VALÈNCIA (EP). El profesor titular del Departamento de Psicobiología de la Universitat de València Ferran Suay rechaza la acusación de haber difundido en redes comentarios y opiniones "machistas", al tiempo que se muestra "radicalmente en contra de cualquier discriminación, incluyendo las que se practican por motivos de opinión".
Suay se pronuncia de esta forma tras su destitución como director del Servei de Política Lingüística de la Universitat de València decidida por la rectora de la institución académica, Mavi Mestre, al considerar "inaceptables y machistas" algunos comentarios del profesor publicados en sus redes sociales.
Al respecto, Suay defiende en una respuesta en su blog que está "radicalmente en contra de cualquier discriminación, incluyendo las que se practican por motivos de opinión". "La Constitución española lo recoge en el artículo 14, cuando dice que todo el mundo es igual ante la ley 'sin que pueda prevalecer ninguna discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social'", recuerda.
"Respecto a la discriminación por sexo, -prosigue- suscribo sin reservas el ideario del feminismo igualitario, tal como lo conocí hace muchos años, precisamente al entrar en la universidad, que abogaba por la plena igualdad ante la ley de mujeres y hombres.
Mis opiniones sobre temas diversos son exclusivamente personales, no tienen ninguna relación con el cargo, eran públicas antes de que me nombraran, en abril, no incluyen comentarios injuriosos ni vejatorios y estoy abierto a argumentarlas y discutirlas públicamente con quién esté dispuesto a hacerlo".
Suay expresa su "rechazo a la acusación de 'machistas'" aplicada a algunos de sus comentarios y opiniones. Y asevera: "Nunca he considerado que los hombres tengan ninguna superioridad respecto a las mujeres, ni viceversa. Como padre de dos hijas me interesa mucho la seguridad de las mujeres y considero que el estudio científico de la violencia de pareja es imprescindible para poder encontrar las soluciones más efectivas para reducir el impacto sobre las víctimas y, lo más importante, para cada vez haya menos".
Y agrega: "Soy consciente de que el ejercicio de la libertad de expresión está siendo castigado de manera preocupante en todos los ámbitos del debate social, y que el nuevo impulso censurador es especialmente alarmante en el debate de género, donde cualquiera que cuestione los dogmas políticamente correctos puede ser catalogado de misógino y machista, por defecto y desde la más absoluta ligereza; una estigmatización que no solo criminaliza la discrepancia, sino que a la vez banaliza el machismo".
"Más allá del precio personal y profesional que me toca pagar a mí, este caso establece un precedente peligroso y alimenta un ambiente que fomenta la autocensura y la homogeneización de las ideas" advierte.
Suay señala que, tanto en su vida académica como en la privada, es "partidario de la resistencia al dogmatismo y de fomentar el debate abierto y de base científica". "Me gusta cuestionar las ideas (las mías también), formular hipótesis, buscar pruebas en contra de las que más me atraen, hacer preguntas y centrar la atención en los hechos, más que en las creencias. Es esto lo que intento transmitir, tanto a mis hijas como a los estudiantes".
En esta línea, aboga por que la universidad sea "un espacio de libre intercambio de ideas, donde se pueda discutir de todo, con plena libertad de expresión". "La universidad tendría que estimular el pensamiento crítico y ofrecer la oportunidad de cuestionar las ideas propias, de conocer otras y de modular las opiniones personales de acuerdo con el conocimiento que se va adquiriendo", incide.
Asimismo, considera que la manera en la que se ha producido la decisión de cesarlo "no es rigurosa ni responsable, puesto que responde precipitadamente a una denuncia hecha por una cuenta falsa de Twitter (@HarrietTaylorM3), creada hace unos días, y que tenía 0 seguidores" cuando lanzó las acusaciones contra él. "En ningún momento se me ha pedido una explicación, y se lanzó directamente un comunicado a la prensa que me dedica calificativos que rechazo y que lesionen mi derecho al honor", lamenta.
"No me interesa nada alimentar la polémica, y sí preservar al máximo el prestigio de una institución que siempre he respetado profundamente y que considero que tiene que ejercer un rol ejemplar en la sociedad valenciana, como modelo de solidez intelectual y de democracia en el funcionamiento. Esto solo lo puede hacer si respeta y estimula internamente el libre pensamiento y la libertad de opinión y de expresión. Pensar y debatir no deberían nunca estar prohibidos, especialmente en una institución pública y democrática; en una universidad, deberían de ser el cimiento del progreso académico y científico", argumenta.
Por último, quiere expresar su agradecimiento, tanto por las muestras de apoyo que ha recibido como por los comentarios negativos que se le han dedicado. "En los dos casos, son muestras de libertad de expresión, que yo respeto plenamente, y que me dan información relevante sobre las opiniones otras personas. A pesar de que, obviamente, las primeras me gustan más, no querría que los según pudieron ser prohibidos ni silenciados por nadie. Quiero que puedan expresarse libremente también las opiniones contrarias a las mías, incluso las que me parecen infames, arbitrarias o delirantes", concluye.