VALÈNCIA. “Es que se lo ponemos en bandeja de plata. Nuestra opción es incluso más barata”. En el Ayuntamiento de València esperan que se impongan “el sentido común y la lógica” y que, como mínimo, el ministerio de Fomento estudie el documento donde se recoge la propuesta alternativa de ampliación de la V-21 que el gobierno de Joan Ribó ha remitido este miércoles al departamento de Íñigo de la Serna.
El documento le ha sido enviado después de que el ministerio decidiera aplazar la reunión con el consistorio prevista para el mes pasado. El 3 de noviembre debería haberse celebrado un encuentro entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento y el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez Pomar, que finalmente no se produjo al ser aplazado por el propio ministerio. Desde entonces, el Ayuntamiento de València ha emplazado en varias ocasiones al ministerio a un encuentro urgente para abordar las posibles alternativas a la ampliación de la V-21 en su entrada a València. Una urgencia que el Gobierno de Mariano Rajoy no parece compartir.
La única respuesta a la propuesta valenciana por parte de De la Serna ha sido que la ampliación está cerrada. En román paladino: o se hacen las cosas como Madrid quiere o no se hacen. Ante la obstinación ministerial, poco menos que un chantaje en palabras del Ayuntamiento, con amenazas veladas por parte del delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, de que si no se claudica ante Madrid y se hace las cosas como ellos dicen no habrá ampliación, el Govern de la Nau sigue apostando por el diálogo.
¿En qué consiste su alternativa? Desde el Ayuntamiento la sintetizan en que el proyecto previsto por el ministerio de Fomento se asentaría sobre más de 80.000 metros cuadrados de suelo rural, el 85% de los cuales es huerta protegida. Con las modificaciones que se proponen desde València, “lógicas y viables” en palabras del alcalde Joan Ribó, se reduciría un 53% de afección a la huerta protegida, manteniendo todavía algunos caminos de servicio que, en caso de no considerarse necesarios, reducirían esta afección hasta un 62% respecto a la propuesta actual del ministerio. El alcalde de València espera que “el ministerio atienda esta propuesta que permita a la ciudad contar con las infraestructuras necesarias sin arrasar el patrimonio paisajístico, cultural y económico que es la huerta de València”.
La principal modificación se basa en la reserva del dominio público, que se reduce de los ocho metros de amplitud originarios a dos metros, a contar a partir del terraplén o de la línea exterior de la carretera. Además, a los dos metros de reserva se añaden cinco metros sólo allá donde es necesaria la construcción de una vía de servicio para la accesibilidad de vecinos y usuarios, tal como marca la legislación estatal. Por otro lado, el Ayuntamiento plantea en su propuesta que se revierta a terrenos de huerta aquellos tramos que durante la obra se hayan ocupado para el paso de maquinaria.
El suelo total afectado en la propuesta de Fomento es de 80.807 metros cuadrados, que prácticamente en su totalidad (99’97%) son suelo rural no urbanizado. El 85’68% de ese suelo corresponde a huerta protegida (68.621 metros cuadrados). Las afecciones de huerta, con la propuesta del ministerio en la mano, se producen, además de por la ampliación de la autovía, por la reserva de dominio público que se hace para futuras ampliaciones y por la construcción de vías de servicio laterales; dos razones, estas últimas, que el Ayuntamiento propone reducir para proteger al máximo posible los terrenos de huerta. Así, la proposición del consistorio recuperaría hasta 36.541 metros cuadrados de huerta frente a una afección que se reduciría a 32.079 metros cuadrados, destinándose a vías 5.930 metros.
No sólo eso. Como haría Tom Cruise en Jerry Maguire, Ribó podría responderle a De la Serna si éste le pidiera: ‘Show Me The Money’. Porque la nueva alternativa supone también una reducción en el gasto económico respecto al proyecto original de Fomento y no resultaría necesario volver al inicio del proceso administrativo, ni incrementar los plazos previstos, puesto que con un modificado del proyecto sería suficiente, según el Ayuntamiento. “El modificado es una opción para llevar adelante cambios en los proyectos de obra pública sin alterar excesivamente los plazos que prevé la legislación para casos como éste”, dicen.
Cansados de esperar, desde el Ayuntamiento han decidido trasladar su alternativa, además de recordar que tanto ellos como la Generalitat rechazan el trazado que plantea el ministerio respecto al denominado Acceso Norte al Puerto de València. Este acceso ha sido considerado inasumible tanto por el actual Consell como por el anterior. Ante la indiferencia del Gobierno central, el Ayuntamiento sigue planteando un debate. Ahora le toca a De la Serna recoger el guante.