opinión

Los factores de incertidumbre aumentan el nerviosismo de los mercados

Tener cierto grado de racionalidad es el requisito indispensable para sobrellevar el periodo actual, tal y como explica el gestor de fondos

1/04/2022 - 

MADRID. Hace poco más de un mes, nos preocupaban los movimientos de los tipos del BCE y las cosas cambiaron rápidamente con el estallido del conflicto en Ucrania, que ha traído consigo una guerra en Europa. Un trágico y angustioso ataque a un país europeo soberano. Los acontecimientos hasta ahora han sido una auténtica pesadilla a todos los niveles.

En términos financieros, la invasión rusa de Ucrania ha provocado una espiral de precios en los mercados mundiales de materias primas, un aumento de los precios de la energía y considerables pérdidas en los activos de riesgo en general. Los precios del petróleo y del gas ya estaban disparados antes del estallido del conflicto y seguirán alimentando la alta inflación, lo que supone un riesgo adicional para el crecimiento económico mundial y, al mismo tiempo, dificulta la vida de los responsables de la política monetaria en el mundo occidental. Aun así, es probable que se introduzcan nuevas medidas de apoyo destinadas a estabilizar la situación económica, en cooperación con los distintos gobiernos, tan pronto como se aclare la situación.

Es al menos una señal esperanzadora que el efecto directo de este acontecimiento sobre la economía mundial sea probablemente mínimo, dado que Rusia ya está cada vez más aislada tras haber anexionado Crimea. Sin embargo, el enorme grado de volatilidad de los mercados hace difícil separar la valoración del mercado a corto y medio plazo del impacto real a medio y largo plazo en la economía real.

Efecto negativo

Sin embargo, los factores de incertidumbre, cada vez más numerosos, aumentan el nerviosismo de los mercados. Esto está teniendo un efecto negativo en la rentabilidad de las pequeñas y medianas capitalizaciones en particular, especialmente con la huida de los participantes en el mercado hacia valores refugio.

Los valores financieros e industriales, así como los cíclicos de consumo, se mostraron especialmente débiles en febrero, mientras que las empresas sanitarias y de servicios públicos obtuvieron una rentabilidad superior a la media. Las empresas vinculadas económicamente con Rusia, así como las que tienen sedes en Ucrania y Europa del Este en general, fueron objeto de fuertes pérdidas. Los activos bancarios cayeron debido a los mayores riesgos de impago y a los posibles efectos rebote. Las acciones del sector del automóvil también se mostraron débiles, mientras que las acciones de los sectores de las energías renovables y la defensa registraron beneficios.

Como vimos en 2020, cuando la Covid-19 puso el mundo del revés casi de la noche a la mañana, tener cierto grado de racionalidad es el requisito indispensable para sobrellevar un periodo como éste. La experiencia de ver cómo las empresas se enfrentaron a la pandemia -con agilidad y flexibilidad- nos hace confiar en que también lograrán hacer frente a los retos actuales y futuros.

Olgerd Eichler es gestor del fondo MainFirst Germany Fund y el MainFirstTop European Ideas Fund

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