Empezamos el año 2024 con mucha fuerza y muchas ganas de trabajar por nuestra ciudad. Además, esta semana va a ser especialmente intensa: Valencia va a convertirse en el epicentro de la sostenibilidad a escala internacional. Todos los ojos van a estar puestos en la ceremonia inaugural de la Capitalidad Verde Europea, un reconocimiento que nuestra ciudad ha conseguido gracias a décadas de esfuerzo colectivo.
Dos días de eventos en los que nos van a acompañar representantes políticos, institucionales y sociales de otros países de Europa. Los medios de comunicación internacionales van a situar a Valencia en el mapa global de las grandes ciudades referentes en la transición verde y digital impulsada por la Unión Europea.
En este marco, la Comisión Europea ha elegido nuestra ciudad para que sea la encargada de entregar las distinciones a las diez ciudades europeas con la etiqueta de “Ciudad Misión”, diez municipios entre los que se encuentra Valencia. Un galardón que va mucho más allá de un mero reconocimiento al trabajo bien hecho. Se trata de un instrumento que nos va a permitir acceder con una posición de ventaja a beneficios y ayudas europeas y a obtener financiación del Banco Europeo de Inversiones.
Además, nos ayudará a atraer inversiones privadas en materia de sostenibilidad y digitalización. Porque más allá de la importancia del reconocimiento internacional, es fundamental que éste se transforme en resultados palpables por los ciudadanos, en acciones útiles y medibles que tengan un impacto real en nuestros barrios y mejoren la calidad de vida de los valencianos.
Para quienes nos apasiona recorrer mundo, que Valencia haya conseguido entrar en el selecto club de las ciudades europeas que han logrado ser Capital Verde Europea, es no sólo un orgullo sino un sueño cumplido. Estocolmo (Suecia), Hamburgo (Alemania), Vitoria (España), Nantes (Francia), Copenhague (Dinamarca), Bristol (Reino Unido), Liubliana (Eslovenia), Essen (Alemania) Nijmegen (Países Bajos), Oslo (Noruega), Lisboa (Portugal) Lahti (Finlandia), Grenoble (Francia) y Tallin (Estonia) son las únicas 14 ciudades que han merecido este reconocimiento. Un exclusivo grupo al que ahora se suma la ciudad de Valencia, una ciudad que puede mirar sin complejos a esos vecinos que siempre nos han parecido más avanzados, especialmente en ámbitos como la sostenibilidad.
Nuestro carácter mediterráneo a veces nos impide sacar pecho por nuestros logros, pero tenemos que dejar a un lado parte de nuestra humildad y sentirnos orgullosos de nuestros méritos. Somos la primera ciudad mediterránea y la segunda española que consigue este galardón. Dos circunstancias que, precisamente, no nos lo han puesto fácil. Primero, por las especiales dificultades a las que se enfrentan las ciudades mediterráneas frente al cambio climático, y segundo, porque España hasta ahora no ha sido capaz de posicionarse en este sector.
Como dice nuestra alcaldesa María José Catalá, “esto no son trofeos de vitrina para el postureo, son una palanca de cambio real”. Y en eso estamos todo el equipo, completamente comprometido para que estos hitos sean el punto de inflexión para transformar nuestra ciudad. Eso sí, “sin radicalismos” y sin ser excluyentes, porque nosotros queremos trabajar con consenso, para todos, con el foco puesto en el interés general.
Y, una vez más, la oposición no está a la altura. No sólo no son capaces de sumar, sino que restan y obstaculizan. Aún no han asumido su derrota electoral, se sienten cómodos instalados en el enredo, en el ruido, en querer dividir, y confían en que a fuerza de repetir mil veces una mentira, se convertirá en una verdad.
Pero afortunadamente, la ciudadanía no se deja convencer tan fácilmente. Ojiplática me tiene que ahora, para la izquierda de esta ciudad, usar el transporte público para ir al centro sea algo negativo en lugar de positivo. Siempre habían defendido, igual que nosotros, que el centro de la ciudad debía ser para peatones, bicicletas y transporte público y ahora cambian radicalmente de postura. Desde que la alcaldesa decidió impulsar el transporte público en el centro de Valencia con nuevas líneas y mayor frecuencia, se han lanzado a decir que ésta es la peor de las medidas. Les recuerdo que otras ciudades europeas que han sido elegidas Capital Verde Europea también permiten el acceso del transporte público al centro de sus ciudades como, por ejemplo, Oslo y Lisboa.
Aun así, ellos han decidido poner en marcha su guerra particular. Han puesto a sus soldados a trabajar y las redes sociales se han llenado de trolls y bots que, con los argumentos más peregrinos, intentan construir su realidad paralela. No van a convencer a nadie. Ni la sostenibilidad ni la transición verde han sido nunca patrimonio de la izquierda. Nosotros no somos partidarios de polarizar, ni de hacer tanto ruido, pero sí de trabajar y de conseguir resultados. Y se van a ver.
Este año 2024 va a ser el año de Valencia, el año de la Capital Verde Europea de altos vuelos. El año en el que Valencia va a empezar a recuperar su esencia y a ocupar el lugar que merece en España y en Europa.