Nuestra historia está repleta de leyendas espectrales, como en los buenos libros de fantasmas y lugares encantados. A San Miguel de los Reyes, los jardines del MuVIM, el complejo de la Misericordia, San Vicent de la Roqueta o el Monasterio de la Trinidad se une el psiquiátrico de Bétera. Allí ha aparecido una parte de la documentación del caso Imelsa. ¿Qué dirán las psicofonías?
VALENCIA. Estos días ha caído en mis manos un libro si no terrorífico por lo siniestro de su contenido sí electrizante. Se titula “99 lugares encantados donde pasar una noche en vela”. A todo el mundo le ha dado ahora por numerar y acotar experiencias, canciones, bebidas, precios y sensaciones sexuales con guarismos. Su autor, es Lorenzo Fernández Bueno conocido por sus inquietudes en temas relacionados con el yuyu o el mundo oculto y secreto. Hasta tiene un libro titulado “La guía del terror: lugares de España en los que pasar miedo”. Sólo hay que imaginarlos.
Pero no es el caso, o sí. En su obra describe escenarios ya no sólo de película sino incluso inimaginables para cineastas, guionistas y mentes humanas equilibradas que jamás podrían imaginar la cantidad de mundos y personajes que nos envuelven o nos esperan.
Espacios abandonados, cementerios, cárceles, hospitales semiderruidos, hoteles, castillos, casas o sanatorios, islas e incluso rincones religiosos donde ha sucedido de todo o podría suceder con algo de imaginación es el imaginario de sus páginas. Lo que cada uno pueda llegar a desarrollar mentalmente no es suficiente. Ríanse de las guías con encanto. Esto sí tiene encantamiento.
Después de una lectura rápida por el miedo que acompaña sus páginas yo me he dejado seducir, y mira que hay para caer rendido al terror o al psicoanálisis más profundo y caro, por el sanatorio de Waverly Hills en Kentucky.
Cuenta en su narración que el espectral edificio comenzó a construirse en 1883. Fue hogar de una familia adinerada, escuela o internado hasta que pasó a manos de una junta de tuberculosis para convertirse en hospital y geriátrico. Fue un gueto. Imaginen: desde el abandono familiar de pacientes, al maltrato y todo lo que se pueda escribir hasta su cierre durante la década de los pasados ochenta. El karma allí, aseguran en su historia, pasó todo tipo de facturas. Al final un equipo de atrevidos “aventureros” llegó a la convicción de que los fantasmas de médicos, enfermeras y enfermos discurren por sus pasillos como si el tiempo no hubiera transcurrido y esperaran a que alguien fuera todavía a recogerlos.
Entre sus paredes, aseguran, se escuchan gritos y gemidos o se ven misteriosas sombras. Una de estas historias tiene como protagonista a un niño llamado Timmy que juega con pequeñas pelotas que le lanzan los atrevidos visitantes.
Cada uno de nosotros tenemos nuestro espacio fantasma preferido. Estamos rodeados. Pero no hace falta irse tan lejos para vivir una experiencia paranormal. En Valencia, por ejemplo, mi amigo Javier Paniagua, director de la UNED-Valencia y al que también le gusta hablar de “fantasmas” en la intimidad, recuerda la monja que, según cuenta, deambula por las salas de la Misericordia, el complejo educativo donde también se alberga la institución que él dirige. Hace muchos años buscaron los restos de Luis de Santángel en el subsuelo del Convento de la Trinidad, aunque sin éxito. No, no salió en la cruzada a lo Indiana Jones el espíritu humeante de sor Isabel de Villena con la doctrina maso-espiritual del perdón de Vita Christi en las manos. Menos aún se encontraron durante las excavaciones monedillas sueltas del mercader valenciano.
También se buscaron fantasmas y ruidos en el monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes, mandado construir por Germana de Foix para ser inhumada junto a su marido el duque de Calabria. Se sabe que en uno de sus habitáculos hay varios cuerpos enterrados que se cree pertenecerían a la noble familia, pero nadie se ha atrevido a buscarlos, salvo con pruebas de georradar, por miedo a una gran polémica. Para darle un poco más de morbo, cada 29 de septiembre un rayo de luz se cuela durante media hora por las rejas para iluminar la cripta donde se cree está enterrada la reina consorte de Aragón.
Fantasmas por doquier deben flotar por los jardines del antiguo Hospital, donde se ubica actualmente el MuVIM. De hecho, junto a la contigua Biblioteca Pública continúa localizado el cementerio del hospital cuyos restos humanos fueron durante el tiempo de construcción y reurbanización del jardín más que visibles. Allí continúan. Otro cementerio está pegado a los muros de San Vicent de la Roqueta, ahora en obras. En fin. Somos una ciudad de fantasmas y seres fantasmagóricos. Pero de todo tipo.
Sin ir más lejos, a todos los espacios espectrales que nos rodean se une ahora el vetusto psiquiátrico de Bétera. No por nada sino porque por arte de magia allí han aparecido centenares de cajas con supuestos expedientes irregulares del conocido como caso Imelsa que tiene implicado al expresidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, entre otros muchos, y como otro de sus grandes protagonistas a Marcos Benavent, el conocido como yonki del dinero. http://valenciaplaza.com/encuentran-miles-de-expedientes-de-contratos-irregulares-de-rus-en-el-psiquiatrico-de-betera
En eso acabó convertido Bétera, en un almacén de supuestas mordidas, obras inexplicables, terroríficos contratos y corruptelas. Bétera, que cada presidente de la corporación provincial quiso dedicar a algo tan dispar como sus iniciativas personales -desde simple almacén de trastos a complejo de creación artística o incluso parque de atracciones etnográficas con el denominado Pueblo de los Pueblos que se le ocurrió a Fernando Giner- ahora es un lugar marcado por el miedo, el misterio, el mundo paranormal y la ambición del dinero. Lo de sus predecesores eran auténticas bromas.
Ya ven cómo ha terminado el complejo. Albergando para su fracasado olvido “locuras” inimaginables para muchos mortales de nuestro tiempo más contemporáneo, auténticas aberraciones humanas. Hasta en eso hemos perdido los escrúpulos y el respeto. Estoy seguro de que si alguien buscara cacofonías y psicofonías entre los muros que escondían las cajas con los expedientes y la documentación descubierta ahora, aquello daría para otro gran libro y de paso aclararía detalles de las investigaciones. Imaginen a peritos y técnicos judiciales y policiales buscando las voces espectrales de los implicados en el caso Imelsa y profundizando en esas terroríficas conversaciones de los señalados, algunas de las cuales ya nos han llegado en los últimos meses a través de los medios de comunicación. Miedo, mucho miedo. Pero visto lo visto, todo es posible.
A ver si alguien se anima. No sólo me apunto a pasar allí una noche entera buscando fantasmas sino que ya me estoy imaginando voces, protagonistas y conclusiones. ¿Contarán billetes los espíritus sobre un campo de fútbol de césped artificial o en un complejo deportivo a medio construir y actualmente abandonado a causa de los impagos? Nada sería de extrañar.
Nosotros sí que damos para una enciclopedia completa sobre espectros, espíritus, apariciones y visiones terroríficas. Hasta en eso estamos que nos salimos. Uuuh!