Semana clave a ambas orillas del Atlántico con las reuniones de la Reserva Federal estadounidense (miércoles) y el Banco Central Europeo (jueves)
MADRID. El pasado jueves vimos como el dato preliminar del PIB norteamericano creció a una tasa anualizada del 1,1% en el primer trimestre de 2023 frente al 2,6% del último trimestre del pasado año, según informó de la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos (BEA). Dicho dato fue peor que la expectativa del mercado de un incremento del 2%. Dentro de los detalles del informe vimos cómo el índice de precios del PIB -el deflactor- subió al 4% en el mismo período desde el 3,9%, en comparación con la expectativa del mercado del 3,8%. Y, por si fuera poco, sobre una base trimestral los Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE) se elevaron hasta el 4,2% desde el 3,7%.
Desde la BEA afirmaron que "el aumento del PIB real reflejó incrementos en el gasto de consumo, exportaciones, gasto del gobierno federal, gasto de los gobiernos estatales y locales e inversión fija no residencial que fueron compensados en parte por disminuciones en la inversión privada en inventarios y la inversión fija residencial"; mientras que "las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, aumentaron".
Este repunte más fuerte de lo esperado en el deflactor del PIB podría permitir a la Reserva Federal norteamericana (FED) retrasar un cambio de política y adelantar el pivote; al menos en los últimos días ayudó al dólar estadounidense a fortalecerse antes del próximo 3 de mayo, cuando el banco central presidido por Jerome Powell anunciará su decisión sobre los tipos de interés. Además, la contribución negativa de 2,26% de la variación de los inventarios privados -otro dato macroeconómico clave- da la sensación de que el dato del PIB parezca peor de lo que realmente es, ya que los inventarios tienden a fluctuar.
Los mercados mantienen descontada una probabilidad entre el 80%-90% de un aumento de tipos de 25 puntos básicos en la reunión de la FED... y con una pausa tras dicha reunión. Asimismo, también se conoció el informe semanal del Departamento de Trabajo, que mostró que las solicitudes iniciales de beneficios estatales por desempleo disminuyeron en 16.000 hasta los 230.000 ajustados estacionalmente para la semana que finalizó el 22 de abril. Todo ello cuando los economistas esperaban 248.000 solicitudes en la última semana. Por supuesto, el informe sugirió un mercado laboral aún ajustado y también apoyó las expectativas de aumento de tipos de la próxima semana.
A este lado del charco, el dato preliminar del PIB de Alemania resultó ser una decepción, ya que la economía alemana no creció ni se contrajo entre enero y marzo del ejercicio en curso (0%) frente a un crecimiento de dos décimas de lo que esperaba el mercado. En Francia se cumplieron las expectativas (0,2%); mientras que en España e Italia superaron las previsiones: en nuestro caso con un 0,5% frente al 0,3% y en los transalpinos con también con el 0,5% por encima del 0,2%.
Todo ello deja la posibilidad de que la fortaleza de los consumidores europeos sea contrarrestada con una subida -quizá la última- de 50 puntos básicos por parte del Banco Central Europeo (BCE), que se reúne al día siguiente de su homólogo estadounidense: el jueves 4 de mayo.
Darío Garcia es analista de XTB