VALÈNCIA. Los family offices se han convertido en aliados para impulsar la inversión en startups en un escenario en el que, cada vez más, confían en que la relación con este tipo de compañías revertirá tanto en el incremento del patrimonio de la familia como su impacto en la industria. Así lo apuntaban los responsables de Azahar Global Capital, Invext Capital y DeA Capital, quienes participaron en la jornada 'Conectando startups y grandes corporaciones' organizada por Fundación Lab este martes en Zeus.
Azahar Global Capital es el vehículo de inversión de Juan Conesa Alcaraz, cofundador de Primafrío. la primera empresa de transporte de logística de temperatura controlada en Europa. "Ha sido siempre muy activo de inversión. El año pasado se vendió parte de la empresa a Apollo y se profesionalizó el family office", explicaba Fernando Pérez, responsable de organización y análisis de inversiones. Pérez señalaba que su inversión es "bastante variopinta" y son "bastante activos" en venture capital. "Nuestra vocación no es de propiedad, sino más de ayuda y vamos buscando la inversión a través de fondos y coinversiones por encima del 5% pero sin llegar a porcentajes de control con un único criterio, la rentabilidad", señalaba.
El responsable explicaba que, todos los días, le llegan del orden de cuatro empresas de inversión. "Casi todas son buenas y tienen buena pinta, pero nos es imposible darle un mínimo de cariño a las ofertas por nuestra estructura". En este sentido, destacaba que la mayoría de sus inversiones vienen recomendadas en un rango amplio que puede ir de foodtech a videojuegos o coches eléctricos. "Es imposible para un family office con una estructura pequeña discriminar. Al final, intentamos recurrir a un panel de personas en las que confiamos y que te van recomendando de cada uno de los sectores", reconocía.
Aunque también señalaba que tienen sus criterios y volvemos a hacer selección. "Normalmente usamos gestores como Cardumen , a los cuales les consultamos o juntamos con otros family offices para invertir que nos hayan hecho primera discriminación", explicaba, además de señalar que, en cuanto inversiones en el sector logístico, se las derivan a Primafrío por la no competencia.
Leopoldo Reaño, managing director DeA Capital, propiedad de Grupo de Agostini, explicaba que en su caso gestionan 5.000 millones de euros de los cuales 100 millones son del grupo familiar. "Es la evolución natural de lo que era un family office. Las familias Drago y Boroli, propietarias durante cuatro generaciones, pensaron que era útil utilizar el expertise para gestionar el dinero de terceros", explicaba. Yo he invertido en varios países y sectores, pero en mi trayectoria he invertido en compañías en la Comunitat Valenciana como Alnut, pero también en Panaria y Grupo Royo", recordaba.
En España abrieron oficina en 2019 con un fondo especializado en la cadena de valor de la alimentación y bebidas. "Son compañías más grandes de 20 a 200 millones de euros, pero escalar en el sector de bebidas no es igual que tecnología", reconocía. Para Reaño, una manera interesante de acceder a la innovación es colaborar, coinvertir o adquirir la mayoría. "Somos muy útiles para que los fondos de venture capital tengan una salida", destacaba.
Desde DeA Capital aseguran estar al tanto de todas las tendencias y señalan que sus participadas son consumidoras voraces de innovación. "Esto nos lleva a tener que saber qué está ocurriendo en los subsectores y cruzarnos con startups que tienen tecnologías novedosas para solucionar problemas o desarrollos tradicionales. Un ejemplo es una compañía de pizzerias en Italia, que tiene un modelo muy tradicional en el que la masa se hace en el local, y ha desarrollado un programa con una universidad para desarrollar una masa precocida que tenga los mismos atributos que una mesa fresca. Y eso si va bien, se convertirá una spin off", explicaba.
Santiago Royo, CEO de Invext Capital, segunda generación de la familia Royo, recordaba que vienen de un negocio que es la fabricación de mueble de baños. "Intentamos cambiar la política para diversificar. Introdujimos un fondo de capital riesgo que derivó en la participación de un grupo industrial de nuestro sector. Esos eventos de liquidez los transformamos en inversión a través de fondos en private equity y venture capital. En nuestro último plan, el 35% del patrimonio decidimos invertirlo en fondos de este tipo, independientemente de la parte de negocio que mantenemos", señalaba. "Es una estrategia de largo plazo. En los fondos los horizontes son largos y el compromiso con el desarrollo de industrias y proyectos está vinculado a esa decisión".
Royo explicaba que, cuando empezaron, invertían directamente en startups que analizaban, pero llegó un momento en el que no tenían una estructura especializada. "Lo que hicimos fue juntarnos con cuatro o cinco empresarios de la Comunitat Valenciana y montar un hub en el que cualquier negocio que nos llegara directamente, lo que hacemos es derivarlo a este fondo" señalaba. "Nos ha funcionado bastante bien". Royo explicaba que esto permite estar cerca del ecosistema, analizar oportunidades, y de una manera colectiva, con asesores externos y diferentes socios que les dan una visión general. "Aportamos no solo financiación, también conexiones la salida, la negociación con las posibles desinversiones y apoyar en las posibles necesidades", destacaba.
Por otro lado, invierten en fondos de inversión donde seleccionan ubicaciones y temáticas. "Una reflexión es que la familia tenga claro que quiere diversificar y crear una pequeña estructura que la familia quiera apostar y, una vez decidido, ver tu ADN", destacaba.