Diez mil personas inundaron las calles de la localidad de Fontanars dels Alforins para disfrutar de la 11ª edición de la Mostra de Terres dels Alforins y constatar la buena salud de los vinos hechos en este triángulo mágico.
VALÈNCIA.Una carretera estrecha lleva hasta Fontanars dels Alforins, localidad que, junto a Moixent y La Font de la Figuera, forma Terres dels Alforins, un lugar único en la provincia de Valencia al que, popularmente, se le conoce como la Toscana Valenciana. Un paraje que viticultores y productores han trabajado desde tiempos inmemorables, logrando que hoy sus vinos se sitúen en la excelencia, pero al que también, desde hace diez años, personas de todos los rincones de la Comunitat Valenciana vienen para disfrutar de la Mostra de Vins de Terres dels Alforins, organizada por la Asociació de Viticultors i Productors Terres dels Alforins.
Una Mostra que, el sábado 4 de mayo, celebró su 11ª edición en la localidad de Fontanars dels Alforins —cada año se celebra en un lugar distinto—. Ni rastro de la tranquilidad habitual del municipio, sus calles estaban repletas de personas disfrutando de los vinos elaborados en la zona y brindado por la vida y la amistad. Un mar de gente —diez mil asistentes según datos de la organización— donde las casetas de las bodegas eran pequeños oasis en los que descubrir nuevos vinos y resguardarse del calor. También para mantener conversaciones con quienes están detrás de esas etiquetas y conocer mejor la historia que encierra cada referencia. “Nos encantan los vinos de esta zona, pero es verdad que aquí, en la Mostra, tenemos la opción de degustar referencias de bodegas que no conocíamos”, comenta un joven de València.
Una cita especial también para las bodegas, que ofrecen sus mejores vinos y las novedades de la presente campaña. Así, en esta undécima edición estuvieron presentes de la población anfitriona, Fontars dels Alforins: Casa Los Frailes, Rafael Cambra, Los Pinos, Clos de Lôm, Daniel Belda, Bodegas Enguera, Vinya Alforí y El Poblet, que por primera vez participa en el evento. De Moixent participaron El Celler del Roure, Sant Pere, Pago Casa Gran, Clos Cor Ví y Dominios de MGP, mientras que de La Font de la Figuera lo hicieron La Viña, Arráez y La Comarcal. Todas ellas han puesto por delante el bien común sobre el individual para unirse y, con esa unión, han logrado no solo idear esta Mostra sino hacer un frente común para reivindicar esta zona. “Nada puede funcionar si no hay unidad. El secreto es ser diferentes pero creer en esa unión porque la fuerza del equipo reside precisamente en las diferencias de cada uno”, comenta Manuel Portillo de bodegas Dominios de MGP.
Esa unión de la que habla Manuel Portillo se fraguó hace ya once años. En este tiempo la Mostra ha ido cada vez a más, tanto en participantes como en visitantes. “Es sin duda la mejor edición de todas”, comenta Pablo Calatayud (Celler del Roure). Un éxito que se debe al esfuerzo de la Associació de Viticultors i Productors de Terres dels Alforins, que lleva años escribiendo y narrando la historia de este triángulo mágico. “Ya hemos pasado horas de vuelo y hoy la feria es conocida por los amantes del vino, es como una masa de aceite que se ha ido esparciendo”, comenta Miguel Velázquez (Casa los Frailes). Está en lo cierto, porque algunos de los asistentes han venido por primera vez recomendados: “Es la primera vez que vengo, y me parece una cita fantástica”, comenta una joven de Ontinyent.
Otros son asiduos al certamen. Es el caso de un grupo de amigos de Moixent, que sentados en la zona de sombra de la calle conversan amigablemente alrededor de copas de vino de tinto y blanco. “Es una oportunidad única tener a todas las bodegas de la zona en un mismo lugar y en un día concreto”, comenta uno de ellos. Su amiga, Eva, le interrumpe para exponer que “la feria es un rotundo éxito, pero hay que organizarla mejor para no estar horas haciendo cola para coger un ticket o catar un vino”. Una realidad que coinciden todos en afirmar a que se debe por “el rotundo éxito de la feria, que cada año va a más: “es increíble cómo cada año viene más gente”. Y no les importa porque animan a ir a Moixent el próximo año: “Es una oportunidad de que la gente conozca los vinos, pero también este paraje y sus pueblos”.
La Mostra también contó con un momento emotivo, la entrega de los los reconocimientos a tres personas de Fontanars que, en su trayectoria, han trabajado por mejorar la viticultura y la labor de las bodegas de este territorio. El primero de los homenajes fue para Manuel Olaechea, pionero en el cultivo ecológico y en introducir variedades cómo la cabernet franc. El segundo de los homenajes fue para Pascual Ribera que, junto a su mujer María Pastor, fueron la sexta y última generación de mitgers. Habitaban, cultivaban y elaboraban los vinos en la finca con la sabiduría e intuición del contacto con la naturaleza. Cada mañana, a pesar de las dificultades, Pascual cultiva sus parcelas de viña en la rambla dels Alforins, mostrándonos que el sol sale en cada amanecer. Unos reconocimientos que fueron entregados por el conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, que destacó la labor de los viticultores locales y el compromiso de las bodegas de Terres dels Alforins con el desarrollo sostenible y la calidad en la producción de vinos.
Un éxito de la Mostra que se debe al esfuerzo de la Associació de Viticultors i Productors de Terres dels Alforins, que lleva años escribiendo y narrando la historia de este triángulo mágico. Lo hace a través de sus vides, que durante años estuvieron olvidadas y apostaron por las uvas autóctonas. Por ello, hoy hablamos de la uva monastrell, la mandó, la arcos, la forcallà, la bonicaire, la ullet de perdiu, la verdil, la valensí, la malvasía o la merseguera… Uvas que mágicamente se juntan para hacer vinos con carácter y que hablan de este terruño tan singular. Vinos que recogen esa esencia en botellas que se descorchan en la Mostra de Terres dels Alforins y que dan la oportunidad de beber esa singularidad.
Además, como destacan algunos asistentes, la feria tiene un marcado carácter popular pues el ticket tiene el precio de diez euros e incluye cinco degustaciones de vino y una copa serigrafiada. Y aunque bien es cierto que el vino es principal reclamo, a la oferta vinícola se sumó una gastronomía notable, representada por las carnicerías Casa Vicent y El Coixo, así como por el chef José 'El Moli' y su A Leña Cocina Rural, que aportaron el auténtico sabor del territorio con platos como el arròs al forn y los gaspatxos. El queso artesano también tuvo su espacio destacado, con la participación de Formatgers de la Comunitat Valenciana, Quesos Pere de Moixent y Quesos Cerrón. La almazara L’Escalera llevó sus mejores productos al evento y el herbero de DDL puso en valor los licores artesanos. Al margen de esta oferta, los negocios locales como Caudalia, el Forn d’Adela y Sedasset, junto con las asociaciones locales Els Festers 2024 y Moros i Cristians, contribuyeron a enriquecer la experiencia culinaria de los asistentes.
Un evento en el que la música que sonaba sobre el escenario puso la banda sonora al día. En las primeras horas del día Malvasía Cover band, originarios de La Font de la Figuera, fueron los encargados de amenizar la jornada, mientras que por la tarde fue el turno de Lulú y Los Tigretones y su particular manera de reinterpretar grandes clásicos. A las 19:30 se puso punto y final a la Mostra, o mejor dicho un punto y seguido, porque los bodegueros seguirán ideando vinos que rozan el cielo y la ciudadanía seguirá brindando con ellos en el calor de sus casas o en cualquier restaurante que apueste por estas referencias y esta tierra.