El director del equipo de Inversión Flexible Global de Vontobel AM ofrece su visión sobre el Brexit, los posibles escenarios que todavía están vivos y sus efectos sobre los mercados
MADRID. Durante los últimos tres años, la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido uno de los factores que más ha afectado a los mercados, sobre todo en Europa. Más allá de los miedos iniciales a una desintegración del bloque económico y político, el principal temor de los inversores es la posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin acuerdo, sobre todo por los negativos efectos que podría tener sobre la economía.
En nuestra opinión, en estos momentos y a corto plazo, el desencadenante más probable de una recesión en la Unión Europea sería una salida desordenada. Esta opción, que parecía remota ha aumentado en el último mes. El punto muerto en el parlamento del Reino Unido y la fecha límite del 12 de abril no dan mucho margen de maniobra al gobierno británico.
Creemos que a pesar de estar bordeando el límite de tiempo, todavía pensamos que sigue viva la posibilidad de alcanzar un Brexit con un acuerdo, pero será una decisión del Parlamento británico de última hora, bajo una enorme presión del público y posiblemente acompañada por la tensión de los mercados financieros.
En estos momentos, los escenarios posibles son que se apruebe el acuerdo de Theresa May, que se celebre un nuevo referéndum, una revocación del Artículo 50, un Brexit sin acuerdo o que todo desemboque en unas nuevas elecciones. En este entorno, la principal dificultad a la que se enfrentan los mercados es que resulta imposible asignar una probabilidad justa a estos escenarios, ya que no se puede confiar en una línea de tiempo para los acontecimientos, y cada uno de ellos implicaría un resultado muy diferente para los mercados financieros.
Un Brexit sin acuerdo crearía mucha volatilidad en los mercados financieros, sobre todo porque los acontecimientos se desarrollarían de forma descontrolada. El impacto directo sería un posible shock sobre la libra esterlina, así como un periodo de estrés en el FTSE. El euro y los mercados europeos también sufrirían directamente. El impacto a largo plazo es difícil de predecir, pero asistir a un recorte de tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra en un intento por suavizar el efecto sobre la economía.
En este contexto, la economía británica probablemente entraría en recesión automáticamente. La gravedad de la situación dependería en gran medida de la diferente aplicación de los aranceles. Algunos economistas piensan que podría reducir entre el 1,5% y el 2% del PIB británico en los primeros 12 meses después de no haber llegado a ningún acuerdo. Para la Unión Europea, el impacto sería negativo (0,5 a 0,7% del PIB), pero los europeos tienen más margen fiscal para amortiguar los efectos de la caída del Reino Unido.
La libra esterlina, el crédito británico y los mercados de renta variable sufrirán más y probablemente durante un período prolongado de tiempo después de un Brexit sin acuerdo. Debido al impacto económico, los activos de la Eurozona también tendrán un rendimiento inferior al del resto del mundo, pero no tanto como en el Reino Unido.
No se puede excluir un desencadenante sistémico de un Brexit sin acuerdo a todo el universo financiero. Si el Reino Unido e incluso la Unión Europea derivan hacia la recesión, entonces el impacto sobre el crecimiento mundial obligará a los mercados de crédito y los mercados de valores a reevaluar el riesgo de una recesión en otras regiones. Los únicos activos seguros serían el dólar, las divisas seguras (CHF y JPY) y los bonos gubernamentales de los mercados desarrollados, con pocas excepciones.
Por el contrario, un nuevo referéndum sería una noticia positiva para los mercados. Le daría la oportunidad al público británico de aceptar este acuerdo de transición o de cancelar el Brexit por completo. Este es uno de los escenarios posibles que el mercado está considerando como uno de los más probables.
Ludovic Colin es Head of Global Flexible Bonds de Vontobel AM