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pide que la plaza vista "su mejor vestido"

¡Escif habla!: el artista rompe su discreción para defender la peatonalización de la Reina eliminada 

3/08/2017 - 

VALÈNCIA. No es habitual que Escif salga a la palestra como lo hizo este miércoles. El valenciano es un artista que se ha destacado siempre por su discreción, hasta el punto que las imágenes sobre él son contadas. Es más conocido por sus obras que por sus actos, quizás como debiera ser. De ahí que el post que colgó en su blog haya sido tan llamativo. Un texto que además él mismo se encargó de difundir por correo electrónico a unos contados destinatarios. Hablaba y quería que se supiera lo que pensaba. El post, que lleva por título La reina desnudaes una reflexión entre lo poético y lo ético sobre la nueva polémica que ha surgido en la ciudad en torno a la peatonalización de la Plaza de la Reina, un proyecto largamente acariciado y que sin embargo se está envenenando y no llegará a tiempo para final de la legislatura.

El texto de Escif comienza con una reflexión sobre la plaza como si fuera una persona. "Hace algunos años, en Valencia, había una reina popular y poderosa, amable y campechana, que reinaba en toda la ciudad. Se ganó el respeto del pueblo y se convirtió en centro de grandes historias. El tiempo también pasa para las reinas y, con los años, su majestad envejeció y quedó obsoleta para satisfacer las necesidades un pueblo dinámico y en creciente desarrollo".

"El nuevo gobierno decidió convocar un nuevo concurso apoyado abiertamente en el antiguo proyecto ganador. Todo un despropósito"

Tras ello, el artista recuerda que "el Colegio de Arquitectos convocó un concurso internacional para decidir quién podría vestirla de nuevo, contando con el aval de un jurado compuesto por reconocidos arquitectos de la talla de Rafael Moneo". "El fallo del jurado", prosigue Escif, "otorgó el premio a un prestigioso y conocido equipo de arquitectos valencianos [el formado por Miguel del Rey, Íñigo Magro de Orbe y Antonio Gallud]. Según el jurado, ellos supieron entender mejor que nadie, las necesidades de la reina y las funciones que está debería desarrollar de cara a su pueblo".

"Corrían tiempos convexos y, la entonces alcaldesa de la ciudad [Rita Barberá], rechazó el regalo, sentenciando, contra la voluntad del Colegio, que dicho equipo no haría el proyecto. A su parecer la reina ya vestía un traje elegante, pero lo cierto es que estaba desnuda", dice Escif. Tras ello, hace referencia a la llegada del Govern de la Nau y la recuperación del proyecto. "(...) el nuevo gobierno decidió convocar un nuevo concurso apoyado abiertamente en el antiguo proyecto ganador. Todo un despropósito que abría la posibilidad de que el proyecto, ya desarrollado, fuese ejecutado por otros arquitectos distintos a los autores originales del mismo", apunta.

En el post Escif recuerda como "por segunda vez" el mismo equipo alcanzó la mayor puntuación confirmando su posición de ganadores del concurso. Un resultado que, como bien señala el artista, entraba dentro de la lógica. "No fue ninguna sorpresa, teniendo en cuenta que ellos mismos desarrollaron el proyecto original en el que se basaba la convocatoria".

Pero llegada la hora de la verdad, Escif hace alusión a los errores burocráticos y de calendario que se han traducido en el actual atolladero en el que se encuentra el alcalde Joan Ribó. "El Ayuntamiento se demoró, 6 meses más de lo establecido en las bases, en hacer efectivo el fallo del jurado". Un retraso que se ha traducido en que una de las empresas que avalaban económicamente al equipo ganador, entró en bancarrota. "Aunque esta empresa solo representaba 20% de los avales, a sabiendas de que el equipo ganador proponía soluciones alternativas y desestimando su propia responsabilidad en incumplir los plazos de las bases, el Ayuntamiento decidió eliminar a este equipo, regalando el proyecto a los segundos clasificados", explica el artista, en alusión al proyecto de José María Tomás.

"Era una cuestión de voluntad política que en este caso se decantó por la opción tibia de anteponer la burocracia a la arquitectura, de anteponer el miedo a los intereses del pueblo"

"Casualmente, un artículo en la prensa (afín a la oposición), aparecido unos días antes de la toma de esta decisión, presionaba con la posibilidad de que el Ayuntamiento pudiese haber manipulado las bases del concurso, para favorecer a los ganadores. Tal circunstancia no era cierta por imposible, ya que las bases no se pueden alterar una vez publicadas. Pero el Ayuntamiento que tenía la capacidad legal y política de sentenciar el proyecto a favor o en contra del veredicto final del concurso, optó por la solución menos comprometida. Era una cuestión de voluntad política que en este caso se decantó por la opción tibia de anteponer la burocracia a la arquitectura, de anteponer el miedo a los intereses del pueblo".

Y es así como nos encontramos en la situación actual, en la que "sorprendentemente" según Escif, pese a haber ganado dos veces el concurso, "el equipo mejor valorado, autor del proyecto original, se quedará otra vez a un lado". "Quizás la reina tenga pronto su vestido, pero qué pena, que miedos y presiones acorralen al gobierno impidiéndole ejercer lo que, a voces, sería de sentido común: permitir que la plaza de la reina vistiera su mejor vestido", concluye el artista.

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