y los Reyes Magos, te han dejado tieso para empezar el año. Pero claro, en esta casa somos disfrutones y aunque haya que ajustarse el cinturón, no queremos dejar de salir a comer o viajar.

Pues bien, hemos seleccionado dos escapadas en clave low cost para que puedas enfrentar la cuesta de enero con dignidad, sin dejar de disfrutar y sin tirar la casa por la ventana.

Tudela de Navarra, con las verduras por bandera

Apenas 4 horas en coche la separan de València. Y es que llegar a Tudela de Navarra es facilísimo. Es más, el invierno es una de las estaciones que mejor le sientan. ¿La razón? Es la época en la que empiezan a dar sus frutos las huertas tudelanas. ¿Cuántas veces te has comido en un restaurante alcachofas, puerros o espárragos de Tudela? Pues nos vamos a la nave nodriza de la que salen todas. El hecho de estar a orillas del Ebro, propicia que en esta zona los suelos sean perfectos para el cultivo de verduras, que aquí van de la huerta a la mesa. Tanto es así, que en el mes de abril celebran la 'Fiesta de la exaltación de la Verdura'.

La vida aquí gira alrededor de la verdura y su huerta y el invierno no iba a ser menos. De hecho, durante estas fechas celebran 'Inverdura', con menús especiales dedicados a las verduras de invierno, como el brócoli, cogollos, coliflor, cardo, pochas, borraja o alcachofas. Además, siempre habrás escuchado eso de que las alcachofas necesitan frío, para estar más prietas y conservar así su potente sabor. Pues aquí las hay a montones. En templos como Treintaitrés, donde tomarte unas pochas calentitas con bacalao y una de las estrellas de la casa, la patata duquesa a la importancia con borraja y quinoa crujiente, o en otros como Trinquete, donde cultivan su propia verdura y preparan fastuosos bocados como su cuajada de borraja horneadas en texturas o un menú de trufa del Moncayo que tendrán hasta marzo.

Otro a tener en cuenta es el hotel-restaurante Remigio, uno de lo más longevos de la ciudad, que abrió sus puertas en 1905, que cuenta con un menú exclusivo de verduras cada temporada. Eso sí, durante los meses de enero y febrero estará cerrado por remodelación. 

Y sí, hay montones de verduras. Pero Tudela es mucho más. Pasear por la ciudad y disfrutar de hitos como su antigua judería, visitar la Catedral o la Casa del Almirante, son imprescindibles. Además, aquí se dan de la mano historia y arte contemporáneo, con el arte urbano que artistas de todo el mundo, plasman en sus paredes cada dos años en el festival AvantGarde.

Y qué decir de otro de los alicientes de la zona, las Bardenas Reales de Navarra. Recordarás a Drogon y sus hermanos sobrevolándolas y a Khaleesi reuniéndose con su ejército Dothraki. Pero su interés va mucho más allá de lo cinematográfico o seriéfilo. Porque esta zona desértica, de más de 40.000 hectáreas, es algo único en el mundo con paisajes escarpados, naturaleza espectacular y formas sinuosas.

Y si te queda dinero de las estrenas, no te lo fundas en las rebajas. Date un capricho y reserva en Aire de Bardenas, un hotel boutique eco, dentro del mismo Parque Nacional, que propone el alojamiento en cubos o burbujas sin nada más alrededor que el exuberante paisaje de las Bardenas.

Córdoba, la niña bonita del Sur

La niña bonita andaluza está a no más de 5 horas de la València en coche. Y aquí la historia se cuenta en cada piedra de la ciudad. De sus exquisitos patios, a la Mezquita-Catedral, pasando por su judería de calles tortuosas o el Alcázar de los Reyes Cristianos. Todo en Córdoba es una maravilla digna de visitar.

Y aunque nos chiflaría ir a Noor, a comernos todo lo que Paco Morales tiene preparado para este año, sus dos estrellas y la cocina del siglo XIV en el reino nazarí, en este viaje -low cost- nos contenemos. Tenemos la compensación perfecta, porque apenas hace unos meses, el chef y Mariana Tapia, abrieron las puertas de Nanita Bar, su apuesta informal y disfrutona en la ciudad, con un ticket medio que no supera los 25-30 euros. Con un formato de taberna en el centro de Córdoba, cuenta con barra y comedor y una carta que comparten ambos espacios. No faltan las alusiones al recetario tradicional cordobés, con platos como el salmorejo, la mazamorra, el flamenquín, la croqueta de rabo de toro o un tartar de vaca vieja con yema de hueva curada y otras propuestas creativas con el sello Morales como un escabeche de maíz con gamba blanca y aguacate.

¿Y dormir? Bien en el Hospes Palacio del Bailío, una casa palacio asentada sobre una villa romana del I d.C., con patio de naranjos y un spa a la romana, con columnas y termas en el subsuelo o en el hotel boutique Madinat, en el corazón de la antigua Medina y con tan solo 11 habitaciones, cada una diferente y de esas de las que no apetece salir. ¿La joya de la corona? La suite Hamama, situada en el antiguo palomar de la casa, en lo más alto, con suelos hidráulicos, maderas del XIX y una alberca.

 Para finalizar, un consejito de experto: el invierno es más barato para viajar. Si no te importa el frío, los vuelos a las principales capitales europeas bajan de un 20% a un 30% en los meses de enero y febrero. Además, las aerolíneas y las cadenas hoteleras están de rebajas... Así que, ¡no hay excusa para no escaparse en invierno.

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