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IBV inicia una herramienta de autodiagnóstico para reducir problemas de ergonomía de género 

¿Están los puestos de trabajo diseñados con perspectiva de género?

10/09/2021 - 

VALÈNCIA. Un tercio de las bajas laborales está causado por problemas relacionados con la falta de ergonomía en el puesto de trabajo. «La ergonomía es un factor clave en la prevención de riesgos. Y su objetivo es adaptar productos, tareas, entornos y herramientas a las necesidades y capacidades de las personas. La adecuación ergonómica mejora, la eficiencia, seguridad y bienestar de la plantilla, contribuyendo a elevar la productividad, a aumentar la comodidad, disminuir la fatiga y la posible aparición de lesiones y enfermedades», explica Rakel Poveda, investigadora del Instituto de Biomecánica (IBV) y directora del proyecto Género.

Y en muchos casos, esas bajas vienen provocadas por la falta de una perspectiva de género en la ergonomía del puesto de trabajo. «Muchos de los puestos de trabajo no están preparados para la variabilidad de la plantilla. Queda mucho por hacer desde la ergonomía para conseguir incorporar las diferencias de las personas en el diseño de los puestos de trabajo, entre ellas las diferencias fisiológicas. La falta de esta adecuación ergonómica incrementa, por ejemplo, las lesiones o dolencias relacionadas con tareas con alta demanda física, reduce la eficiencia y la productividad. Además, es imprescindible garantizar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, y esto no es posible cuando un puesto de trabajo no se adecua a las características fisiológicas de la persona trabajadora». 

Según un diagnóstico realizado por el Instituto de Biomecánica (IBV), de las más de 80 empresas que han cumplimentado la encuesta, solo el 36% indican que se consideran aspectos relativos al sexo en el diseño ergonómico de los puestos de trabajo. «La adecuación ergonómica, en muchos casos está basada en las características de ‘hombre medio’. Esto comporta que en numerosos trabajos las necesidades y características propias de las mujeres no estén considerados de forma adecuada. No tener la oportunidad de desarrollar una tarea en un puesto de trabajo por falta de adecuación ergonómica con enfoque de género, deriva en una discriminación en el ámbito laboral», señala Poveda.

Por ejemplo, la mayor parte de los equipos de protección individual están diseñados pensados en un perfil tipo de hombre, sin considerar las diferencias fisiológicas ni preferencias entre las diferentes personas, lo que puede provocar que una mujer no pueda ocupar un puesto, por no disponer de elementos de protección adecuados a sus características antropométricas. Además, puede suponer pérdidas de productividad o fallos en el proceso de producción, aparte de riesgos para la seguridad y salud tanto física como psicosocial.  

También las líneas de producción, donde hasta hace relativamente poco tiempo, la mayoría de los puestos estaban ocupados por hombres, existe una necesidad importante de adaptación: límites altos para manipulación de cargas, falta de herramientas diseñadas para la variedad de perfiles, profundidades de trabajo, huecos de acceso, fuerzas requeridas… todo ello no tienen en consideración las diferencias existentes entre hombres y mujeres. A ello se suma la dificultad, en algunos casos, de la adaptación de ciertos puestos o tareas al periodo del embarazo o de lactancia.

Proyecto Género, en busca de soluciones

Para buscar soluciones a los problemas referentes a la ergonomía desde la perspectiva de género, el IBV ha puesto en marcha el proyecto Género, financiado por IVACE y los fondos FEDER. «Este proyecto entra dentro del objetivo de conseguir avanzar en la generación de conocimiento que permita a las empresas disponer de elementos que aseguren una mejor adecuación de los entornos laborales en función de las características reales de la plantilla». 

Cabe destacar que la investigación desarrollada por el IBV en el proyecto Género está alineada con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 (Salud y Bienestar) y 5 (Igualdad de género) que forman parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 

El proyecto Género se ha dividido en dos anualidades. A lo largo de la primera anualidad, las principales actividades que se han realizado para alcanzar los objetivos han incluido: análisis sistemático de las fuentes secundarias, estudio de las demandas y necesidades actuales y desarrollar un diagnóstico que permite detectar los desajustes en los puestos de trabajo por la falta de criterios ergonómicos con enfoque de género. 

Para ello se ha contado con la colaboración de empresas y organismos de la Comunitat Valenciana. Importaco, Logifruit, Grupo UBE, GESMED, Embutidos Martínez, Unimat Prevención, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), los ayuntamientos de Alcoy, Algemesí, Segorbe y Villena, la Mancomunidad Bajo Segura, la OTP-Oficina Técnica de Prevención, S.L.; Asociación de Ergonomía de la Comunidad Valenciana (ErgoCV); Centro Especial de Empleo de Montajes Electrónicos (CEEME); y la Fundación Valencia Activa del Pacto para el Empleo de la ciudad de València (Fundación Valencia Activa) han participado en los talleres que se han realizado para conocer su situación respecto a la incorporación de la perspectiva de género en la adecuación ergonómica de entornos laborales. «Las empresas cooperantes en el proyecto ya han puesto en marcha acciones de rediseño y mejora de los puestos de trabajo en base al diagnóstico y al análisis de puestos tipo realizado en profundidad con ellas», asegura la directora del proyecto Género. 

Y es que, tal y como apuntan tanto desde Importaco, Logifruit y Embutidos Martínez «el equipo humano es lo que distingue la calidad de una compañía y su bienestar y seguridad es fundamental. Por eso es clave adaptar y adecuar las necesidades ergonómicas según las necesidades de las personas para conseguir eficiencia y evitar lesiones musculoesqueléticas». 

Herramienta de autodiagnóstico 'online'

Además, más de 80 empresas, nacionales y de la Comunitat Valenciana, han participado en una encuesta con el mismo objetivo: conocer las necesidades que tienen en la incorporación de la perspectiva de género en la adecuación ergonómica de entornos laborales. El análisis de esta información ha dado como resultado una herramienta de autodiagnóstico online para que las empresas puedan hacer su propio diagnóstico básico.

A través de esa herramienta de autodiagnóstico online, las empresas pueden realizar una valoración básica de su adecuación ergonómica con perspectiva de género. Para ello, tienen que cumplimentar un formulario diagnóstico donde se preguntan aspectos como si la compañía dispone de planes de igualdad o si se tiene en cuenta si los trabajadores son hombres o mujeres en la evaluación de los riesgos ergonómicos de los puestos de trabajo. Asimismo, se diagnostican los puestos por cada tarea donde se valoran aspectos como la manipulación manual de cargas, la realización de fuerza, la adopción de posturas inadecuadas, o el uso de EPIs o indumentaria. También se valora el uso de máquinas o herramientas, factores hormonales, embarazo y lactancia, así como la conciliación. Por último, también se han incorporado preguntas sobre la adecuación de los entornos laborales a la situación derivada de la covid-19. 

En este sentido, se hace especial hincapié en cómo se está implantando el teletrabajo. Si bien la pandemia ha impulsado su presencia y cada vez son más los trabajadores que prefieren esa opción eso no significa que haya que olvidar los riesgos laborales, físicos y psicosociales. «El teletrabajo presenta muchas ventajas, sobre todo combinado con trabajo presencial, pero debe implementarse de forma que no conlleve riesgos para la salud laboral. Por ejemplo, se deben cumplir las mismas condiciones ergonómicas que en el trabajo presencial, si se quieren evitar trastornos musculoesqueléticos». Por ello, durante el confinamiento, el IBV desarrolló unas pautas y recomendaciones para adecuar lo máximo posible el puesto de trabajo en casa, dentro del marco del proyecto IA_USERINSIGHTS. Estas recomendaciones fueron el primer paso para que en la actualidad se esté desarrollando una herramienta que incluirá el análisis de elementos y aspectos comunes con el trabajo de oficina (basados en normativa y estudios) y aquellos específicos del teletrabajo. 

Además, es necesario prevenir los riesgos psicosociales «derivados de la desregulación horaria, las jornadas prolongadas, la falta de descanso, la falta de desconexión y en general el conflicto trabajo-vida, incrementado por la cargas domésticas y familiares que se presentan con mayor frecuencia entre mujeres que se encuentran teletrabajando», explica Rakel Poveda. De hecho, el teletrabajo mal implementado puede incluso reforzar la división sexual del trabajo doméstico y de cuidado de otras personas. «Puede llevar a que se entienda por resuelto cualquier problema de conciliación, sin buscar medidas para lograr la corresponsabilidad en tareas domésticas y cuidado, dejando que sean las propias personas trabajadoras quienes tengan que resolver estos problemas».

Tras realizar la lista de comprobación, la herramienta online genera un informe individual que proporciona un diagnóstico rápido y sencillo, en el que se evalúan las acciones que la empresa hace bien o debe mejorar sobre la incorporación de criterios ergonómicos con enfoque de género. «Desde el inicio del proyecto unas 30 empresas se han interesado, haciendo consultas directas sobre el mismo. El contador de uso de la herramienta nos indica que se ha utilizado desde que se puso en marcha hasta junio de este año 385 veces, teniendo en cuenta que una misma empresa ha podido utilizarlo en varias ocasiones». 

En la segunda anualidad, está previsto que se desarrolle una guía de recomendaciones para la adecuación ergonómica de entornos laborales con perspectiva de género. «La guía además contará con un capítulo de aspectos transversales como la formación o las necesidades resultado de la pandemia por coronavirus, ejemplos de buenas prácticas desarrollados por las entidades colaboradoras y un capítulo introductorio desarrollado por expertas en igualdad de género del departamento de Sociología de la Universidad de Valencia, que colaboran en el proyecto, donde se reflejará la importancia de la convergencia entre la ergonomía y el género».

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