VALÈNCIA. (EP) La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha asegurado este lunes que España afronta la negociación de líderes de la UE de esta semana para un plan de recuperación post-Covid con "responsabilidad" y "sin miedo" al control de las ayudas, porque los Estados miembros ya están sujetos a la condicionalidad del semestre europeo.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE están citados el próximo viernes en Bruselas para negociar el presupuesto comunitario de los próximos siete años y definir también el fondo de recuperación para el que Bruselas pide 750.000 millones de euros (500.000 millones en transferencias y el resto en préstamos).
La última propuesta que el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha ofrecido a las capitales mantiene el tamaño y la proporción del fondo pero recorta los 1,1 billones del presupuesto comunitario, además de introducir un mayor control de las ayudas del plan con respecto al planteamiento original de la Comisión europea.
"Nosotros enfrentamos esta cuestión de la condicionalidad desde la responsabilidad y sin miedo porque nosotros lo hacemos regularmente, dentro del semestre europeo con el resto de nuestros socios comunitarios", ha indicado la ministra en una rueda de prensa en Bruselas.
Aunque no era asunto de la agenda del consejo de ministros de Exteriores de la UE que se ha celebrado este lunes presencialmente por primera vez desde el inicio de la pandemia, González Laya ha revelado que ha aprovechado esta cita para tratar con algunos de sus colegas la negociación de líderes prevista para el viernes y de la que la española confía en que salga ya un acuerdo.
Preguntada por si España ve con preocupación que en la negociación se incorporen nuevas condicionalidades, González Laya ha insistido en que no "asusta" el control de las ayudas, si bien ha remarcado que el Gobierno cree que debe realizarse a partir de procedimientos "ya rodados" en las instituciones comunitarias y no diseñar nuevos mecanismos.
Así, la ministra ha puesto en valor el semestre europeo, mecanismo con el que ya se supervisan las reformas y políticas económicas de los socios de la UE y permite que los Estados miembro "se someten a la verificación" de cómo cumplen los objetivos marcados.
Y en este contexto, y preguntada por si la condicionalidad del nuevo plan dejaría sin margen al Gobierno para la reforma laboral, González Laya ha expuesto que esta reforma es un compromiso del programa del Gobierno de Pedro Sánchez, presentado "con luz y taquígrafos", por lo que no puede ser una sorpresa para nadie.
Con todo, ha aclarado, cualquier cambio en este sentido dependerá de que sea el "buen momento para hacerlo" y que sea el resultado del diálogo entre los agentes económicos y sociales implicados.
Según el documento del ex primer ministro belga, los Estados miembros podrán aprobar o rechazar por mayoría cualificada los planes nacionales de reformas de cada país para acceder a las ayudas. Después, los fondos se irían desembolsando en varios tramos a medida que se vayan completando una serie de objetivos preestablecidos.
Estos debates a veintisete tendrían lugar a nivel de ministros, una novedad con respecto propuesta original de la Comisión Europea, que sólo preveía un papel técnico para los Estados miembros.
Además, la supervisión en este enfoque se basaba únicamente en comprobar que las reformas planteadas estuviesen alineadas con prioridades conjuntas como las transiciones verde y digital.