VALÈNCIA (EFE). Un grupo de siete Estados miembros de la UE, entre ellos España y Alemania, ha pedido por carta a la Comisión Europea que aparte cualquier referencia a la energía nuclear de la revisión de los objetivos de energías renovables.
"Contabilizar la energía baja en carbono (nuclear) en los objetivos de energías renovables reduciría más bien nuestros esfuerzos climáticos y ralentizaría la inversión en la tan necesaria capacidad renovable adicional", dice ese grupo de países en una carta enviada este jueves al vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, a la que ha accedido EFE.
La misiva, fechada este jueves, se envía en un momento de batalla política en muchos frentes legislativos entre una docena de países del norte y del este, con Francia a la cabeza, que defienden la energía nuclear como senda para la descarbonización; y otro con Alemania y España muy reacios a esa tecnología.
Esa contienda se ha reflejado en el tratamiento de la nuclear en los estándares financieros sostenibles (taxonomía) que asociaciones ecologistas han denunciado ante el Tribunal de Justicia de la UE o en una propuesta para reforzar la competitividad industrial presentada por el Ejecutivo comunitario este mismo jueves, donde se trata como tecnología crítica las pequeñas centrales modulares.
"En la próxima década, la nueva capacidad de energía renovable no sustituirá a otras formas de energía baja en carbono, sino que desplazará a la energía fósil" en la industria y el transporte, por lo que "refutamos (...) que un marco de la UE para el despliegue acelerado de fuentes de energía renovables impida a los Estados miembros definir su combinación energética", añaden.
La carta, que funciona como réplica a otra misiva enviada por Francia, Polonia y otros siete países a la Comisión el pasado febrero en sentido opuesto, se refiere, en concreto, a la producción de hidrógeno con electricidad de generación atómica, el llamado hidrógeno rosa, frente al llamado verde, con electricidad de origen renovable.
Consideran que hay otras piezas legislativas que reconocen "que las diferentes tecnologías para la descarbonización elegidas por los Estados miembros" contribuyen a la reducción de las emisiones, y subrayan que "La Directiva sobre energías renovables no impide ni prohíbe (...) utilizar otras fuentes de hidrógeno y combustibles bajos en carbono".
Pero entienden que la nuclear no tiene cabida en los objetivos de energía renovable en ninguna de sus formas.
"La producción de hidrógeno bajo en carbono no debería incentivarse a través de una directiva sobre la promoción de las energías renovables, especialmente contabilizándolos en los objetivos globales para 2030", escriben en la carta que, por parte española, firma la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera.
Nuestra sociedad demanda un alto consumo energético y hasta el momento la manera más eficiente que hemos encontrado de satisfacerla es mediante la quema de combustibles fósiles, lo que está produciendo un cambio climático en el planeta que podría afectar de manera muy seria a nuestra civilización