HANUKKAH EN KUKLA

Esto es Janucá

Volvemos a decir “Shavua Tov a todo el Kahal”. Hasta el 26 de diciembre,  se celebra  la fiesta por excelencia del judaísmo.  No todo va a ser el ‘putxero’ de Nadal.

| 23/12/2022 | 2 min, 51 seg

Hace dos años, la Comunidad Israelita de València, con Isaac Sananes al frente como presidente, nos invitó a la Fiesta de las Luminarias. Cantamos, bailamos —o lo intentamos— alrededor de una mesa con una jamsa de bizcocho, también conocida como Mano de Fátima, el elemento iconográfico que también se emplea en otras religiones monoteístas, tortas de anís, latkes —una tortas, como buñuelos achatados, de patata— y otras frituras. Para el judaísmo, el aceite es un elemento central de la Janucá que representa el milagro de la menorá, el candelabro o lámpara de aceite de siete brazos más un piloto (shamash) que estuvo encendida durante ocho días consecutivos, purificando así el Templo de Jerusalem que había sido profanado por los seléucidas, es decir, los componentes del imperio helenístico, el estado sucesor del Imperio de Alejandro Magno.

En la fiesta de las Luces 2022, ha sido el equipo de Kukla quien nos ha dado de cenar. Ayelet y Ronen, una de las nuevas entradas del Anuario de la Guía Hedonista, han creado un menú especial para celebrar el milagro. «Según la historia, el milagro ocurrió y describe cómo se encontró un recipiente con aceite puro, cuya cantidad se suponía que era suficiente para encender la luz solo durante un día, pero en realidad fue suficiente para encender la menorá, ¡durante ocho días!», cuentan. 


Además de algunos clásicos del restaurante (ensalada fatush, hummus con setas y tradicional y el verdísimo y singular falafel), en el menú especial hay platos como el baba ganush, un untable a base de berenjena asada mezclada con tahini, zumo de limón, ajo, aceite de oliva y otros condimentos o las bolas de labneh con zaatar. El labneh es un aromático yogur colado que recuerda al requesón y que, junto a la mezcla de especias del zaatar, es un entrante de sabor potente. 

Aráis (pan de pita tostada rellena de lentejas y setas con salsa de rúcula), memelaim (pimiento rojo relleno con mascarpone y queso ricotta), borekas (pasta filo con espinacas y quesos) o la salsa de tahini verde son otros de los platos del menú de la temporada.  


«Celebramos la fiesta con familia y amigos. Son ocho días, por lo que es posible celebrar con alguien diferente cada vez. Para simbolizar  el milagro de Janucá, encendemos una vela todos los días.  El primer día, la janukia tiene una vela y cada día se le agrega otra vela hasta que el último día hay ocho velas.  Es costumbre comer cosas fritas en aceite, como ceftas de patatas  y sufgania, una preparación similar a los churros de fallas, que se rellenan de mermelada de fresa».

La intención de las frituras es recordar el milagro del aceite, la salvación de pueblo judío. Aceite, azúcar y sabor como eje culinario de la festividad. Para los postres, Ayelet y Ronen han apostado por el knafe y el helado de halva con salsa de chocolate. 

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