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POLÍTICOS AL HABLA / OPINIÓN

Escucha tu corazón, pero piensa primero

26/02/2019 - 

¿Por qué cada vez que haces una búsqueda en Google te sugieren cosas más interesantes que las que buscabas? ¿Por qué siempre que abres tu cuenta de Facebook o de Instagram te aparece publicidad que siempre te apetece ver? ¿Por qué me llegan al WhatsApp, desde un número desconocido, mensajes con propaganda o publicidad?¿Qué pasa cuando, cada vez que abro una página web, me piden que acepte unas cookies?¿Estamos siendo vigilados?

Sí. Nos observan. Nos vigilan, nos siguen, nos procesan desde las grandes plataformas de búsqueda en internet, desde las redes sociales, desde los correos electrónicos. Saben lo que compras, lo que te gusta, en qué momento del día y durante cuánto tiempo vas a navegar. Conocen tus hábitos de navegación por la red. Saben incluso dónde estás. 

Muy probablemente todo esto a ti te dé igual. Es más, cómo nos va a preocupar si nos pasamos el día colgando fotos en Instagram o Facebook, escribiendo post llenos de sentimientos, de datos personales, incluso diciendo donde estamos y con quién. A mí que más me da, no tengo nada que esconder. ¿No?

Nuestras reacciones y sentimientos son impulsos que se producen en nuestros cerebros y responden a comportamientos bioquímicos. Reacciones y sentimientos que no responden a la casualidad sino a cálculos que se producen automáticamente en nuestras cabezas. ¿Pueden, entonces, a través de la tecnología procesarse esos comportamientos bioquímicos individuales y establecer tecnológicamente patrones de comportamiento en los seres humanos?¿Podemos predecir a través de éstos las probabilidades que tengo de decidir una cosa u otra?

Todos estos mecanismos son la evolución de las primigenias técnicas de espionaje. Ahora, con la revolución de la inteligencia artificial, todos estos mecanismos que estaban orientados a garantizar la seguridad han evolucionado y sus conocimientos se dirigen hacia el infinito espacio comercial. Silicon Valley es el patrón del uso comercial de la vigilancia.

Noam Chomsky comenta en su último libro que hace algunos años, los norteamericanos pusieron en funcionamiento un programa conocido como ECHELON, así como  posteriormente desarrollaron el programa PRISM. Unos programas que bajo la supervisión de la NSA -departamento del gobierno de los Estados Unidos encargado de la seguridad de la información- nacieron para garantizar la seguridad nacional e internacional y que acabaron denunciados por considerarse herramientas secretas que permiten a la NSA obtener historiales de búsqueda, correos electrónicos, chats y otros datos directamente de compañías como Google o Facebook. 

Pero ahora toda esta tecnología, que evolucionó de la seguridad al espacio comercial, también ha bajado al espacio de la política. Si pueden controlar nuestras emociones, si conocen nuestros datos, entonces pueden provocar cambios en nuestros sentimientos y por consiguiente en nuestra intención del voto. Así ha sucedido en el referéndum del Brexit donde, silenciosamente, se han despertado emociones y reacciones en miles de británicos consiguiendo influir en su intención final de voto. También sabemos que un tal Steve Bannon ha llegado directamente desde los despachos de la Casa Blanca para aupar a la ultraderecha europea a través de la manipulación de nuestras emociones por las redes. 

"Escucha los latidos de tu corazón", esta expresión la utilizamos para actuar respecto a un tema que nos generar dudas. Noah Hariri nos dice que debes saber que hoy los latidos de tu corazón también se pueden alterar, que se pueden manipular y dirigirse hacia lo que otros quieren que hagas. Ahora, más que nunca, deberíamos pensar antes de actuar. Deberíamos pensar si los latidos de nuestro corazón están siendo manipulados y ciberdirigidos.

Así que en estas elecciones generales y autonómicas debemos estar muy atentos a los ataques que vamos a sufrir desde las grandes plataformas que tienen procesados nuestros datos y nuestros comportamientos. En estas elecciones cuidado con los Bannon. Estemos atentos los próximos meses. Y recuerda, escucha tu corazón, pero antes de actuar piensa si alguien se ha atrevido a manipularlo. 

Nota: Sí son tan listos para utilizar el proceso de datos asimilados a nuestras reacciones cerebrales y a través de una serie de algoritmos manipular incluso nuestra intención de voto… ¿cómo es posible que las empresas que hacen encuestas cada día se alejen más de los resultados finales?

Alfred Boix es portavoz adjunto del PSPV en Les Corts

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